Por Agustín Lecchi y Tomás Eliaschev*
Durante la tarde del pasado viernes 22 se concretó la venta de los medios del Grupo 23 Tiempo Argentino y Radio América, en donde los trabajadores no cobran los sueldos desde diciembre incluido el aguinaldo.
El comprador es el Grupo M, un grupo empresarial correntino vinculado a la producción de espectáculos. La noticia fue recibida con cautela, porque no se conocían los detalles de la operación, las características del nuevo dueño y sobre todo, porque implica la separación de las y los trabajadores de esas empresas con el resto del Grupo que aún continúa en conflicto. Con el correr de las horas y las reuniones de los delegados con los empresarios, se supo que se garantizarían todas las fuentes de trabajo y que las deudas con las y los trabajadores serán pagadas en un cronograma que finaliza el 29 de febrero. El paro en Radio América continúa hasta el lunes 25 así como el estado de asamblea permanente en Tiempo Argentino hasta constatar que se comience a cumplir con lo acordado.
Para los trabajadores de Tiempo Argentino y Radio América esto representa un enorme alivio. Esconderlo sería ridículo y aún peor privarse del derecho a festejar, aun cuando es un festejo con cautela. Ese derecho lo conquistaron con sudor en una dura lucha cargada de inestabilidad y sin certezas. Además, en asamblea resolvieron continuar con la pelea por las y los trabajadores de las empresas que siguen en el Grupo 23 y no cobraron sus salarios desde noviembre o diciembre según el caso (las revistas Cielos Argentinos y 7 días, El Argentino, las radios, el portal Infonews). El domingo 31 se realizará un gran festival en Parque Centenario.
Este no es un dato menor y es una de las más importantes lecciones del conflicto: el gremio de prensa, que ahora cuenta con un sindicato que afrontó en esta lucha su primer conflicto de magnitud, está más unido que nunca. Las muestras de solidaridad y compromiso de los trabajadores de las más diversas empresas fue enorme en cada una de las actividades que se impulsaron, en las movilizaciones masivas que se llevaron adelante, en los momentos en donde había que poner el hombro.
No sólo nos hicimos fuertes en las asambleas, pintadas, paros, movilizaciones y ollas populares: logramos instalarnos con la consigna #NoalVaciamientodelGrupo23 mas allá de nuestro gremio. El conflicto estuvo en boca de muchos y se planteó no sólo cómo una lucha en defensa de los puestos de trabajo y por el pago de salarios y aguinaldos sino también en defensa de la multiplicidad de voces y el derecho a la comunicación: los únicos que podemos garantizar la libertad de expresión del pueblo somos las y los trabajadores y lo demostramos en estos días donde llegamos con nuestra voz a miles y miles de personas. De esta manera, también dijimos bien fuerte que los trabajadores de prensa no somos la empresa donde trabajamos ni tenemos por qué compartir la línea editorial de nuestros patrones.
En el conflicto hubo dos responsables que hicieron oídos sordos a los reclamos de los trabajadores: los empresarios y el gobierno. La creatividad de los trabajadores del grupo resume en un cántico con ritmo de Katunga (“me lo dijo una gitana”) lo que le cabe a cualquier empresario. “Se va a inventar una cura contra el garca, pero si sos Szpolski no te salvas”. En el caso de Szpolski la indignación es mayor ya que recientemente fue candidato a intendente de Tigre por el FPV. Tampoco faltaron los reclamos contra los otros dueños, como Matias Garfunkel, Dario Richarte y Mario Pergolini, ninguno de los cuales se hizo cargo de la situación. En el caso de Garfunkel llegó al paroxismo del cinismo dedicándose a hacerse la víctima a través de las redes sociales.
Por su parte, el gobierno con el ministerio de Trabajo a la cabeza se mostró prescindente e incluso intentó fallidamente que el único sindicato con presencia en todas las empresas en conflicto –el SiPreBA- no presencie las instancias de negociación. El ministerio, que defiende el unicato sindical, esgrimió la falta de personería gremial del nuevo sindicato, un dato que los trabajadores de prensa debemos tener en cuenta para futuras luchas, no para sembrar incertidumbre o temor sino para pensar colectivamente y buscar soluciones concretas, algo que caracteriza a la actual conducción provisoria.
Los trabajadores de prensa tenemos mucha bronca con estos patrones que pisotean nuestros derechos, y también tenemos alegría por haber empezado a recuperar nuestra identidad como parte de la clase trabajadora y como fruto de ese proceso estar construyendo desde abajo nuestra herramienta gremial participativa, independiente de los patrones y el Estado. El sindicato se construye desde abajo, con democracia, la más amplia unidad de acción y sobre todo, en luchas como éstas. Esos son los ladrillos más sólidos para afrontar un futuro inmediato que estará plagado de duros conflictos: los miles de despidos y medidas antipopulares del gobierno macrista auguran que durante los próximos meses no nos va a quedar más alternativa que salir a las calles para que no nos pasen por arriba.
Luego de estas intensas semanas de movilización permanente existe cansancio, pero la organización gremial en cada una de las empresas y del Sindicato de Prensa de Buenos Aires, creció enormemente. Para el SiPreBA este conflicto es visagra. Y todavía no terminó. Los más pesimistas auguraban el cierre del diario que hoy anuncia su continuidad bajo nuevo dueño. Que encuentre cause positivo la situación del diario y de la radio que vivió un paro histórico de 15 días seguidos, es únicamente fruto de una enorme lucha conducida por las Comisiones Internas, las asambleas por empresa y la Asamblea de Trabajadores del Grupo 23 con el apoyo permanente e incondicional del nuevo sindicato en el que todos los trabajadores y las trabajadoras se reconocen parte activa.
En lo inmediato, el gremio va a seguir la lucha para que se concrete el pago de salarios en Infonews y el resto de las empresas y para que ningún trabajador del Grupo 23 quede en la calle. En eso estuvimos todos estos días y en eso seguiremos hasta lograr nuestros objetivos. Sabemos que la única lucha que se pierde es la que se abandona.
* Secretarios de organización y derechos humanos del SiPreBA (Sindicato de Prensa de Buenos Aires)