Por Martín Alvarez*
Una ajustada diferencia de dos puntos y medio en las elecciones presidenciales entre Macri y Scioli, sumada a una aplastante derrota del Frente para la Victoria en la provincia de Buenos Aires, bastión del peronismo, caldeó los debates camino al balotaje. ¿Qué papel cumple la izquierda en este contexto? ¿Qué posiciones está tomando? ¿Cuál es el escenario que este sector avizora para después del 22 de noviembre?
Existen varias coincidencias en las distintas expresiones de izquierda de cara al balotaje. La primera, es que a todas les sorprendió el resultado, no era previsible que la diferencia en una polarización ya cantada sea tan ajustada. La segunda, es que mayoritariamente ven que ambas alternativas son producto de un giro a la derecha del electorado, también concuerdan que en el futuro inmediato se vienen tiempos de ajustes, devaluación y contexto hostil para los trabajadores. La tercera, que es responsabilidad del kirchnerismo no tener un candidato propio y haber apostado a uno más moderado. La cuarta coincidencia es que en América Latina se viven tiempos de avances de la derecha continental.
No da lo mismo
Hay distintos argumentos que esgrimen varias organizaciones para llamar a votar a Scioli en el balotaje, todas buscan diferenciarse con quien encabeza la lista del Frente para la Victoria y marcando distancias para no confundir, sobre todo a las propias filas.
En principio hay una caracterización de ruptura del kirchnerismo con el neoliberalismo; demostración de fe presentada sobre la mesa es haber sido el país anfitrión de la derrota del ALCA en el continente. Macri representaría un regreso al neoliberalismo de corte duro.
Consideran también que existiría un peligro de retroceder en ciertas medias progresistas y distribucionistas que ampliaron derechos durante la última década: ley de medios, Asignación Universal por Hijo, matrimonio igualitario, entre otras. También destacan en el mismo sentido la estatización de las AFJP y de parte de los activos de YPF.
Además consideran que en el tablero geopolítico mundial, Macri está alineado a los intereses norteamericanos, y esto pondría en riesgo a los procesos latinoamericanos como Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Cuba y Bolivia.
De cara al futuro, enuncian que no es lo mismo para el terreno de las disputas políticas y las luchas por venir tener a Macri como presidente, ya que Scioli permitiría sostener un piso de conquistas sociales que caracterizan que con el PRO se derrumbarían.
Las fuerzas políticas que respaldan esta posición son Quebracho, Patria Grande, Partido Comunista, Movimiento Emancipador, Movimiento Seamos Libres, Caminos de los libres, entre otras.
Una variante de esta postura, es la consigna “No, Macri, no” de Ciudad Futura de Rosario. Esta posición también ha sido tomada por distintos sectores de artistas e intelectuales, trabajadores de organismos públicos, entre otros.
A votar en blanco
Es la tendencia mayoritaria de la izquierda de cara al balotaje. Con un caudal que pisa el millón de votos en el país, el Frente de Izquierda y los Trabajadores ha llamado a votar en blanco; cabe destacar que varias fuerzas por fuera del frente llamaron a votar por él, en primera vuelta. El principal argumento es la independencia de clase ante opciones patronales. Difieren un poco en cuanto a si ambos candidatos son o no lo mismo, pero todas caracterizan que es necesario profundizar los procesos de desarrollos políticos ante tiempos adversos y de posibles aumentos de las confrontaciones políticas y sociales.
Son críticos agudos de las políticas kirchneristas que fueron en detrimento de los intereses de los trabajadores y mucho más de la anuencia de varios de los sindicatos para con el gobierno durante un amplio proceso de la llamada “década ganada”.
Quienes hasta ahora llaman a votar en blanco son Frente de Izquierda y los Trabajadores (Partido Obrero, Partido de los trabajadores Socialista, Izquierda Socialista, Partido Socialista de los Trabajadores Unificado), Movimiento al Socialismo-Nueva Izquierda, Autodeterminación y libertad, Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional. Aún quedan importantes sectores de izquierda como el Movimiento Político La Dignidad, la Corriente de Organizaciones de Base La Brecha que no se han expresado públicamente, todo indicaría que apuntan a centrarse en esta posición.
