Por Aluminé Cabrera desde San Cristóbal de las Casas
Las teóricas feministas Yuderkys Espinosa y Silvia Federici expusieron durante cuatro jornadas en los seminarios organizados por el Centro de Estudios Superiores de México y Mesoamérica (Cesmeca) en San Cristóbal de las Casas y aportaron reflexiones imprescindibles a los debates sobre antirracismo, comunalidad y autonomía.
Pensar el feminismo en clave antirracista, decolonial hacia la construcción de espacios autónomos, en un ámbito multicultural que reflexiona en lo cotidiano sobre la autonomía. Reflexionar desde el feminismo sobre los puentes que se tienden -invisibles, imperfectos- entre el análisis académico, el trabajo puertas adentro del claustro y el territorio y las bases populares.
Rememorar desde el feminismo que la acumulación del capital del sistema que impera fue posible, en gran medida, gracias a la labor de reproducción que las mujeres llevamos adelante a lo largo de la historia. Sobre esto -y más- versaron los seminarios feministas que Yuderkys Espinosa y Silvia Federici dictaron entre el 3 y 6 de noviembre pasados en el Centro de Estudios Superiores de México y Mesoamérica (Cesmeca), dependiente de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, en San Cristóbal de las Casas, con entrada gratuita y abierta a todo público.
De feminismos y encuentros en la cátedra “Mercedes Olivera”
Seminarios feministas se dictan todo el tiempo y en todas partes del mundo, eso seguro. Sin embargo, las particularidades de este caso anidan en varios aspectos. En primer lugar, la presencia de dos referentes de larga trayectoria en los estudios feministas y que enlazan, sin dudas, dos continentes. Yuderkys Espinosa, dominicana que vivió en otras ciudades de América Latina, una exponente clave al momento de pensar la decolonialidad. Silvia Federici, italiana radicada en Estados Unidos desde los ’60, imprescindible para detenernos sobre la importancia de la comunalidad, de volver a conjugar la tarea de reproducción femenina como una labor compartida y autónoma. “Un afortunado encuentro entre dos feministas que tiene experiencias diferentes, que comparten algunos puntos y, a su vez, se distancian en otros”, reflexiona María Teresa Garzón Martínez, investigadora de Cesmeca y coordinadora de la cátedra “Mercedes Olivera”, responsable de la realización de los seminarios.
La cátedra recibe su nombre por una de las feministas de mayor trayectoria en Chiapas, quien estuvo presente en los seminarios acompañando la palabra de las ponentes, y abarca una maestría y un doctorado en “Estudios e intervención feministas”. Aquí reside otra de las particularidades que destacan la importancia de este espacio: ambos programas, que vieron la luz en agosto de este año, son los primeros en lengua castellana dentro de un ámbito académico, ya que, como destaca Garzón Martínez, “no es lo mismo estudios feministas que estudios de género”. Y agrega: “Ambos planes de estudio tienen una vocación critica pensada desde la intervención para transformar las realidades simbólicas y materiales y desde un posicionamiento como feministas en Latinoamérica. Tratamos de rescatar genealogías latinoamericanas, no solo de militancia, de trabajo y de apuestas feministas sino también de conocimientos, sean académicos o no.”
Inevitable, también, es subrayar la relevancia del lugar en el que las actividades se llevaron a cabo. Chiapas -y San Cristóbal como epicentro ineludible- es un escenario multicultural al estar habitado por comunidades de distintas etnias, muchas de las cuales, a la vez, constituyen las bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), un movimiento presente en todo momento en las enunciaciones dentro de los seminarios. Al mismo tiempo, en la ciudad de San Cristóbal y en el ámbito del Cesmeca, personas de distintos países son parte de la construcción cotidiana de un tejido social que reflexiona sobre el concepto de autonomía -propuesto sobre todo desde el zapatismo-, y el rol y derechos de las mujeres.
“Nosotras nos posicionamos desde Chiapas, pensándolo como una realidad y una apuesta geocultural desde el sur y para el sur. Sabemos que es un lugar con una historia que hay que mantener viva, deconstruir y volver a construir e intentamos aprovechar esta circunstancia tan favorable para entablar, justamente, un diálogo sur-sur”, afirma Garzón Martínez y apuesta: “Estamos en un lugar que ha tenido una historia de pobreza, de marginalidad pero también de creatividad y muchísima resistencia. Nosotras valoramos eso y lo ponemos a jugar”.
Los ejes de disputa en el feminismo de América Latina
Durante las cuatro jornadas, el seminario a cargo de Yuderkys Espinosa trazó un camino de búsqueda de una razón feminista que pueda anclarse en América Latina, evocando una genealogía cuyas raíces no pueden escapar de la historia de colonización de nuestro continente. No faltaron ni la reflexión necesaria sobre un feminismo al que lo atraviesa la raza y la clase ni los interrogantes acerca de cómo se construyen las verdades y el conocimiento en el feminismo académico. Por demás interesante fue que se puedan plantear como ejes de disputa en la actualidad del feminismo en Latinoamérica la dicotomía autonomía vs. institucionalidad, el esencialismo del sujeto mujer que toma la academia para su estudio y la contraposición entre racismo y colonialidad, al considerar que tienen fuentes distintas. Y entender, al mismo tiempo, que existe una diferencia entre feminismo latinoamericano, que remite quizás a una unión entre los distintos movimientos del continente, y un feminismo en América Latina, que se despega de ese vínculo y hace una lectura sobre movimientos con diferente trabajo y de distinta procedencia en un mismo territorio.
Una referencia imprescindible al movimiento zapatista
Por su parte, Silvia Federici abordó el trabajo que desarrolla hace más de cuatro décadas, partiendo desde el concepto de trabajo reproductivo realizado por la mujer y utilizado por el sistema capitalista como herramienta para la acumulación de riqueza hasta la importancia de la producción de comunes y la construcción de nuevas formas de cooperación en la labor femenina. Sin embargo, importante es subrayar que Federici expuso también las experiencias recogidas en sus visitas recientes a distintos países latinoamericanos -por ejemplo, vivencias e impresiones de su paso por Argentina-, la reivindicación de la autonomía del Estado con la referencia imprescindible al movimiento zapatista y una nueva cacería de brujas, similar a la que describió en su libro “Calibán y la bruja”, que se llevaba a cabo en la Edad Media.