Por Gabriela Barro Gil / Foto Constanza Portnoy
A días de cumplirse el 40º aniversario del Golpe, la referente de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora nos habla de su historia, analiza el reciente encuentro de los organismos de Derechos Humanos con el actual gobierno y toma posición frente a la llegada de Obama a la Argentina.
El martes 1° de marzo, Nora Cortiñas nos recibió en la casa de Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora. Con presencia activa junto a los reclamos sociales, Norita retrasó un poco la entrevista pautada para el periódico y para el programa Tengo Una Idea por Radio La Retaguardia, debido a que se encontraba apoyando y compartiendo el Acampe que la Asamblea de Andalgalá (Catamarca) realizaba en Plaza Lavalle, frente a Tribunales. También participó la Asamblea Jáchal (San Juan) quienes al día siguiente se presentaban como querellantes contra la megaminera Barrick Gold, responsable del derrame de 5 millones de litros de agua cianurada en la cuenca de sus ríos.
Durante la espera, la calidez de Georgina y Ana María permitió que pudiera moverme con comodidad y recorrer sus cuartos mientras sacaba fotos de hijas e hijos enmarcados en blanco y negro sobre las paredes, imágenes cargadas con la significación que les ha otorgado una historia de lucha, reclamo y memoria. Había también regalos, gráficos, conmemoraciones. “Todo un mundo de recuerdos” que conforman ese andamiaje de lucha y organización.
-¿Se van a cumplir 40 años de resistencia y experiencia acumulada, qué nos puede decir Nora Cortiñas como mujer, como madre, como Madre de Plaza de Mayo?
–Muchos años antes de que empezara el 24 marzo de 1976, esta dictadura brutal, asesina, yo ya estaba en actividad porque un cuñado de mi hijo había caído preso en el ’75; la triple A estaba rondando, ya había ruidos. La dictadura arrancó con presos políticos y a los pocos meses había más de 3000 desaparecidos. En aquellos días no nos imaginábamos -como no se imaginaban los militantes tampoco-, que iba a ser tan brutal. La represión comienza de manera sistemática y masiva en todos los rincones del país, de la misma manera se desarrolla esta metodología aberrante: la desaparición forzada de personas. Antes ocurría lo mismo pero era muy solapado, muchas personas no sabían… En la casa que ocurría el operativo se enteraban pero la gente del barrio tenía tanto pánico y terror que callaba. Apenas se informaba alguna noticia de un tiroteo, de un secuestro, pero muy poco para lo que estaba pasando. A comienzos del ’76, los chicos [Ana y Gustavo] ya no militaban tan intensamente, pero sí tenían su compromiso.
En aquel tiempo la desaparición se tomaba de otro modo, como que “ya van a aparecer”. “Ya van a pasar a presos blanqueados por el sistema”.
El 24 de marzo empieza realmente el terror, empezamos a tener miedo, nosotros queríamos que Gustavo con Ana se fueran por un tiempo del país, pero ellos no querían saber nada. “No, por qué, nosotros no hacemos nada malo, no tenemos por qué irnos”, decían. En el ’77, ya dentro del terrorismo de Estado, continuamos insistiendo, algunos de sus compañeros y compañeras habían sido detenidos en la Villa. Seguían repitiendo que no, -¿Por qué?
A medida que nos enterábamos de cómo iba la situación, iba aminorado la militancia. El 15 de abril de 1977 se llevaron a Gustavo, a Ana la dejaron, por esas cosas, y bueno… Todo en nuestra vida cambió. La vida familiar -desde luego-, cambió, con otro hijo Marcelo, mi nieto chiquito, Damián, casi no lo veía porque no tenía tiempo.