Pasos del movimiento real y los mil programas
Vivimos una coyuntura ideal, una excusa perfecta para ampliar los debates necesarios para que el avance programático se traduzca en avances en el terreno concreto.
Las decisiones que se están tomando en torno al balotaje no son ni más ni menos que el resultado de un desarrollo ya elegido y trabajado por las distintas fuerzas, no es una opción ante la sorpresa del emergente inesperado de la derecha vernácula. En este sentido cada una va orientando sus posiciones a los caminos ya trazados.
Quienes apoyan a Scioli están reforzando marcos de alianzas que se venían moderadamente dando. No pueden darse el lujo de no llamar a votar a Scioli, de hacerlo, perderían años de políticas orientadas a dialogar con la izquierda del kirchnerismo y el progresismo crítico.
Varias de las organizaciones de la campaña “No nos da lo mismo” son kirchneristas como es el caso del Partido Comunista; otras fueron parte de lo que se denominaba el kirchnerismo crítico. Con todas, Patria Grande se dio el trabajo durante estos últimos años de tender puentes de diálogos y encuentros. Una mirada regional común en cuanto a los gobiernos progresistas y con un talante antiimperialista, les facilitó la confluencia ante entuertos como la elección del “mal menor”. Es coherencia política por parte de Patria Grande seguir construyendo para convertirse en la referencia de centro izquierda, hoy vacante, producto de estar desaparecida, derechizada, aggiornada.
La otra característica que lleva a la decisión es que estas fuerzas no tienen un desarrollo sindical de peso. En el caso de Patria Grande, existe un retroceso de sus fuerzas en el ámbito universitario del cual surgió, una incipiente aparición en el ámbito electoral y el sostenimiento de algunos sectores de movimientos territoriales provenientes originalmente del Frente Popular Darío Santillán.
Por su parte, quienes llaman a votar en blanco son organizaciones que fueron parte de la conflictividad sindical en los últimos años (Lear, Gestam, Donnoley, la 60, etc.) y de la organización clasista que disputa a las burocracias sindicales. Sería imposible que las organizaciones que fueron reprimidas, criminalizadas, espiadas, encuentren en la variable más de derecha al kirchnerismo actual una salida de “mal menor”.
También es coherente por parte de quienes llaman a votar en blanco cuidar la referencia construida al calor de la lucha sindical. Mantener independencia de los candidatos de los partidos patronales sería una clara señal hacia los trabajadores con quienes durante años tendieron puentes de diálogo y construyeron procesos de luchas a costa de grandes victorias, pero también de estrepitosas derrotas. Seguir la línea de hacer crecer sus filas, ganar sindicatos y más aún ante una coyuntura de devaluación, posibles techos salariales bajos y ajustes varios.
Por último, otro de los grandes problemas es la situación de cara al continente. La posición de algunas de estas fuerzas, sobre todo el FIT, con respecto a las caracterizaciones de los gobiernos progresistas y revolucionarios de América Latina es muy dura. Del otro lado, encontramos caracterizaciones optimistas y permisivas de ciertos sectores para con gobiernos complejos como son el caso de Ecuador y Bolivia. Pocas organizaciones son quienes ven en la crítica un baluarte de la revolución y certeramente se han parado contrarias al desarrollo extractivo y la dependencia al capital internacional por más distribucionismo que se enarbole. En este sentido cabe preguntarse ¿es lo mismo Scioli que Macri? No, claramente no. Y en el caso de Scioli, no hay garantías de continuidad en el marco regional a las políticas del kirchnerismo. Vaciarlas, moderarlas, enfriarlas también parte de un cambio que es más factible que ocurra a que no pase.
La izquierda en Argentina se está expresando, debatiendo, posicionando, trazando su propia historia. Todas coinciden de cara al futuro en un punto más. La coyuntura es una oportunidad para avanzar en la lucha política.
*Productor Cartago tv, investigador del Observatorio Petrolero Sur (La opinión vertida en la nota no representa a los colectivos, ni a los miembros de los espacios a los cuales pertenece).