Por Mariano Pacheco
En medio de una semana en la cual el país entero discute sobre el resultado electoral del pasado domingo y el balotaje del próximo 22 de noviembre, en Córdoba la temática del par seguridad-inseguridad estuvo en la cima de los temas provinciales.
Durante la semana se vivió en la ciudad una tensa y confusa situación, que involucró el asesinato de dos jóvenes (presuntos delincuentes) por parte de dos civiles; una pueblada desatada en la zona de Barranco Yaco-Bajo Pueyrredón, que fue brutalmente reprimida por la policía; el crimen de un empresario; el pedido de mayor seguridad por parte de taxistas y vecinos de algunos barrios, y la movilización para repudiar el accionar de la policía por parte de vecinos de otros barrios y movimientos sociales/organizaciones de Derechos Humanos.
Como si fuera poco, armas de la institución que se habían perdido en mayo fueron encontradas, también durante esta semana, y dos personas murieron baleadas en dos confusos episodios. Por supuesto, la legitimidad de Julio César Suárez como Jefe de la Policía de la Provincia fue puesta en cuestión, nadie sabe bien desde dónde al principio, pero lo cierto es que el rumor de su renuncia comenzó a expandirse por las redes sociales virtuales y algunos medios de comunicación. La gestión provincial salió a respaldar al Comisario General, una vez más, y el rumor quedó solo en eso. Aunque se sabe: el rumor es un arma poderosa. Tan poderosa, que incluso algunos historiadores le atribuyeron un rol central en las jornadas del 17 de octubre de 1945.
Contra el “Estado Policial”
Una nutrida columna de manifestantes, pertenecientes a distintas organizaciones sociales, políticas y de Derechos Humanos, partió ayer –pasadas las 19 horas– del cruce de Colón y General Paz. Ya durante la primera cuadra de caminata, en medio de una tensión que podía respirarse en el ambiente, un joven que pasó corriendo junto a la columna, munido con un palo entre sus manos, comenzó a golpear la camioneta que trasladaba el sonido para el acto. Corrido por los manifestantes, el episodio –calificado como “una provocación” por quienes encabezaban la columna– sirvió para que los efectivos policiales que se encontraban “custodiando” la protesta amagaran a reprimir, pero la calma trasmitida por los referentes de la columna permitió descomprimir la tensión y continuar la marcha, que se dirigió hacia la Casa de Gobierno, para repudiar allí la represión policial desatada el lunes pasado en barrio Bajo Pueyrredón y el intento de allanamiento, sin orden judicial, de la Biblioteca Popular Bella Vista. También para denunciar el “Estado Policial” que, según argumentaron los manifestantes, se vive en la provincia.
Encabezados por una única bandera blanca que llevó inscripta en aerosol negro las frases “Las armas de los de arriba siguen apuntando a los de abajo. Basta de terrorismo de Estado. Justicia para los pibes. Ni un pibes menos”, marcharon los familiares de Nicolás Nadal y otras víctimas de casos de gatillo fácil, junto a una batucada, seguidos de otros colectivos como la Biblioteca de Bella Vista, la Federación de Organizaciones de Base (FOB), el Encuentro Organizaciones, el Frente Organizado Contra el Código de Faltas (FOCCOF), la COB La Brecha, la Coordinadora Antirepresiva y los partidos que integran el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), entre otros, quienes destacaron la necesidad de la unidad de las organizaciones populares para enfrentar las políticas represivas del Estado.
Lunes áspero
El día después de las elecciones nacionales, el día en que se cumplieron dos años de la muerte del joven Jorge Reyna en una comisaría de Capilla del Monte (“suicidado” según la fuerza, asesinado en la versión de los familiares y amigos), Raúl Alejandro Sánchez fue asesinado en un confuso episodio. Según trascendidos, el joven intentó robar una casa en el barrio Bajo Pueyrredón, pero el hecho fue impedido por vecinos del lugar, quienes lo habrían apuñalado. La causa, que instruye el fiscal Carlos Matheu, se encuentra bajo secreto de sumario, pero según hicieron saber organizaciones sociales que mantienen un trabajo territorial en la zona, la casa de la supuesta víctima del asalto padeció un intento de incendio, hecho por el cual comenzaron enfrentamientos, primero entre vecinos, y luego, entre vecinos y la policía, que acudió al lugar y comenzó a reprimir violentamente. En el transcurso de la represión, la división Seom del Eter (la rama motorizada del Equipo Táctico Especial Recomendado) procedió a reprimir en moto y encapuchados, disparando contra las viviendas.
Desde la Federación de Organizaciones de Base (FOB), emitieron un comunicado que denuncia que el vecino asaltado habría entregado a la policía al presunto ladrón (herido por la puñalada, pero con vida), hecho por el cual resulta llamativo que Sánchez apareciera horas más tarde muerto a dos cuadras del lugar, “desfigurado y sin un ojo”. Recién al día siguiente la policía logró controlar la situación y habilitar nuevamente la Ruta 19, que permaneció cortada de modo preventivo, ante posibles nuevos episodios de violencia, según declaró a la prensa el comisario mayor Sergio Gómez, director de la División de Seguridad Capital.
También el lunes, efectivos policiales se presentaron en la Biblioteca Popular Bella Vista, esgrimiendo que allí se encontraban dos jóvenes que habían protagonizado el robo de un celular, aunque la damnificada no los identificó. De allí que integrantes de la Fundación Pedro Milesi y de la Biblioteca, denunciaran el accionar policial, que ante la negativa de los educadores populares presentes en el lugar de entregar a los muchachos, acudieron con refuerzos e intentaron ingresar al edificio, sin orden de allanamiento. Ante la inmediata presencia de abogados de derechos humanos e integrantes de organizaciones sociales, los uniformados se retiraron del lugar.
Para muestra, un botón
En medio de una semana en la que muchos sectores políticos manifiestan su preocupación por el “giro a la derecha” que puede vivenciarse en el país si el actual jefe de gobierno porteño es el próximo presidente, en Córdoba la derecha peronista en el poder desde hace una década y media se debate entre apoyar a Mauricio Macri o Daniel Scioli (el actual gobernador José Manuel De la Sota es parte del equipo de campaña de Sergio Massa y el gobernador electo, Juan Schiaretti, ya evidenció señales de acuerdo con el Frente para la Victoria), pero no en poner en cuestión un modelo de gobierno que tiene en el “Estado Policial” su columna vertebral. Modelo que expresó lo que puede en las vinculaciones entre la policía, el narcotráfico y poder político, y la “autonomía relativa” que puede tomar una fuerza armada de unos 24.000 hombres. Para muestra, un caso: la “rebelión policial” de diciembre de 2013, que no solo puso en crisis la situación provincial, sino que abrió las puertas a una dinámica que tomó un sorprendente “efecto contagio” en otras provincias, como Buenos Aires, donde el gobernador Scioli también encontró la salida “premiando” a los insubordinados uniformados.