En medio de una grave crisis económica, acusaciones de corrupción y el aislamiento internacional, el gobierno de facto del Paraguay va sumando conflictos. Campesinos, estudiantes y estatales se mantienen movilizados en todo el país. Los bloques políticos ya se preparan para las elecciones de abril.
El ministro de Hacienda del Paraguay, Manuel Ferreira, ya lo había advertido hace una semana, no hay plata. Menos en un año electoral, donde la caja se usa para hacer proselitismo de cara a los comicios de abril. Por más que suene irónico, más o menos fueron esas las palabras con las que el funcionario describió la situación financiera de su país. Según Ferreira, su ministerio atraviesa el “peor momento por la falta de recursos para hacer frente a sus obligaciones”, y lanzó veladas acusaciones a los legisladores que se encuentran en plena campaña.
Pero según él, otro de los problemas está representado por los reclamos salariales que unos 50 sindicatos, principalmente estatales, están llevando adelante desde hace unas semanas. “Cuando tenés 100 y pagás 92 en sueldos y montos relacionados al mismo, no sobra nada para rutas, hospitales y escuelas y eso se debe comenzar a cambiar, tomaremos las decisiones que tengamos que tomar para frenar este tipo de pedidos donde unos viven bien a costa de que la mayoría viva mal”, se defendió Ferreira.
Ayer el descontento social se hizo sentir y con fuerza. Unos mil campesinos paraguayos cortaron varias rutas en los departamentos de Misiones e Itapúa en reclamos del cumplimiento de las promesas hechas por el presidente de facto Federico Franco. Se trata de poblaciones afectadas por sequía, donde unos 14500 agricultores recibieron la promesa de un resarcimiento de pérdidas de 250 dólares por cabeza que nunca llegó. “Necesitamos esos fondos para pagar por las semillas, última oportunidad en el año de producir el algodón y llevar algo a nuestras casas”, explicó Emiliano Vera, presidente de la Asociación de Productores de Itapúa, que mantiene bloqueada la Ruta 6 desde hace 3 días. Además, los campesinos denuncian que sólo han sido incluidos en las listas algunos de los que deberían cobrar el subsidio, mientras que buena parte quedó afuera.
Mientras esto sucedía, en Asunción decenas de intendentes del interior irrumpieron en el despacho presidencial a la fuerza exigiendo el pago recursos que ya han sido asignados pero que han quedado sin ejecución. En algunos casos, el estado debe hasta tres meses de sueldos en diferentes dependencias. Por eso, los alcaldes con empleados municipales arrasaron con las fuerzas policiales que custodian al palacio presidencial e increparon a Franco, que luego de un primer tumulto tuvo una “conversación civilizada” con los manifestantes, según reportaron periodistas allí acreditados.
La situación del presidente es seguramente poco feliz. Solamente hace unos días, debió salir en cadena nacional a rebatir la acusación de haber indicado el falso en su declaración de haberes, donde consta un incremento del 748% en su patrimonio en cuatro años. Los senadores del Partido Colorado pidieron a gran voz el juicio político, mismo recurso que utilizaron en junio pasado para destituir, en menos de 24 horas, al presidente democráticamente elegido, Fernando Lugo. Franco aseguró haber “cometido un error en el cálculo de su patrimonio, admitiendo que ese decomuneto está falseado, escusa suficiente como para comenzarse un juicio penal, del cual sin embargo aún no se tienen noticias.
Si bien el debate en torno a una posible, nueva, destitución presidencial parece haberse aplacado, los gremios estatales, y sobre todo en el ámbito de la educación, siguen en pie de guerra. Anoche las universidades nacionales de los departamentos de Alto Paraná, Itapúa, Concepción, Caaguazú, Canindeyú, Guairá y Ñeembucú, amenazaron con ir a la huelga general por tiempo indefinido si no se les restituye la parte del presupuesto recortada por el gobierno nacional. Ya hace unas semanas, la Universidad Nacional de Asunción obtuvo la restitución del 72% de la partida presupuestaria que había sido cancelada a causa de la crisis financiera remarcada por Ferreira, y para ello mantuvo un paro general por tiempo indeterminado. Ahora, otras seis universidades anunciaron el comienzo de la medida el próximo 6 de noviembre.
Todo esto ocurre mientras se forman las alianzas y las rupturas de cara a la cita electoral de 2013. Conservadores y progresistas se encuentran en plena constitución del nuevo mapa político paraguayo, y hasta el ex presidente Fernando Lugo, que había asegurado que no se iba a postular para un nuevo mandato, inscribió su participación como candidato a presidente, aunque la coalición que lo suportaba se encuentre hoy dividida.
Y mientras el ministro de Hacienda mete mano a las reservas del Banco Central para pagar deudas, el conflicto continúa en las calles, mientras se comienza a fortalecer el llamado a una masiva huelga general.