Por Pablo Solana. El nuevo aniversario del 20/12 reclama una mirada más profunda que las chicanas sobre la UCR y el oportunismo de Moyano y Micheli. En Buenos Aires, hoy movilizarán sectores que insisten con la necesidad de gestar “otra política y otra forma de hacer política”.
Pasaron 11 años de la rebelión que volteó a un gobierno y abrió un ciclo inédito de movilización y protagonismo popular en base a asambleas en barrios, fábricas, comunidades, experiencias culturales o comunicacionales alterntativas. ¿Dónde está hoy la herencia de toda aquella radicalidad? El legado del 19 y 20 está lejos de la política por arriba, sea ésta kirchnerista, fogoneada por la oposición reaccionaria o el sindicalismo burocrático. Por el contrario, persiste una amplia capacidad de autoorganización popular en villas y barriadas, en fábricas autogestionadas y comisiones internas orientadas por un sindicalismo de base, en corrientes estudiantiles combativas, comunidades campesinas y de pueblos originarios en resistencia y diversos colectivos de lucha ambiental, comunicacional, cultural, o por la igualdad de géneros.
Claro que, a más de una década, debemos insistir con los desafíos pendientes. “Esta división entre ´política´ por arriba y ´movimientos sociales´ por abajo debe ser leída no como una virtud sino como una limitación del proceso abierto a partir de 2001”, afirmó este portal de noticias en su editorial un año atrás.
Esa limitante, asumida hoy por una amplia camada de movimientos populares y organizaciones “paridas” por la rebelión, define una de las prioridades de la etapa, para quienes se proponen construir un proyecto político a la izquierda del kirchnerismo.
“Por una alternativa de los de abajo. Seguimos luchando por una Argentina sin precarización de la vida, sin saqueo y con soberanía popular” es la consigna con la que convocan a un acto “independiente” un amplio abanico de organizaciones populares, que en Buenos Aires congrega a la Coordinadora de Organizaciones y Movimientos Populares de Argentina (COMPA), la Corriente de Organizaciones de Base “La Brecha”, la CTD Aníbal Verón, otras corrientes político sociales como el MULCS, el Frente Nacional Pueblo Unido, la Corriente 17 de Agosto y Quebracho, junto a fuerzas políticas de la ciudad, como Autodeterminación y Libertad que referencia Luis Zamora y la Corriente 2021 que integra la legisladora Claudia Neira. “Las posibilidades de avanzar no se encuentran sólo en proclamar nuestra independencia política, sino también en la capacidad de generar propuestas superadoras”, expresa el documento que se leerá en el acto que realizarán en el Obelisco, a las 15 hs, antes de la movilización de toda la izquierda a la Plaza de Mayo. Allí hablarán también el referente de las luchas históricas y actuales por los Derechos Humanos, Adolfo Pérez Esquivel, y Vanesa Orieta, hermana del joven desaparecido por la policía bonaerense, Luciano Arruga, en representación de los casos de represión y muerte en democracia aún impunes. El documento que suscriben más de 50 organizaciones explicita lo que definen como “el desafío de nuestro tiempo: la construcción de un proyecto político, desde abajo, emancipador, con vocación transformadora”. De la misma forma, en la zona sur del Conurbano bonaerense se realizó un acto previo del mismo espacio político el pasado martes, y decenas de convocatorias acompañarán durante el día de hoy en distintas provincias.
Tras la búsqueda de ese “proyecto político emancipador” parecen ir, en vísperas de un año electoral, quienes se proponen hacer pie en un terreno poco explorado por los nuevos movimientos sociales y organizaciones populares en Argentina. Días atrás, Ulises Bosia caracterizaba en Marcha:“Están madurando nuevas posibilidades en algunas organizaciones de este sector. En el caso de la izquierda independiente, no se trata de adaptarse a la estructura existente de la oposición ni tampoco de insistir con el discurso de la izquierda ´dura´, sino de intentar dar vida a un nuevo espacio en el mapa político”.
“Las elecciones son el ámbito por excelencia de la institucionalidad dominante”, coinciden los militantes del Frente Popular Darío Santillán con Marea Popular, dos de las organizaciones con mayor protagonismo en las luchas sociales de la Ciudad de Buenos Aires. Aún así, el panorama político porteño y sus particularidades empuja a un amplio espectro popular a evaluar posibilidades reales de incidencia de cara a las futuras elecciones legislativas.
A 11 años de las jornadas de diciembre de 2001, a días de iniciarse un nuevo año fuertemente político, mantener vivo el legado de aquella gesta popular y su búsqueda por generar nuevas institucionalidades en base al protagonismo directo del pueblo, parecen ser buenos puntos de partida (y anticuerpos) para los desafíos que, desde abajo y a la izquierda pero sin descartar ningún plano de incidencia política, se vienen gestando en las organizaciones y movimientos populares que parió la rebelión.