Por Ana Reales y Ezequiel Luque
La Cooperativa textil La Barranquita y la agrupación Encuentro de Organizaciones (EO) producen desde hace tres años las cartucheras y mochilas con las que niños y niñas de la ciudad de Córdoba empiezan el ciclo lectivo.
Desde el 2011, la organización le exige cada año al Gobierno Provincial la provisión de una canasta escolar básica para que los niños de los barrios populares comiencen las clases con el material necesario. Sin embargo, los útiles escolares brindados por el Ministerio de Educación carecían de calidad y quedaban obsoletos al corto plazo, especialmente las mochilas y las cartucheras.
Ante esta situación, la agrupación descubrió que podía hacerse cargo de la producción a través de cooperativas barriales, construyendo productos de mejor calidad, promoviendo el trabajo autogestionado y ahorrando incluso dinero al Estado, que se evita de esta forma la compra de materiales que vienen del exterior, como es el caso de las mochilas.
Desde el 2014 la cooperativa participa en la licitación que abre el Estado anualmente, para la manufactura de estas unidades. “Desde las cooperativas de trabajo hemos demostrado que somos capaces de resolver parte de esas demandas produciendo mochilas y cartucheras a menor costo y mejor calidad”, afirmaron las trabajadoras de la cooperativa textil.
Este año, la cooperativa producirá de manera autogestiva 6.000 mochilas y cartucheras para chicos de más de veinte barrios y localidades del interior.
Educación y trabajo digno
La Cooperativa y el Encuentro de Organización no sólo reivindican una educación digna sino que también luchan por generar puestos de trabajo.
Norma, una de las trabajadoras, sostuvo que el trabajo colectivo le dio la oportunidad de tener una fuente de trabajo como ingreso para sustentar a su familia, sin que esto signifique descuidar a sus hijos. “Nuestro trabajo no se superpone al cuidado de los niños porque la metodología es acordada de conjunto para que todas podamos trabajar y cuidar a nuestros hijos”, aseguró.
En el enorme proceso autogestivo, lo más trabajoso es la confección y armado de las mochilas. Ramona, otra integrante de la cooperativa textil, explicó que su tarea es preparar las partes de las mochilas y verificar la calidad de las mismas. Para estar calificada para su función, el año pasado cursó una capacitación técnica y este año es la primera vez que forma parte del proceso productivo. “Somos todas mujeres luchadoras”, manifestó.
Todas las personas que están en los procesos han tenido un curso anual de capacitación para poder afrontar la tarea. Del proceso productivo de mochilas y cartucheras participa medio centenar de mujeres distribuidas en tres talleres ubicados en diferentes barrios de la zona este de Córdoba Capital.
“Es un desafío tener dos talleres nuevos de producción andando. Estos procesos aportan en el crecimiento comunitario y en el proceso organizativo”, sostuvo Verónica, una de las costureras que hace tres años fabrica mochilas.