Las 24 horas del día estaba en la búsqueda, habeas corpus, golpear puertas, Ministerio del Interior, cuarteles, oficinas. Día por día. Luego me entero de que en la Plaza habían empezado a reunirse un grupo de madres quienes también buscaban a sus hijos. Al principio cada una seguía con sus habeas corpus; posteriormente fueron colectivos. Los organismos existentes en aquel momento eran la Asamblea Permanente por los DD.HH.; la Liga Argentina por los Derechos del Hombre; el Movimiento Ecuménico. Los habeas corpus colectivos se hacían a través de la APDH, encabezados por Oscar Smith -un sindicalista desaparecido- seguían todos los nombres. A medida que pasaba el tiempo, la lista aumentaba.
En poquito tiempo, de las 14 primeras madres cuando comencé, ya éramos 20 y crecía semana tras semana. En Tribunales, caminabas sus pasillos y te cruzabas con otra mujer joven -imaginate que teníamos cuarenta y pico de años-, le veías la cara demudada, la tristeza y apenas te acercabas surgía la pregunta, “¿vos también?”. Empezó a haber esa comunión, conociéndonos en la Plaza, en los cuarteles, en las cárceles.
Se van a cumplir 40 años, somos pocas, el grupo de Hebe de Bonafini y el de Línea Fundadora. Cada vez hay menos madres activas. Tenemos casi 90 años… Son muchos años, son muchas luchas, casi el doble de nuestra vida. Ni los milicos, ni la Iglesia ni los políticos se hubieran imaginado que las Madres íbamos a seguir.
Esto es la letanía del dolor que día a día sigue. Nos deja esta huella, siempre imborrable, la memoria de nuestros hijos e hijas. Siempre el mismo compromiso. Cada jueves es un día más de compromiso, la que no puede no va, la que tiene problemas económicos, tampoco. Es un ritual de compromiso. Empezó siendo espontáneo, sin protocolo ni programa, y sigue siendo el compromiso visceral. No es acostumbramiento como mucha gente cree. En estas fechas, 40 años, el motivo principalísimo es recordar lo que fue el terrorismo de Estado, la dictadura cívico-militar-religiosa. No olvidar nada, 30.000 desaparecidos; 400, 500, 600 jóvenes que no conocen su propia identidad; el recuerdo de los vuelos de la muerte y de los años padecidos en cárceles; el exilio de miles y miles, que no fue el exilio dorado ni el exilio querido; además pensar que hubo un exilio interno. Mucha gente quedó con una herida. “Que no lleves amiguitos a tu casa… Que no des nombres…”. Salvo los indiferentes, todos sufrieron. Hay quienes dicen no haber sabido nada, no haberse enterado. No, no es así, no quisiste saber un poco más, fuiste indiferente, repetiste la frase de los milicos, “¿por algo será?”. Frase que ahora la dicen muchos políticos que en aquel momento estaban debajo de la cama.
Tenemos un mundo de recuerdos, un mundo de agradecimientos; junto a nosotras caminaron hombres y mujeres, políticos, periodistas que asumieron nuestro dolor como propio, porque se trata de asumir que esto le pasó al pueblo. La prensa gráfica jugó un papel importante con las imágenes, cuando la palabra y la letra no iban, la contundencia de la imagen decía todo. Estos años dejaron una huella que te la puedo resumir transformada en lucha y esta misma lucha era transformada en bromas, cantos, conversaciones amables con quienes se acercaban a preguntar prudentemente sin querer perturbarte, esto no nos robaron los milicos. Nosotras podemos hacer algo que sus madres, las de los asesinos y de los criminales no pueden hacer: cada día de nuestras vidas reivindicamos a nuestros hijos y a nuestras hijas. Nosotras lo podemos hacer abiertamente, con todo nuestro cariño y como siempre te digo, desde las propias vísceras.
La comunión en la lucha
– Sos una luchadora por todos los derechos humanos, tu lucha trasciende la memoria, verdad y justicia por lxs 30.000 desaparecidos, y hasta trasciende nuestro territorio, ¿de qué manera, desde la primera ronda en la Plaza, se fue dando este proceso de compromiso con los diferentes conflictos?
