Por Nadia Fink desde Rosario/ Fotos por Julieta Pisano para Cooperativa de Comunicación “La Brújula”
A cuatro años del asesinato de los tres militantes de Barrio Moreno, se realizó una “Cena a la Corte” en las puertas de los Tribunales de la ciudad de Rosario para interpelar a la justicia
El miércoles por la noche el clima fresco había cedido al calor abrumador de los días anteriores, y también a las lluvias. La calle Balcarce, que atraviesa la puerta de los Tribunales, estaba cortada, con un escenario que esperaba a las bandas que acompañaron la jornada y también la palabra de los familiares.
Cuatro años atrás, en las primeras horas del 1 de enero de 2012, habían sido asesinados Jeremías Trasante, Claudio Suárez y Adrián Rodríguez o Jere, Mono y Patóm, tres nombres indisolubles a esta altura en lo que se conoció como el Triple Crimen de Villa Moreno. Los tiros llegaron desde una banda narco que buscaba venganza.
Este 6 de enero de 2016 la “Cena a la Corte” tenía un motivo: además de homenajear a los pibes, la idea era la de estar en las calles, a los pies mismos del recinto donde diariamente se administra la justicia legal, para recordar y hacerse presentes porque la última sentencia fue apelada a la Corte Suprema de Justicia de santa Fe.
La búsqueda de justicia
Luego de años de luchas y construcciones, el 4 de diciembre de 2014 los autores materiales del crimen habían sido condenados: 32 años de prisión para Sergio “El Quemado” Rodríguez, 33 años a Brian “Pescadito” Sprío, 30 años a Daniel “Teletubi” Delgado y 24 para Mauricio “Maurico” Palavecino, de 23. El 4 y 5 de junio fueron apeladas las condenas por parte de la defensa. Y tres meses después la Cámara Penal emitía un fallo vergonzoso en el que absolvió a Sprío (su condena incluía la tenencia de una granada) y redujo las penas de Delgado y Palavecino 9 y 5 años respectivamente; sólo mantuvieron la condena de Rodríguez.
En ese contexto, desde Ciudad Futura (compuesto por el Movimiento 26 de junio – FPDS y Movimiento Giros) presentó el 16 de septiembre pasado el Recurso de Inconstitucionalidad ante la Corte Suprema Provincial. En ese entonces, Pedro “Pitu” Salinas, concejal de Ciudad Futura dijo: “fue como si hubieran asesinado a los pibes otra vez. Después de la sentencia no esperaba volver a ver a Lita llorar así de nuevo”.
Todas las voces para un mismo pedido
Salinas se refería a la mamá del Mono Suarez, quién subió este miércoles en esa noche fresca junto con Roxana, hermana de Patóm y Eduardo, padre de Jeremías al escenario. Entre la memoria y el llanto, Trasante dijo: “si alguna vez caminamos por ellos vamos a seguir caminando”. En sus palabras recordó aquella primera marcha posterior a esa noche de reyes en que ninguna de ellos puso los zapatos para sus pibes y, convencido en su búsqueda de justicia afirmó: “esto seguirá como el cartel que fue puesto en la canchita, que no sé cuándo se gastará, creo que nunca. La sangre de Jere, Mono y Patóm sigue pidiendo justicia”.
Las y los más jóvenes del Movimiento 26 de junio tomaron la palabra y construyeron un mensaje colectivo: “Nuestra rebeldía nos hace luchar con más fuerza, porque es mentira lo que los medios dicen de nuestro barrio, porque luchamos para terminar con la injusticia. Porque ser jóvenes no es sólo pasarla bien con amigos sino también tomar responsabilidad como militantes”. Reflejados en los tres compañeros que no están y que eran tan jóvenes como ellos y ellas cerraron con un contundente: “Rebeldía no es sólo hacer quilombo, es construir, es hacer”.
En una Rosario donde la inseguridad es sinónimo de narcotráfico invadiendo los barrios familiares y militantes se acercan y tejen lazos para reclamar con más fuerzas. Por eso estaba presente Juan, hijo de Mercedes Delgado asesinada por balas narco hace casi 3 años. En conversación con Marcha, dijo: “nos sentimos muy familiarizados con la causa porque hace tres años también perdimos a mi madre. Hoy venimos a apoyar como venimos haciendo a lita, al Edu y a todos los chicos del M26. Creemos que es en la calle la única forma que venimos sosteniendo para poder conseguir justicia. Esperamos que en este año pueda ser revocada esa mala decisión que han tomado en su momento y poder ver a las familias”.
Otra de las que se hizo presente fue Celeste Lepratti, hermana del querido Pocho, asesinado en la rebelión de 2001. Sobre el polémico fallo que revocó las penas, expresó: “No es al azar sino que es coherente con esta justicia o con los que deberían administrar justicia que se encuentren estos reveses en estas causas. Y en una tan emblemática como ésta, una cachetada enorme pero tampoco es que nos asombra. Venimos peleando hace tanto y bancándonos tantas cachetadas que lo bueno en esto es seguir juntos, aunando las luchas. Y mantenernos juntos que eso nos da la fuerza para seguir pero también la fuerza que nos empodera frente a eso enorme y verdaderamente poderoso que es la impunidad”.
Por último, Lepratti afirmó: “Una cosa que resalto y que comparto que escuché de los familiares es el papa de Jeremías, Eduardo, es el amor. El amor es lo que no tenemos que dejar nunca de lado más allá de la bronca, del dolor, del odio que sentimos de a rato. De la gran tristeza que nunca desaparece, el amor es lo que nos va transformando y va transformando estas luchas en otra cosa y como también rescataban los más jóvenes, con alegría”. Y esto es en definitiva, lo que nos diferencias de los otros, de quienes imparten justicia cerca de los poderes y bien lejos del pueblo.
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