Por Irupé López
“Somos dueños de nuestras palabras”, reza el nuevo slogan de Tiempo Argentino. Por decisión unánime de la asamblea, los trabajadores y trabajadoras decidieron conformar la cooperativa Por Más Tiempo para poder autogestionar el ahora semanario dominical.
Tras cuatro meses de lucha, sin salarios y sin respuestas por parte de la empresa ni del Ministerio de Trabajo, salieron a la calle ayer con una tirada aproximada de 30 mil ejemplares distribuidos en el área Metropolitana (Ciudad y Gran Buenos Aires) que agotaron en pocas horas. “Salimos con el periodismo que sabemos hacer, de manera profesional y respetando el contrato con el lector, aunque ahora respiramos con la libertad de no tener un patrón”, sostuvo ante Marcha Adrián Murano, prosecretario de redacción e integrante del Consejo Directivo.
El primer número y el compromiso con los lectores
En el medio del tumulto, mientras se realizaban las primeras reuniones del Consejo Directivo se llevaron a cabo reuniones de sumario donde cranearon las notas, eligieron las fotos y diagramaron 48 páginas con noticias, entrevistas y análisis sobre política, espectáculos, deportes y sociedad. Al mismo tiempo, hubo quienes se pusieron al frente de las gestiones con el sindicato de canillitas y con los distribuidores, ya que pese al costo que significa –en total, el 50 por ciento de la venta-, decidieron continuar dentro del circuito formal de distribución de diarios.
Murano, como prosecretario, es uno de los que estuvo al frente de los contenidos. “Tratamos de coordinar para que el área periodística funcione lo más ágil y activa posible. Vamos solucionando paso a paso porque nosotros sabemos hacer un diario, pero ahora también tenemos que aprender a ser una empresa”, asume y remarca la “responsabilidad y el profesionalismo” con el que emprendieron esta tarea.
Con la premisa de mantener el “respeto al lector, el ADN y la línea editorial” que transmiten hace seis años es que elaborarán cada próximo número. En ese sentido, Murano repasa algunos de esos ejes: el compromiso con los derechos humanos, la crítica del neoliberalismo, de la dictadura del mercado y el planteo de soluciones heterodoxas a propuestas ortodoxos en materia económica”.
“Que lo sepan: no pudieron”, avisa a los empresarios que vaciaron al Grupo 23, Gustavo Cirelli, director periodístico en su primera columna de esta primera edición en la nueva etapa de Tiempo Argentino. “Los trabajadores de Tiempo torcieron el amargo destino al que intentaron condenarlos un puñado de inescrupulosos”, escribió y da la sensación de que se le infló un poco el pecho en ese momento.
El mensaje de Por más tiempo, es claro: “De fondo no hay grupos empresarios ni de comunicación, no hay partidos políticos ni gobiernos municipales, provinciales ni nacional: hay trabajadores de prensa que no se dieron por vencidos y que creen que el país necesita de un periodismo comprometido con la gente, con los trabajadores”.
El punto de inflexión fue el 24 de marzo, cuando decidieron hacer un especial por el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia: instalaron puestos a lo largo de Avenida de Mayo y agotaron 30 mil ejemplares. “Fue una herramienta de lucha y de subsistencia”, dice Murano y apunta que la respuesta de los lectores dada aquel día “fue el motor principal y fundamental” para que determinaran avanzar en la conformación de la cooperativa. “No nos abandonen”, “no nos dejen porque no tenemos quién nos represente”, cuenta que les decían.
Es que el vaciamiento de la empresa no es ajena al contexto general que se vive en el país: la monopolización de la palabra y de la información aparecen como uno de los condimentos del gobierno macrista por más que los funcionarios se empeñen en destacar que bregan “la pluralidad de voces”.
Desde ese vértice es que se paran las y los trabajadores de Tiempo Argentino para salir adelante: “Se expresó una necesidad de que el diario estuviera en la calle”, define Alejandro Wall, ex delegado y ahora integrante del Consejo Directivo. Asimismo, Murano advierte que la consolidación de monopolios económicos y oligopolios de medios “consolidan un mensaje único”.