–Recuerdo una primera marcha [en dictadura], 30 de marzo del ’82, para la cual habíamos decidido por consenso acompañar a los trabajadores. Fuimos presos todos juntos. Salimos de Uruguay y Viamonte donde teníamos la casa. No había transporte, estaba todo cortado. Íbamos caminando cuatro adelante, más atrás iban otras cuatro, cuando se nos acerca un patrullero a la altura de Belgrano y Bernardo de Irigoyen. Nos dicen: “Señoras, ¿a dónde van?”. “Vamos a hacer diligencias; vamos a los bancos”, les contestamos. “No, no están abiertos los bancos a esta hora”. “Sí, nosotras vamos a hacer trámites, no importa, nos equivocamos, no será bancos”. “Las invitamos a subirse al patrullero”. Al momento de hacerlo nos pusimos los pañuelos, y fuimos identificadas por las madres que venían detrás, quienes rápidamente se pusieron en contacto con los abogados. A nosotras nos llevaron a la Comisaría 4ta ubicada en la calle Tacuarí. Allí ya había como 200 trabajadores que fueron llevados desde el mediodía. Al ingresar, todos exclamaron alegría, se pusieron contentos. “Qué suerte las madres con nosotros, vamos a estar todos juntos”. [risas] En vez de decir uh, qué lástima, pobres las madres presas.
En fin, dentro de los 30.000 desaparecidos hay de todas las profesiones, de todos los oficios, de todas las edades, estudiantes, jóvenes, niños desaparecidos. Las madres también fuimos requeridas por docentes con la carpa blanca; por trabajadoras y trabajadores de la salud; en sus historias también hay desaparecidos que son los nuestros. Hemos tomado las banderas de lucha de nuestros hijos, de nuestras hijas. Y así hemos crecido políticamente.
Cada Madre fue vislumbrando espacios donde podía llevar algo que había heredado de su hijo, además de los otros hijos que tenemos con sus sentimientos. Empezamos a ir a las villas, para ver de qué manera apoyar alguna lucha. Hemos estado acompañando a las comunidades indígenas tantos años maltratadas. También dentro de Línea Fundadora, una o dos madres estamos con el tema de la deuda externa. Vos dirás, ¿qué tiene que ver la deuda externa? Y sí, decimos, mi hijo es parte de esa deuda externa. Porque en el ’76, cuando empieza el terrorismo de Estado, empiezan a pedir dinero alocadamente al FMI, al Banco Mundial, al BID, para armar los campos de concentración; para pagarles extra a militares y civiles que fueron a torturar; para los que armaron el operativo de apropiación de los bebes de las madres embarazadas cautivas, que eran entregados a esa congregación religiosa fascista (1) para ser regalados -no sabemos si cobraban- a familias de policías y militares que no podían tener hijos; la inversión en los aviones preparados para los vuelos de la muerte. Todo esto sumó la deuda externa. ¿Tenemos que pagar una deuda hecha con sangre, dolor, muerte, desapariciones, robo de niños? ¿Tenemos que seguir pagando? No es posible. En ningún país. Con los años nos fuimos enterando de que a los países de asesinos les condonaron la deuda porque la usaron los asesinos para asesinar a su pueblo. La deuda externa es una provocación al pueblo, ¿pido, pago y no discuto?, sin auditoria.
Las Madres fuimos adquiriendo toda esta experiencia y con ella fuimos abarcando las distintas luchas, para ayudar a destapar los horrores. También lo fuimos entendiendo a través del intercambio con otros países. Nosotras participamos con la FEDEFAM (Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desaparecidos) a raíz de estos encuentros se han sacado convenciones contra la desaparición forzada de personas. Claro que cuesta mucho, todavía es letra muerta en los cajones de las instituciones internacionales. Todavía hay desapariciones, pero es la lucha de todos los días la que forma ese andamiaje de la memoria la verdad y la justicia.
