Por Laura Salomé Canteros – @laurasalome / Foto por Milena Dimarco
La designación de Fabiana Tuñez al frente del Consejo Nacional de las Mujeres fue leída en la misma proporción como una contradicción para el movimiento feminista como una oportunidad para la lucha contra las violencias. En contextos agrietados, a la ex directora de la ONG La Casa del Encuentro, no se le perdona haber aceptado el cargo de parte de un gobierno nacional que no tardará en reprimir o (intentar) negar derechos a las mujeres y a la comunidad lgbti.
Frases como “Fabiana Tuñez, sigue tomando el té con la embajadora de Israel” se leen en las redes sociales al calor del debate que generó la designación (y aceptación del cargo) de una referente de los Derechos de las Humanas. Desde que se conoció públicamente la noticia de que la ministra Carolina Stanley había convocado a Tuñez a trabajar en el organismo dependiente de su cartera, la de Desarrollo Social de la Nación, idas y vueltas, disputas virtuales, etiquetas y feministómetros se lanzaron al aire virtual para calificar las decisiones políticas de ambas.
“A Fabiana hay que dejarla trabajar y después opinemos, el CNM tuvo muy malas administraciones los últimos años”, se lee por otro lado. Mientras, el máximo organismo encargado de prevenir, sancionar y erradicar la violencia machista, según la Ley 26.485, el Consejo Nacional de las Mujeres (CNM), sigue sin presupuesto aplicado a un plan federal, fue criticado por no reconocer la integralidad de la violencia de género y por no decir que los abortos clandestinos son violencia del Estado y sigue sin ser un organismo independiente.
Sin embargo la legitimidad y el liderazgo ante el movimiento de mujeres producto de los años de lucha en las calles, el trabajo intenso en que llevó adelante el único Observatorio hasta no hace mucho que registra los femicidios, la sensibilidad y experiencia en la temática, la cintura política y la audacia son valores que se pueden traducir en la oportunidad para Tuñez de realizar una buena gestión al frente del organismo. Por otro lado, la ausencia de experiencia en cargos de políticas públicas estatales, tomar la dirigencia de un CNM desjerarquizado, sin iniciativa política ni ideas propias y vaciado de importancia para la incidencia en la agenda política nacional, son pesos en contra en este momento de asunción de Tuñez.
Es por eso que la grieta se puede leer de dos formas: o bien representa los atajos, resquicios u oportunidades que suele tomar el feminismo para avanzar en su lucha ante las fisuras que presenta la política partidaria hegemónica, o bien representa las disputas, que a veces parecieran irreconciliables, que la coyuntura del “fin del kirchnerismo” y el resultado fatídico del balotaje nos legó al movimiento de mujeres y feminista organizado y popular.
“El presupuesto es el que aprobó la gestión saliente”
En la tarde de ayer y en la sede del organismo, aproximadamente 60 activistas, periodistas y representantes de organizaciones sociales, políticas y ONGs formaron parte de la reunión a la que convocó Fabiana Tuñez, en claro gesto político de diferenciación con la gestión kirchnerista del CNM a cargo de Mariana Gras.
Recibió de parte de algunas el documento conjunto denominado “Hacia la construcción de una agenda de trabajo para un Plan Nacional Integral contra la violencia hacia las mujeres” y luego de un afectuoso saludo a cada una de las invitadas, comenzó su alocución en la que “pidió paciencia” y “trabajar juntas” para construir un “Consejo de puertas abiertas” a las organizaciones de mujeres que durante años reclamaron al organismo escuchara lo que desde las mujeres de a pie se quería elevar como demandas al Estado para contribuir a la eliminación de las violencias.
“No va a ser una tarea fácil”, sostuvo Tuñez, quien no evitó hablar sobre el presupuesto asignado, que es ínfimo y dijo, “el presupuesto es el que aprobó la gestión saliente”. Cabe recordar que –según el monitoreo realizado por la agrupación Mujeres de la Matria Latinoamericana MuMaLá y el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana – ISEPCi-, en 2014 el CNM recibió la asignación presupuestaria de $16.233.262, lo que representó tan sólo el 0,0018% del presupuesto total nacional para ese año, destinando la ínfima cifra de 0,80 centavos por mujer para combatir la violencia de género. “Obviamente se necesita más presupuesto”, reconoció la funcionaria.
Entre otras inquietudes expresadas por las representantes de organizaciones de mujeres y feministas que se encontraban en la reunión estuvieron, la plena vigencia de la ley de servicios de comunicación audiovisual en el sentido de que combate la violencia simbólica en su modalidad mediática; la aplicación de la reciente sancionada ley de patrocinio jurídico gratuito para víctimas de violencias machistas; el monitoreo de la plena vigencia de las leyes que reconocen derechos; la ampliación de demandas para la ampliación de los imaginarios de lo que el ser mujeres significa, por ejemplo la inclusión de la situación de las mujeres migrantes; el funcionamiento de un Consejo Consultivo de la sociedad civil que funcionó por última vez en 2013; la protección de leyes vigentes en educación y salud; la exigencia de que adquiera resolución ministerial el protocolo de atención de abortos legales; el avanzar en la independencia económica de las mujeres.
Entre las perspectivas de Fabiana Tuñez al frente del CNM está la de seguir convocando, más específicamente durante enero y febrero, al trabajo conjunto desde el Estado y con las organizaciones. Aun desde un gobierno macrista. Aun cuando sabe que los obstáculos pueden ser igual de difíciles que la decisión política que tomó.
Mientras, se sigue leyendo en las redes sociales “son tres o cuatro fachas” o, “¿acaso para trabajar por erradicar la violencia machista y luchar contra el patriarcado hay que esperar a que gane elecciones un partido de izquierda?”. Mientras, sigue muriendo una mujer cada 30 horas en el territorio Argentina producto de la violencia machista, mientras tantas otras son violentadas de múltiples formas producto de la desigual distribución y ejercicio de los poderes en esta sociedad machista y heteropatriarcal. Pero bueno, en las grietas estamos, y quien nos quita lo debatido.