Por Federico Polleri, desde Mar del Plata. El histórico dirigente ferroviario dio una charla en el sindicato Luz y Fuerza marplatense y se refirió a la historia del ferrocarril y sus luchas.
Frente a un nutrido auditorio, Juan Carlos Cena o el “guardapalabra”, como se define a quienes preservan la memoria ferroviaria, recorrió la historia del ferrocarril, de sus organizaciones sindicales y sus huelgas. También reflexionó sobre las causas de lo que consideró “la derrota de los 90”. Desde la escritura y la divulgación histórica, Cena expresó la pelea por “la recuperación de la memoria ferroviaria y del ferrocarril para el pueblo argentino”.
“Los ingleses no vinieron a civilizarnos. Vinieron a llevarse todas nuestras riquezas y para llevárselas necesitaban el tren. Es decir, que en sus inicios el ferrocarril fue una herramienta de penetración colonial en el territorio nacional”, afirmó Cena al comienzo de la conferencia.
Luego de relatar los orígenes del ferrocarril, recordó la primera huelga general ferroviaria, declarada el 10 de agosto de 1896, que comenzó en los talleres de Tolosa, con José Ingenieros como redactor de las proclamas. La causa fue el rechazo de la introducción en el convenio colectivo de trabajo de la idea de “competitividad” pretendida por los empresarios británicos, porque consideraban que creaba división y conductas egoístas dentro de los trabajadores. En aquella huelga los ferroviarios lucharon, además, por la jornada de 8 horas y la supresión del trabajo a destajo.
En buena parte de la exposición, el autor de “El guardapalabra, memorias de un ferroviario” se refirió a la identidad política de los trabajadores del tren: “Nosotros no podemos decir que el ferrocarril es peronista, radical o comunista”. La Fraternidad, el primer sindicato ferroviario, fue creado en 1887, por trabajadores socialistas y anarquistas. Una anécdota bastante difundida es la que recuerda que la Unión Ferroviaria discutió con Eva Perón, a propósito de la decisión de hacerle una huelga al peronismo. Evita fue hasta Remedios de Escalada a reprocharle a los obreros estar haciéndole un paro al presidente Perón. Los ferroviarios, sin embargo, se mantuvieron firmes en su reclamo. “Eva les dijo que no, pero después tuvieron que aflojar y les terminaron aumentando el sueldo. Ojo, los ferroviarios en ese momento eran peronistas, pero su condición de clase no la habían perdido”, recordó Cena.
Los mismos obreros que en ese momento no aceptaron el reproche de Evita, son los que después van a formar parte de “la resistencia peronista”. “Eso es lo que pasaba en el seno de la clase obrera. No es como se piensa ahora que si son peronistas, comunistas, troskistas, como si fueran cortes quirúrgicos perfectos. No, no es cierto eso. Abajo, pasa otra cosa”, sentenció el histórico ferroviario.
Luego llegó el turno de analizar la derrota de los 90. El autor de “El Ferrocidio” afirmó que “hubo compañeros que se suicidaron, que cayeron en el alcoholismo, que se volvieron locos: no podían entender porqué habíamos sido derrotados”, explicó Cena. Desarrollando lo que consideró un necesario balance, sostuvo que la principal causa de lo que consideró una “derrota” fue la desunión: “Porque en plena huelga del 91, la última, las izquierdas argentinas fueron a dirimir la dirección de los compañeros. Buscaban controlar al comité de huelga. No entendían que el programa de la huelga no era de un partido. Era de la sociedad, era de los compañeros”, detalló.
Para fines de 1980 Ferrocarriles Argentinos tenía más de 106.000 empleados, 36.000 kilómetros de vías, 1.800 estaciones, 51 talleres principales de vía y obra, 23 talleres de mecánica, 2.200 edificios para estaciones, 4.350 galpones de carga, 635 galpones de encomiendas y equipajes, 2.100 puestos de cabinas y señalización y 43.000 unidades de material tractivo y remolcado.
La derrota de los 90, que permitió al gobierno de Carlos Menem avanzar con la privatización de los ferrocarriles, dejó más de mil doscientos pueblos fantasmas y deshabitados. “Esta es la consecuencia del tratamiento que se le dio al ferrocarril. Tuvimos 85 mil compañeros desocupados”, afirmó Cena.
A pesar del panorama actual del ferrocarril, Juan Carlos Cena se mostró optimista: “Hay alrededor de 36 emprendimientos culturales de jóvenes, en estaciones y talleres abandonados. Eso nos pone contentos, porque ellos rescatan la cultura ferroviaria, rescatan la palabra nuestra en cada estación que se transforma en teatro. Es un empezar. Quiero decir que nos derrotaron pero que no nos vencieron, porque el espíritu Ferroviario sigue vivo”.
Cena es ferroviario desde los 12 años, empezó como aprendiz de Caldero en los Talleres Córdoba en los años 50. Fue delegado sindical y secretario general de APDFA (Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles Argentinos) y fundador del Movimiento Nacional por la Recuperación del Ferrocarril.
La charla fue organizada por el Espacio Sindical de Base y contó con la presencia de representantes sindicales como el secretario adjunto de CTA Nacional, José Rigane, la secretaria de formación de la CTA local, Alicia Reylé, la secretaria adjunta de la Asociación del Personal Universitario, Anahí Tanguikián, el dirigente del Movimiento Teresa Rodriguez, “Chacho” Berrospe, además de representantes de organizaciones estudiantiles y barriales de la ciudad.