Bolivia se relaja luego de largas semanas de tensión. Evo Morales informó la suspensión de la construcción de la carretera que une Cochabamba y Beni.
El domingo por la noche los marchistas y el gobierno resolvieron el conflicto al acordar sobre los 16 puntos del pliego que presentaron las comunidades indígenas del oriente boliviano.
Con el anuncio de la suspensión de la construcción se da por tierra con la anterior iniciativa que planteaba la paralización temporal de la obra y la realización de una consulta popular sobre la continuación de su construcción. Esta propuesta llegaba tarde, en tanto el conflicto ya se encontraba desatado.
La carretera iba a atravesar el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) en el oriente del país. Las comunidades indígenas de la zona comenzaron a organizarse en contra de este proyecto y ante la falta de diálogo con el gobierno el 15 de agosto iniciaron una marcha que llegó a La Paz el miércoles pasado luego de 65 días y 600 km recorridos.
Luego del anuncio el pasado viernes el presidente boliviano bajó de su despacho y se reunió con el millar de marchistas indígenas que se encuentran en la Plaza Murillo frente a la casa de gobierno. Allí admitió: “hemos empezado tarde a dialogar, pero esperamos lograr buenos resultados. Tienen la mejor buena voluntad de mi parte”. Reconociendo este error aseguró también que él no autorizó la represión a la marcha ocurrida el 25 de septiembre en Yucumo, Beni e indicó que ha instruido una investigación para dar con los responsables de los hechos.
Ahora solo falta que la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia apruebe las observaciones a la ley del TIPNIS enviadas por Evo Morales en base a los acordado.
Fernando Vargas, presidente de las comunidades indígenas del Territorio Indígena del TIPNIS calificó de fructífero el trabajo con el presidente y anunció que la vigilia de los marchistas indígenas proseguirá en la Plaza Murillo hasta que la ley sea promulgada por Morales tras su aprobación en el órgano legislativo.
Ricardo Bajo, director de la edición boliviana de Le Monde Diplomatique, informó que la la carretera sí se construirá pero sin atravesar el territorio del TIPNIS, ya que es fundamental para Bolivia la unificación de estas dos provincias.
El periodista destacó la voluntad del gobierno de resolver la situación pero lamentó que lo haga cuando ya se encuentra muy presionada aborde el conflicto ya desde debilidad. “El gobierno deja que los conflictos crezcan hasta que llegamos a situaciones insostenibles”, opinó.
Las comunidades indígenas se han mostrado abiertas al diálogo y vieron con buenos ojos el cambio de posición del gobierno. Distintos sectores se han mostrado conformes con la decisión de parar la construcción: diputados indígenas del MAS que acompañaron a los marchistas en sus reclamos, la Central Obrera Boliviana e incluso diputados de la oposición.
Sin embargo hay quienes no están contentos con las resoluciones. Son aquellos que sin tener real preocupación por la situación de las comunidades indígenas en el TIPNIS, han aprovechado la situación montándose sobre el legítimo reclamo y los torpes movimientos iniciales del gobierno para desprestigiar la gestión de Evo Morales. Es el caso de Rubén Costas, actual gobernador del departamento de Santa Cruz, acusado de financiar a la célula separatista de Eduardo Rózsa abatido luego de descubrir un intento de magnicidio. Costas aprovechó la situación para denunciar al Gobierno ante la Organización de las Naciones Unidas por la intervención policial en Yucumo. El viceministro Navarro denunció este domingo que los momentos de conflictividad surgieron por parte de asesores extranjeros de los marchistas y de representantes de algunas ONGs.