“Me aparece que Tiempo tiene que cumplir un rol disonante, pero nosotros no nos planteamos con ese objetivo, sino que lo somos naturalmente en este contexto. Lo que nosotros vamos a tratar de hacer es sembrar nuestra semillita, que es nuestra mirada y ojalá germine y mucha gente nos acompañe”, analiza y se esperanza.
El camino hacia la cooperativa
“Estamos haciendo una epopeya”, dijo Javier Borelli, editor de sociedad, tras ser electo como presidente de la cooperativa el martes pasado. “Al principio va a ser muy difícil que nos llevemos un mango, pero con el tiempo, si nosotros empujamos vamos a poder llevarnos más guita y demostrar que existe otro sistema posible, porque realmente lo creemos sino no estaríamos acá”.
El camino de la lucha recorrido por las y los trabajadores de Tiempo Argentino comenzó con la falta de pago del aguinaldo en diciembre pasado y afectó, en realidad, a todos los medios que conforman el Grupo 23, entre ellas los zonales de El Argentino, Radio América y revistas como 7 Días y Forbes. Movilizaciones al Ministerio de Trabajo, audiencias con funcionarios y los empresarios (o sus representantes) dueños del medio Matías Garfunkel, Sergio Szpolski y Mariano Martínez Rojas –tras una supuesta venta del diario en enero-, un festival en Parque Centenario que reunió a unas 25 mil personas, fiestas y demás convocatorias fueron parte de las actividades realizadas para intentar una respuesta y visibilizar el conflicto que lleva más de cuatro meses. La incertidumbre y el lock out patronal el 5 de febrero pasado, cuando los empresarios decidieron dejar de imprimir el diario llevaron a una permanencia pacífica en la redacción para continuar preservando los puestos y, sobre todo, el lugar de trabajo.
Malena Winner, es jefa de correctores y fue electa como tesorera de la cooperativa. Aunque, no sabe si podrá cumplir con las dos funciones: “Estoy haciendo cursos acelerados de contabilidad y de cómo mantener a los compañeros con su situación impositiva”, dice mientras recibe consultas de todo tipo, le mandan mensajes y mails sobre todo lo que tiene que ver con la economía de Por Más Tiempo.
Winner sintetiza el proceso dado en este tiempo, ya que no todos desde el principio optaban por esta opción: “Se empezó pensando que era sólo el aguinaldo que se debía y se sumaron meses de sueldo, abandonos empresariales, compras fraudulentas, un Ministerio que no nos dio respuesta. Creo que eso empujó al convencimiento de algunos compañeros para hacernos cooperativa”.
Finalmente, fueron electos: Javier Borelli y Randy Stagnaro, como presidente y secretario y Malena Winner, como tesorera. Además, forman parte del Consejo Alejandro Wall, Julia Izumi, Adrián Murano y Martín Piqué. Y como síndicos titular y suplente –representantes de los trabajadores- Claudio Mardones y Alfonso Villalobos.
Cómo aportar
Las y los lectores podrán acceder a contenidos en la versión en papel cada domingo, al precio de 30 pesos. Pero, también, contarán con la edición web que está en construcción y tendrá actualización permanente. “Para sostener nuestras fuentes de trabajo apelamos, desde ya, a las ventas de pauta de publicidad privada y pública, pero confiamos en los lectores, en nuestros socios, para mantenernos económicamente solventes y, sobre todo, libres”, interpelan los trabajadores de prensa.
La suscripción puede realizarse ingresando a: http://www.tiempoar.com.ar/. Hay tres formas: a través de aportes voluntarios, suscribiéndose a la edición en papel para recibir Tiempo a domicilio por un costo de 120 pesos o asociándose por 200 pesos. Esta última opción da la posibilidad de acceder a contenidos especiales en formato digital, talleres y demás actividades de acercamiento a la comunidad que aún están en plena construcción.