-¿Podés darnos tu opinión o balance de la reciente reunión que finalmente concretó Mauricio Macri con los Organismos?, ¿recibió a todos?
-El pedido de audiencia se había hecho desde el principio como hacemos con todos los presidentes que asumen, quedando asentada una carta para ser recibida por el Presidente; solicitud a la que Mauricio Macri respondió que no era posible porque su agenda estaba muy ocupada; cosas de él, desde luego, nosotras respetamos. La reunión se realizó el 27/1 con el jefe de Gabinete, Marcos Peña. La invitación fue para todos los organismos de DD.HH. Casi un mes después nos recibe Macri, lo hizo forzadamente, dos días antes de la visita del presidente de Francia [François Hollande]. Claro, tenía agendado reunirse con los organismos, ¿qué respuesta iba a haber cuando preguntara si ya nos había recibido el Presidente? Para esta ocasión, hay una metodología según la cual se recibe a cuatro Organismos, con lo que yo no estoy de acuerdo. No estoy de acuerdo porque afectados son todos los Organismos que nos acompañan. Pero bueno, los cuatro organismos “directamente afectados” son Abuelas, Familiares de detenidos por razones políticas, Hijos y Madres Línea Fundadora; participó también el CELS, y junto a Macri estuvieron el secretario de DD.HH., Claudio Avruj, y el ministro de Justicia, Germán Garavano. Yo no fui a ninguna de las entrevistas, fue otra madre, y ahora, con el Presidente, fue nuestra vicepresidenta, Haydeé García Buela, quien contó que su cara seria fue hasta grotesca, en ningún momento hubo amabilidad. Aunque Estela [Carlotto] dice que entró con una cara y salió con otra, Haydeé dijo que no, salió con la misma cara y hasta tuvo gestos no correctos: retirándose en dos oportunidades, por un momento, para no contestar los temas del Protocolo de Seguridad y el de Milagro Sala.
-¿Y respecto de la política de DD.HH.?
–El camino con este Presidente va a ser duro. Opino que cuando se habla de los buenos perdedores, también hay que hablar de los buenos ganadores. El ganador de una contienda debe tener en cuenta algo -en este caso específico-, si la mitad del pueblo lo votó, lo hizo con una esperanza, por lo tanto les debe dar la satisfacción de que ganó para hacer el bien, no para destruir lo que se ha hecho hasta ahora. Lamentablemente, ha destruido todos los espacios de DD.HH. Esto no está bien porque parece ser un castigo al pueblo argentino, una venganza. Sus dichos son sobre armonía y diálogo, pero el diálogo tiene que ser para resolver los problemas, y dar respuestas a lo político, lo social y los DD.HH. Tenemos las declaraciones de [Darío] Lopérfido (2); de un milico esperás cualquier cosa, pero de un político no. Ya tendría que haber renunciado y el Presidente debería haberle pedido el retiro inmediatamente. ¿Su política? Un mecanismo de despidos para achicar el Estado, pero achicarlo para quién. Para qué, ¿para entregarlo?, ¿a quién?, ¿volvemos otra vez al ALCA, a los créditos, al neoliberalismo norteamericano, entregas a la megaminería, a Monsanto?, ¿más todavía?, porque el gobierno anterior le abrió las puertas a Monsanto, a la Barrick Gold. Con este gobierno se va a vivir más capitalismo.
-Dijiste vengarse del pueblo; ¿como la revancha de la derecha?
–Hemos tenido un andar muy duro. Salir del terrorismo de Estado costó mucho. Este país tiende al fascismo en cierto modo [refiriéndose a la clase dominante]. El pueblo puso mucha voluntad, empeño y trabajo por un mundo mejor. No pueden destruir lo que costó tanto. Guardé el recorte donde asegura que no debe haber revanchismo ni venganza y él mismo muestra que lo está ejercitando. Creo que a este Gobierno le va a quedar como un lastre haber ido destruyendo esos sitios de la memoria; tenemos miedo de perder los archivos que costaron desgarro y lágrimas; hasta tomar los testimonios fue muy duro. Querer destruir esta historia es lo peor que puede hacer este Presidente.
