Por Tomás Eliaschev* – @TomasEliaschev / Foto por Gustavo Pantano
El gremio de prensa irrumpió en el barrio paradigmático de la opulencia y las desigualdades imperantes. No pasó desapercibida la movilización convocada por la Asamblea de trabajadores del Grupo 23 junto con el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA).
Banderas, bombos, redoblantes, pirotecnia, pintadas y cánticos dieron color y ritmo al reclamo en contra del vaciamiento empresarial y por el urgente pago de salarios y aguinaldos adeudados. La entrada al edificio que alberga las oficinas de Sergio Szpolski, atrás del Hotel Hilton de Puerto Madero, fue el escenario donde el martes 5 pasado nos congregamos centenares trabajadores de prensa, acompañados por dirigentes políticos y sindicales de distintos espacios. Del otro dueño, Matias Garfunkel, ni siquiera se sabe si está en el país. Eso sí: se hace presente en las redes sociales para ventilar las disputas que tiene con su socio y para deslindar responsabilidades.
El conglomerado difuso de razones sociales de fantasía que están a cargo del tándem Szpolski-Garfunkel está conformado por Tiempo Argentino, Radio América, Rock and Pop, Radio Splendid, Infonews, El Argentino, El Argentino Zona Norte, Sur, Córdoba, Rosario y Mar del Plata, 7 Días, Cielos Argentinos y CN23. Cada medio está inscripto en distintas empresas, cuyos directivos son presuntos testaferros. La pauta oficial, no sólo del gobierno nacional, fue clave para que esta aventura empresarial se expandiera como un castillo de naipes. Ya el año pasado había dado una primera muestra de achicamiento con la venta que hicieron de la revista que le daba nombre al grupo: la revista Veintitrés pasó a manos del Grupo Crónica, así como con la venta de Miradas al Sur, que pasó a manos del Movimiento Evita. En los últimos tiempos el atraso en el pago de sueldos era sistemático para la mayoría de los trabajadores. Ni bien pasaron las últimas elecciones las cosas empezaron a complicarse cada vez más.
Las más de 800 trabajadoras y trabajadores se cansaron de las maniobras de vaciamiento y de no percibir la remuneración correspondiente. Hay muchos que no cobran desde noviembre. Los mal llamados colaboradores, es decir los factureros, no ven un peso desde hace meses. Nadie cobró el aguinaldo. La semana pasada decidieron marchar al Ministerio de Trabajo, sobre la avenida Alem. La segunda cita fue directo a donde está Szpolski, un empresario con un largo prontuario de vaciamientos, tanto de empresas periodísticas como de otros rubros.
La movilización fue contundente. Frente a las oficinas, luego de recibir la noticia de que Szpolski no pensaba recibirlos, hablaron los delegados de Tiempo Argentino, Randy Stagnaro y Alejandro Wall. También el representante de Infonews, Ezequiel Dolber. En nombre del SiPreba, Fernando “Tato” Dondero, aseguró que el gremio iba a estar luchando en las calles hasta las últimas consecuencias. A todos nos quedó claro que ahora tenemos un sindicato, lo que se podía ver en las pecheras y banderas que nos identifican.
El acto tuvo fuerte acompañamiento. Dieron palabras de apoyo los diputados Andres Larroque (FPV), Myriam Bregman (PTS-FIT) y el legislador porteño Marcelo Ramal (PO-FIT). Larroque expresó su disposición a que “no se pierda ninguna fuente de trabajo”. Bregman destacó que en la marcha estaban presentes “muchos de los trabajadores de prensa que difunden las lucha por los derechos humanos”. Y Ramal calificó a Szpolski como “el Cirigliano de los medios”. También sumaron la adhesión de sus respectivas asambleas los delegados Irene Haimovichi, de La Nación, y Francisco Rabini, del grupo Clarín.
Las canciones cantadas a viva voz y con megáfonos se hicieron escuchar: “Szpolski, decime que se siente/ ver al gremio reaccionar/ te juro que aunque dure la lucha/ nunca vamos a aflojar/ Porque prensa está de pie/ unidad para luchar/ a este gremio no lo callan nunca más”, al ritmo de “Bad Moon Rising” de Credence Clearwater Revival fue una de las más cantadas.
Si bien está vinculado históricamente con la Coordinadora radical, Szpolski recientemente fue candidato a intendente por el Frente para la Victoria en el partido de Tigre. Su socio y actual enemigo público, Garfunkel, había coqueteado con la idea de ser candidato a diputado por el massismo, para luego pasar a ser un férreo defensor de Daniel Scioli. Se trata de dos personajes que suelen posicionarse sobre temas de política nacional e internacional. Su exposición pública y su frivolidad bochornosa son una provocación a las familias que están en vilo porque están sin cobrar, con miedo a perder su fuente de ingresos.
La bronca acumulada es mucha. Y el miedo a perder el trabajo es grande, sobretodo en un contexto donde el flamante gobierno muestra sus dientes neoliberales y empieza a descerrajar su política de cero protección del empleo. Pese al contexto adverso que implica el macrismo en el poder y su batería de medidas antipopulares, hay buenas condiciones para luchar. Gracias a la organización gremial de base que desde hace muchos años persiste en las distintas redacciones se logró conformar una asamblea de todo el Grupo 23 y una inteligencia común entre todos los delegados. Pese a que todavía no se obtuvieron respuestas, quedó claro que este colectivo de trabajadores no va a dejar pasar fácilmente un vaciamiento. Y que ahora hay un acompañamiento concreto de un sindicato, el SiPreBa, que está dispuesto a luchar hasta las últimas consecuencias para evitar el atropello patronal y la pérdida de fuentes de trabajo.
La lucha de las y los trabajadores alcanzó gran repercusión. La presión de los trabajadores organizados consiguió que el tema fuera difundido en la TV Pública y en Télam. El aporte de medios comunitarios como La Garganta Poderosa, Radio Sur 88.7 y Barricada TV es un impulso fundamental para dar a conocer los reclamos. El hashtag (etiqueta) #NoalvaciamientodelG23 fue Tending Topic, es decir uno de los temas de los que más se habló en las redes sociales. No faltaron los comentaristas, mayoritariamente anónimos, que descargaron su resentimiento y se manifestaron a favor de que haya despidos, por el sólo hecho de que la línea editorial del grupo era afín al gobierno anterior. El afán por el pensamiento único macrista se combina con la ignorancia que implica confundir a los trabajadores con sus empleadores, como si fueran lo mismo y los laburantes tengan que responsabilizarse por el pensamiento de los dueños. Uno de los elementos más interesantes de la marcha fue la presencia de los trabajadores del grupo Clarín y de La Nación. Fue una demostración más que para las y los trabajadores de prensa, la única grieta que existe es la que nos separa de patrones abusivos.
*Delegado de revista 23 y secretario de Derechos Humanos de SiPreBa