Por Redacción Marcha
En su lectura sobre el triunfo de Mauricio Macri en la Argentina, el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, dejó una frase que sirve de lección para el resto de los procesos abiertos en América Latina: “El continente está ante una disyuntiva: o profundizar los procesos revolucionarios desde adentro o el regreso de la derecha, sólo hay dos caminos. Argentina ha develado la disyuntiva”.
En una conferencia de prensa en la que dedicó buena parte a analizar el cambio de etapa en el país del sur, García Linera aseguró que “está claro que la elección argentina marca un retroceso para los gobiernos progresistas y revolucionarios del continente, que protagonizaron un cambio por casi 13 años. Consideramos que es una de muchas batallas que hay que seguirlas dando”.
El líder boliviano destacó tres enseñanzas políticas que deja este cambio de escenario en la región: la importancia de los liderazgos, la estabilidad económica y la profundización de los procesos revolucionarios.
“La primera lección es la importancia decisiva de los liderazgos. Está claro que en Argentina otro habría sido el resultado si la compañera Cristina (Fernández) iba a las elecciones”, señaló. Y, anclando la mirada en el caso boliviano, aseguró que el liderazgo del presidente Evo Morales “es decisivo para la continuidad del proceso revolucionario”, por lo que instó a que se apruebe en febrero el referendo para permitir postularlo a un cuarto mandato consecutivo ya que “sin la continuidad de Evo Morales como líder, el riesgo de un retroceso es inminente”.
La segunda lección que dejó la derrota del kirchnerismo -según García Linera- es la importancia de la gestión económica para generar “estabilidad y una profundización de justicia e igualdad en los procesos revolucionarios”.
Como tercer aprendizaje, evaluó que para los procesos políticos progresistas sólo existen dos alternativas, continuar “impulsando las transformaciones, radicalizando el proceso”, o caso contrario se generará un “retroceso, la derecha, el conservadurismo, la regresión”.
El dirigente concluyó: “El continente se ha polarizado en dos únicas opciones: o profundizar los procesos revolucionarios desde adentro o restauración neoliberal. Argentina ha develado la disyuntiva del continente en estos años que vienen por delante”. Para eso, resaltó también la importancia de la participación de los movimientos sociales.
Linera y la “pseudo izquierda deslactosada”
El vicepresidente boliviano también volvió a cargar contra los sectores de izquierda que manifiestan críticas o se oponen a los gobiernos posneoliberales de la región, a los que recientemente se había referido como “pseudo izquierdismo de cafetín”. Ahora, aludiendo al caso argentino, García Linera -cometiendo la simplificación de uniformar todos estos procesos como si fueran iguales- la calificó como la “pseudo izquierda deslactosada”, y arremetió: “Esos que critican al gobierno, supuestamente desde posiciones más radicales de izquierda, en los hechos trabajan para la derecha y extrema derecha, eso pasó en Argentina”.