El gobierno de facto de Federico Franco anunció ayer que movilizará a militares en todo el Paraguay ante supuestos intentos desestabilizadores contra la actual administración. Justo durante las multitudinarias protestas contra violaciones de los derechos humanos.
El ministro del Interior de Paraguay, Carmelo Caballero, declaró ayer en Asunción que el gobierno comandado por Federico Franco tiene “información de inteligencia” que revela la posibilidad de “actos desestabilizadores” durante “juegos de fútbol y manifestaciones religiosas y populares”. “Existe cierta información de inteligencia en donde se señala que en algunos casos se tendería a la infiltración de algunas personas que buscarían generar algún hecho de violencia, inclusive de buscar algunas víctimas a los efectos de desestabilizar el Gobierno”, aseguró Caballero en declaraciones de prensa.
Para desestimar tales inconvenientes, el gobierno paraguayo autorizó la movilización de las fuerzas armadas para reforzar a las fuerzas policiales con especial atención al próximo fin de semana. Es que se tratará de días de intensa movilización popular por los motivos más diversos. El ‘plan de violencia’ prevé incrementar el control represivo en los penitenciarios paraguayos, donde según el gobierno se estarían programando fugas masivas para este fin de semana. Pero además, los ‘desestabilizadores’ utilizarían la masiva concurrencia a las canchas, en la anteúltima fecha del torneo clausura, para provocar actos violentos. Lo mismo ocurriría con los desfiles tradicionales para celebrar el día de la virgen el próximo sábado.
Sin embargo, lo que más preocupa el gobierno son dos actos con un fuerte carácter político que se desarrollarán en los próximos días. El primero de ellos será durante el fin de semana, cuando el tradicional y conservador Partido Colorado celebre sus comicios internos previos a las elecciones previstas para abril de 2013. Aliados estratégicos de los liberales comandados por el mismo Franco durante el golpe que destituyó al presidente democraticamente electo Fernando Lugo en junio pasado, los colorados se han ido distanciando del ejecutivo actual, al punto de querer generar un nuevo juicio político, esta vez contra el mismo Franco, tras el escándalo que rodeó el presidente al conocerse su declaración de ingresos el mes pasado. Segundo en intención de votos, y con Horacio Cartes como favorito -y cuyos contrincantes internos se agruparon en una lista llamada Frente para la Victoria-, la histórica y prebendaria estructura colorada estará vigilada de cerca el próximo domingo por unos 12.000 efectivos, algo se podría repetir el 16 de diciembre, cuando Efraín Alegre, quien fue Ministro de Obras Públicas de Fernando Lugo, compita en las internas liberales.
Pero tampoco es, quizás, la celebración de las primarias opositoras lo que lleva al ministro del Interior a afirmar que “hay algunos sectores que no están conformes con la actual administración de este Gobierno”, para justificar la militarización del país. La principal preocupación viene de los movimientos sociales, especialmente campesinos, que el próximo lunes 10 de diciembre, día internacional de los derechos humanos, marcharán para exigir justicia por el asesinato del líder campesino Vidal Vega y el esclarecimiento del caso de la masacre de Curuguaty.
Vega fue asesinado el fin de semana pasado en su casa, frente a su familia. Era uno de los testigos principales en la investigación independiente sobre la masacre de Curuguaty del pasado 15 de junio, donde fueron acribillados 11 campesinos y que sirvió de pretexto para comenzar el juicio político que destituyó a Lugo y consagró a Franco en el poder.
La Mesa de Unidad de Movimientos Sociales y Políticos que organiza la movilización del lunes, denunció ayer nuevas amenazas a líderes sociales paraguayos involucrados directa o indirectamente con la investigación sobre la masacre. Para ese día, el ministro puntualizó que la policía tiene instrucción de actuar “con el uso proporcional de la fuerza” si hay casos de violencia y anunció “firmeza de Estado” para contrarrestar a los desestabilizadores.