Por Rute Pina con traducción de María Julia Jiménez* desde Brasil / Foto: Midia Ninja
Así lo afirmó la diputada del Partido de los Trabajadores (PT), Erika Kokay. La votación del juicio político contra Dilma Rousseff dejó en evidencia la inequidad de géneros en el poder legislativo brasileño.
La votación sobre la continuidad del proceso de impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff, el último domingo (18), dejó en evidencia la inequidad en la representación de las mujeres en Brasil. Si sólo fuesen contabilizados los votos emitidos por las diputadas el domingo, el proceso no sería encaminado al Senado. Eso es porque 29 diputadas votaron “si” a la destitución de la presidenta, lo que equivale al 60% de las 51 parlamentares en la Cámara de Diputados. Es decir no llegaban a los dos tercios necesarios para el proceso pasar a la próxima instancia en el Senado.De las 513 butacas que componen la Cámara de Diputados, sólo 51 son ocupadas por mujeres. Siendo apenas un 10% del total de representantes que ocupan las bancadas del legislativo, estos números son una nueva evidencia de la significativa desigualdad de oportunidades y participación que las mujeres tienen en el sistema político brasileño.
Según manifestó la diputada Erika Kokay (PT-DF), el Congreso es un ambiente hostil a las mujeres todos los días, y la sesión del domingo simplemente dejó “caer las máscaras”. “Existe un femicidio simbólico en la Cámara. Vivimos eso todos los días en la Cámara y en el país”, declaró Kokay. En relación a la votación del domingo, la diputada por Brasilia (DF), valuó que los diputados se posicionaron como “fundamentalistas misóginos”, que no se conforman con el espacio conquistado por las mujeres. Ejemplo de ellos fue lo sucedido con la diputada Clarissa Garotinha (PR-RJ), que está embarazada de 35 semanas y se ausentó de la votación por motivos médicos; sin embargo, al ser mencionada durante la jornada del domingo, la muchedumbre presente en la Cámara la abucheo y acusó de que pidió licencia médica solamente para no tener que votar.
Dentro de la Cámara de Diputados, el Partido de los Trabajadores (PT) es quien cuenta con mayor representación femenina en la Cámara, con ocho diputadas, seguido del Partido Movimiento Democrático Brasileiro (PMDB), con siete, y el Partido da República (PR), con seis. Paradójicamente, el Partido de la Mujer Brasileira (PMB) tiene como único representante a un hombre: el diputado Weliton Prado, que votó a favor de la abertura del proceso de impeachment.
Para la socióloga Fátima Pacheco Jordão, consejera del Instituto Patrícia Galvão, las desigualdades de géneros puede evidenciarse a partir del análisis de los espacios políticos en los cuales las mujeres están presentes. “Desde el punto de vista de la recepción y participación política, los partidos de izquierda acogen mejor a las mujeres. Ellas tienen mejores posibilidades en la dirección de estos partidos, al contrario de lo que acontece en la derecha”, analiza.
Según la diputada del PT, es “natural ver a las mujeres votando de forma más intensa contra el golpe que los hombres”. “Las mujeres que consiguen ocupar espacios públicos que antes eran reservados a los hombres tienden a tener una noción más exacta de lo que significa la democracia y la defensa de los derechos conquistados; una convicción muy intensa sobre el valor de la democracia en cuanto condición universal”, manifestó. Para Erika Kokay, la misma lógica se aplica a otros grupos sociales, como negros, indígenas, lésbicas, bisexuales y transgéneros y otros sectores, que además de no ser representados, siempre tuvieron sus derechos violados.
Las dedicatorias de los votos emitidos por los legisladores son una muestra de esta exclusión estructural. Los pueblos originarios fueron recordados por apenas dos diputados, cinco mencionaron a la juventud, mientras que 92 mencionaron a sus familias y 43 lo hicieron en nombre de Dios. “[El domingo], todos los diputados, sin excepción, tuvieron la oportunidad de hablar y mostrar lo que son, y la mayoría es de personas que no piensan el parlamento como representación legitima del pueblo brasileño. Es un indicio de la precarización de la democracia representativa”, criticó la diputada del PT.
La cultura del odio
La militante del movimiento negro, Stephanie Ribeiro, afirmó que “los partidos de derecha no aprecian la diversidad”, enfatizando sobre las relaciones racistas en los espacios públicos. Según argumentó, además de la desinformación y de la despolitización, Brasil tiene una sociedad que sustenta la cultura del odio, “esa sí es bien representada por los parlamentarios”. Existe un odio general contra las mujeres, negros y LGBT que colocan a esos diputados donde ellos están”.
“No sólo en la forma como ellos se expresan, diciendo ‘mi familia, mis nietos, mi opinión’. Ellos no respetan la diversidad. Eso quedó evidente, porque ninguno de ellos criticó el gobierno por causa de las política públicas que no fueron realizas en estos años del PT”, manifestó Stephanie al analizar los discursos de los diputados durante las votaciones del domingo.
“Si viviésemos en un país que tuviese una concepción política democrática y no odiase a las minorías, la mayoría de la población estaría en las calles ahora, indignada con lo que hicieron. Las personas están más choqueadas con la escupida de Jean Wyllys [diputado del PSOL-RJ, referencia de las luchas LGBT] contra [Jair] Bolsonaro [PSC-RJ], que con el hecho de Bolsonaro defender a un asesino [en referencia al homenaje al coronel Brilhante Ustra, reconocido torturador en la dictadura militar] el Congreso. Nadie esta choqueado con eso. Es inadmisible afirmó la militante del movimiento negro.
Ella acredita que una reforma política será capaz de aumentar la representatividad de las mujeres y negras. “Nuestro Congreso es de hombres hijos de políticos, de dueños de la tierra… La gente está viviendo en el 2016 como si aún estuviésemos en el Brasil Colonia”, concluyó Stephanie.
Flores para Dilma
En la noche del martes (19), fue realizado un homenaje a Dilma Rousseff en el Palacio do Planalto, en Brasília. Alrededor de 500 mujeres llevaron flores en solidaridad a la presidenta, después de la votación del domingo. Según la participante, el acto también sirvió como protesto contra las provocación machista manifestadas por los diputados.
Al grito de “No va a haber un golpe”, “Cunha sale, Dilma se queda” “En mi país yo tengo fe porque es gobernado por una mujer”, Dilma bajó a la rampa del Palacio acompañada por Eleonora Menicucci, secretaria de área de Políticas para la Mujeres, para abrazar a las manifestantes, sacarse unas fotos y recibir las flores.
El encuentro, intitulado “Abrazo a la Democracia-Mulheres con Dilma”, fue organizado por las redes sociales por militantes feministas. En Facebook, fueron lanzados los hashtags #FicaQuerida e #MulheresComDilma.
*desde la redacción de Brasil de fato