Al cierre de esta edición se habían reportado dos muertos en Egipto luego de violentos enfrentamientos entre los opositores y seguidores del presidente Mohamed Mursi.
Desde hace varias semanas Egipto es centro de fuertes protestas contra el presidente Mohamed Mursi, perteneciente a la Hermandad Musulmana. Este miércoles los enfrentamientos entre sus detractores y seguidores llegó a un punto de crisis, cuando en El Cairo dos personas murieron y decenas resultaron heridas en los alrededores del Palacio Presidencial.
La amplia gama de opositores al mandatario han criticado con dureza la declaración constitucional que le otorga poderes excepcionales, con los cuales las decisiones que tome no podrán ser anuladas o suspendidas por el Poder Judicial. A esto se suman las críticas por el proyecto de nueva Constitución que será llevado a referendo el próximo 15 de febrero.
Durante la jornada del miércoles, los opositores a Mursi fueron desalojados en horas de la mañana por grupos que respaldan al presidente. Mientras tanto, en la emblemática Plaza Tahrir, cientos de personas siguen en una sentada para que el mandatario renuncie a sus facultades excepcionales.
En los violentos enfrentamientos en las cercanías del Palacio Presidencial intervino la policía y, testigos en el lugar citados por agencias internacionales, indicaron que las personas muertas fueron alcanzadas por impactos de balas o perdigones.
Frente a esta situación, el vicepresidente egipcio, Mahmoud Mekki, declaró que Mursi anulará los poderes luego de las elecciones parlamentarias programadas para el año próximo, en tanto el primer ministro, Hisham Qandil, pidió a “todos los manifestantes” que abandonen los alrededores de la casa de Gobierno. En un comunicado, Qandil reclamó la vuelta a la tranquilidad “para dar la oportunidad a los esfuerzos que se están llevando a cabo actualmente, para comenzar un diálogo nacional y salir de la crisis política actual”.
Desde la oposición, el premio nobel de la paz Mohamed el Baradei, el ex secretario general de la Liga Árabe Amro Musa y el ex candidato presidencial Hamdin Sabahi, señalaron que el “régimen, autoritario y represivo, pierde legitimidad día a día”. Los dirigentes también reclamaron que Mursi convoque de manera urgente al diálogo nacional.
También se conoció los consejeros presidenciales Saif Abdelfatah, Ayman al Sayad y Amr Lizi renunciaron a sus cargos. Abdelfatah explicó que su dimisión fue “por propia voluntad, porque no acepto que mueran estos jóvenes”. El ex consejero apuntó contra la Hermandad Musulmana al que calificó como “un grupo de miras estrechas y una dirigencia momificada”, que “no piensa en el conjunto de la patria”. Abdelfatah agregó que los jóvenes de Egipto aún pagan el precio de haber encabezado con las revueltas que terminaron con el régimen de Hosni Mubarak, en 2011, “y ellos, que son los que efectuaron esa revolución, no han cosechado nada de ella”.
Antes esta situación, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon hizo un llamado a resolver las diferencias entre las partes de forma pacífica. El portavoz de Ban, Martin Nesirky, manifestó que el titular de la ONU “ya ha dicho que Egipto está en una transición política en la que las diferencias se tienen que resolver a través del diálogo”.