Por Lia Geada y Vivian Palmbaum / Foto por Fotojiando
En días en que la gobernadora María Eugenia Vidal descabezó a la cúpula del Servicio Penitenciario Bonaerense por la fuga de tres -mediáticos- presos varones, las mujeres privadas de su libertad siguen padeciendo las violencias de las condiciones de encierro. Rosa Rosadilla exige su derecho a la salud y realiza desde el 17 de diciembre una huelga de hambre en la Unidad 46 de San Martín.
Desde hace cuatro años Rosa Myriam Raquel Rosadilla está condenada por el crimen del cantante de tango Hugo Estévez. Una mujer que actualmente tiene 60 años y que después de transitar dos años y medio por diferentes cárceles del conurbano bonaerense, fue a parar a la Unidad 46 del Complejo Penitenciario de San Martín, en donde está actualmente desde hace un año y medio. A pesar de los distintos recursos y pedidos avalados por la justicia, el Servicio Penitenciario no han hecho lugar a las medidas de protección para Rosa.
Un grito: “prefiero morir luchando”
Rosa decidió tomar una medida extrema porque sus necesidades de salud no son atendidas y los recursos interpuestos a la justicia no han tenido ejecución concreta.
Rosa Rosadilla comenzó con la huelga de hambre mientras sus guardianes de la cárcel no dieron crédito a su negativa de alimentarse. Por lo que debe comunicarse con alguien de afuera para comunicar esta situación que no había sido atendida en su seriedad y expresa: “prefiero morirme luchado porque sino moriré de todas maneras”.
En esta Unidad Penal cada lunes funciona el Taller de Artes Visuales que solidariamente ha organizado la agrupación Rancho Aparte, en donde las personas privadas de su libertad encuentran un espacio de arte. Rosa asiste allí y por eso el domingo apela a una de las coordinadoras para comunicarle su decisión.
La salud y los recursos judiciales desoídos
Además de tener diagnosticado enfisema pulmonar padece serios problemas óseos y trastornos digestivos. El enfisema pulmonar es una enfermedad progresiva de los pulmones que dificulta la respiración y para la cual necesita asistencia respiratoria y tratamiento.
En octubre de este año, fue entrevistada por la PROCUVIN, Procuraduría de Violencia Institucional, y el organismo decide presentar un Hábeas Corpus ante el TOC Nº 3, Tribunal Oral en lo Criminal, de San Martín, por la situación de salud. El mismo nunca fue ejecutado, ya que Rosa continúa sin recibir tratamiento. En noviembre, la Comisión Provincial por la Memoria, durante una visita a la Unidad Penitenciaria le realiza una entrevista y pide informes acerca de la situación de salud de Rosa, y hasta el día de la fecha no se ha respondido al pedido realizado por este organismo.
Habiendo agotado diversas instancias para efectuar su reclamo por sus legítimos derechos, ella ha decidido iniciar la huelga, que ya lleva 6 días. El miércoles Rosa ha decidido extremar la medida y comenzar con una “huelga seca”, que implica no ingerir líquidos.
Rosa reclama, el derecho a la salud, no sólo para ella misma, sino para otras compañeras presas que también tienen diversas enfermedades y tampoco reciben tratamiento. Al mismo tiempo peticiona mejores condiciones de detención para las mujeres adultas, que en esta unidad, están alojadas junto a presas de otras edades, sin respetarse el grupo etario y las necesidades de cada uno de estos.
Frente a la gravedad de la situación, tomó nuevamente intervención la Comisión Provincial de la Memoria, el PROCUVIN y la Agencia para la Libertad que empezaron a gestionar una respuesta para un reclamo de dignidad para la vida que no puede demorarse.