Ahora mismo [1/3/16] pasé por el Congreso en donde había una convocatoria de bancarios. Cerraron el Programa de DD.HH. del Banco Central, echaron a 47 personas. Allí vi un operativo con seis camiones de policía con accesorios y uniformes que nunca había visto, un operativo para la guerra. El Protocolo lo traían armado. Y no olvidemos que aún hay 4000 procesados por defender sus fuentes de trabajo.
-¿Se definió alguna línea de acción ante la próxima visita de Obama?
-Los Organismos ya lo ratificaremos en los documentos, pero públicamente la Línea Fundadora decimos ¡no! a Obama. Fijate que es un despropósito y una provocación anunciar que Obama irá a la ex ESMA, porque no se trata de un juguete de cambio, se trata de la ESMA. Ese día, Obama no puede estar ni allí ni en la Casa de Gobierno, porque además, el operativo de la CIA desatará tensiones debido a la masiva participación en las calles que acompañan cada 24. Lamentamos la postura de Estela Carlotto, porque su expresión al finalizar la visita con Macri fue desafortunada ya que los organismos presentes en la conferencia de prensa habíamos determinado por consenso que con Obama nada, y esto debía respetarse. O al menos debería haber dicho las Abuelas iremos y las Abuelas aceptaremos la invitación al diálogo. Porque una cosa es lo que uno le puede pedir a Obama: que se desclasifiquen los archivos. Y dentro de ellos se abran los casos donde constan las adopciones de niños con destino a EE.UU. Le podemos pedir muchas cosas más, que dejen de matar a todos los pueblos del mundo, ¿no? porque no es el presidente de un país democrático, indemne de lo que ocurre. Ellos son los gendarmes del mundo todavía. Entonces, qué podemos decir si ellos programaron desde el Departamento de Estado el operativo Cóndor; si ellos mandaron a Kissinger; armaron todas las estructuras de las dictaduras latinoamericanas.
El 24 queremos marchar todos juntos, respecto de la postura de Estela y posibles resquemores, algo se va a hablar y algo va a cambiar al respecto.
-Norita, ¿de dónde sacás toda la energía?
-Del amor a nuestros hijos, no sólo Gustavo, sino Marcelo también; mi marido acompañó todo lo que pudo hasta que murió, siempre tuvo gestos de solidaridad no sólo porque Gustavo era su hijo, él ha tenido gestos de solidaridad con la familia, con la gente con la que hemos caminado este tiempo.
Hay algo en el espíritu de uno que dice “no puedo bajar los brazos, esto tiene que seguir”. Cada día se renuevan nuestras energías, no estamos cansadas, cada una de nosotras, con nietos, con bisnietos, renueva el compromiso de dejar la historia con esta herencia de lucha. Somos poquitas y seguimos, una con otra, nos hablamos. La energía viene también de la fuerza que nos damos mutuamente, unos con otros en el pueblo. Vos aquí me das energía a mí y yo te las doy a vos. Además, en la Argentina no se ve toda la solidaridad que hay, los más pobres son los más solidarios. Todo es el germen y la levadura son los jóvenes.
Tengo la fuerza de seguir luchando. Si enfrentamos una dictadura sangrienta, perdimos hijos y a las madres que buscaban a sus hijos, podemos empezar de cero. Ahora contamos con tres generaciones de apoyo: la de ustedes que son como la de nuestros hijos, la de los jóvenes que son como nuestros nietos y la de estas pequeñas generaciones de chicos que vemos en los cochecitos todos los días. “Uno más para ayudar”, le decía a María del Rosario en una de nuestras caminatas.
Referencias
(1) Movimiento Familiar Cristiano – https://actualidad.rt.com/actualidad/view/41022-Robo-de-ni%C3%B1os-en-Argentina-un-movimiento-cristiano-en-mira