Por Bernabé Ferreyra
Con el 90,23 por ciento de las mesas escrutadas, Daniel Scioli se imponía en la elección presidencial, con 8.749.547 sufragios, que equivalen al 36,61 por ciento; mientras Mauricio Macri lograba 8.263.422 votos que representan el 34,58 por ciento, por lo que deberán volver a enfrentarse, por primera vez en la historia de nuestro país, en una segunda vuelta el 22 de noviembre.
Sorpresas de madrugada
La espera se hacía eterna y los resultados no aparecían. La idea de que algo estaba pasando para tal retraso crecía a medida que pasaban no ya los minutos, sino las horas. Recién a la medianoche apareció el ministro de Justicia, Julio Alak, junto al Director Nacional Electoral, Alejandro Tullio, para dar los primeros datos oficiales. Pusieron énfasis en algo: faltaban cargar muchos datos, no eran definitivos los resultados que se publicaban. Contra a todas las encuestas, el Ingeniero Mauricio Macri, de Cambiemos, ganaba con el 36 por ciento de los votos frente al 34 de Daniel Scioli, del Frente para la Victoria, con el 60 por ciento de las mesas escrutadas. Algo más de 19 millones de personas.
Pero la sorpresa mayor eran los datos que llegaban sobre la Provincia de Buenos Aires, donde María Eugenia Vidal derrotaba a Aníbal Fernández por 5 puntos de diferencia con el 50 por ciento de las mesas escrutadas. Un minuto después, Vidal gritaba en el escenario que habían ganado, a pesar del anuncio previo de que no saldrían ya y de que la gente empezaba a dispersarse.
Pasada la una de la madrugada, y ya con el 70 por ciento de las mesas escrutadas, la tendencia continuaba. Contabilizados 7 millones de electores y electoras, la mayoría había elegido al PRO frente al FPV para la gobernación. Un resultado irreversible para Aníbal Fernández que esta mañana declaró, en su habitual contacto con la prensa desde la Casa Rosada: “Me parece que llega un momento donde yo tengo que dar un paso al costado”. Más atrás, con casi el 20 por ciento de los votos, quedaría Felipe Solá.
En un repaso rápido, el nuevo panorama arroja algunos datos: que por primera vez una mujer es elegida para ocupar el cargo de gobernadora en una provincia siempre reconocida por la prevalencia de sus “Barones”; también que luego de tres décadas de peronismo, una candidata de otra fuerza (anti peronista, además) consigue acceder al cargo, más allá del cambio de discurso de la alianza Cambiemos. Con este triunfo, el PRO gana por primera vez desde su creación, la gobernación de una provincia. Y nada más ni nada menos que la más grande del país. Las heridas abiertas y décadas de malas gestiones del peronismo bonaerense le pasaron factura al FPV. Así, Aníbal Fernández, que parecía que ganaba sin mucho esfuerzo, carga con una imagen negativa inesperada entre la población.
Esto también se vio reflejado en varios de los municipios del conurbano, donde muchos barones perdieron sus bastiones frente a inexpertos candidatos del frente Cambiemos. Humberto Zuccaro, que gobernó Pilar durante 12 años, reconoció la derrota ante Nicolás Ducoté, el candidato del PRO, pasadas las 9 de la noche. De la mano del ex jugador de handball y cocinero Martiniano Molina, ganó la intendencia de Quilmes, y Diego Valenzuela se impuso frente a Hugo Curto en Tres de Febrero. El peronismo perdió también La Plata, donde el actual intendente, Pablo Bruera, reconoció la derrota frente a Julio Garro. Con el 90 por ciento de las mesas escrutadas en Lanús, Néstor Grindetti, el candidato de Cambiemos, se imponía por un punto frente al kirchnerista Julián Álvarez. El PRO se quedó así con unos 58 municipios en la Provincia.
Los intendentes Macristas, que son parte de un proyecto que pregona el ajuste y pretende gobernar para un solo sector de la población, la tendrán difícil en una provincia donde aquejan los problemas vivienda, salud y educación.
Mientras la provincia se teñía de amarillo, la tendencia en los números presidenciales comenzaba a revertirse. Si bien en la provincia bonaerense se votó a María Eugenia Vidal, el corte de boleta fue notable ya que Daniel Scioli se imponía por más de 4 puntos frente a Mauricio Macri con el 94 por ciento de las mesas escrutadas. El voto en blanco también fue una forma de expresarse contra Aníbal Fernández, que sumó más del 7 por ciento frente al 2 por ciento para la categoría para presidente en la misma región.
Segunda vuelta con margen apretado
A nivel país ya vaticinábamos el balotaje tras los discursos de los principales candidatos. Lo que no se esperaba era que el margen entre primero y segundo resultara tan ajustado. Llegadas las 22, Scioli hizo la primera (y finalmente, única) aparición en su bunker en el Luna Park. Subió al escenario rodeado de su mujer y su posible gabinete. Agradeció por una nueva victoria y luego llamó a que lo votaran los indecisos mientras afirmaba: “Si fuera por Macri no tendríamos Asignación universal por Hijo, ni YPF, ni Aerolíneas Argentinas”. Ratificó, además, que su gobierno tiene como primordial objetivo el bienestar de los que menos tienen y de los trabajadores. Y en su última frase citó a Alfonsín, a Néstor y Cristina Kirchner y al Papa Francisco. Unas horas más tarde en el búnker de Cambiemos –donde todo era color y alegría– y sin tener datos oficiales, ya aseguraban entrar al balotaje. Atrás quedaron las denuncias de corrupción contra Fernando Niembro y el anuncio de la debacle de Cambiemos, en Costa Salguero Macri agradeció a Elisa Carrió y al radical Ernesto Saez por su apoyó, afirmó que “en el día de hoy cambia la política de este país. Los desafíos que nos esperan no son fáciles ni simples, pero me tengo mucha fe”. El PRO se impuso en Mendoza, Córdoba, Santa Fe y Entre Rios además de la Ciudad de Buenos aires con más del 50 por ciento del os votos, donde se escuchaban gritos de vecinos y juegos artificiales en Recoleta y varios barrios de la Capital del país.
Arranca así una nueva campaña donde dentro de un mes se definirá quién será el nuevo presidente de los argentinos, que por primera vez en la historia deberá decidirse en segunda vuelta el 22 de noviembre. Será relevante para que un candidato logre el 50 por ciento necesario para asumir la presidencia, saber qué papel jugarán los cinco millones de votantes logrados por Sergio Massa, quien en su discurso reconoció el balotaje, felicitó a ambos candidatos y afirmó que “de ahora en más, los argentinos tenemos que elegir un camino y nosotros sabemos cuál es nuestro rol y responsabilidad de cara al futuro del país”.
Por ahora, lo que deja esta jornada electoral es una sociedad politizada segmentada con dos claros sectores amplios: el que que quiere una “continuidad” y quienes pretenden un “cambio”. El votante de Massa, que generó desorden en un esquema más binario, es una incógnita de cara al balotaje.
Mapa repartido en las provincias
Además de presidente, se eligieron gobernadores en once distritos del país. En Catamarca, Lucía Corpacci, fue reelecta como candidata por el FPV. En Chubut el ex gobernador y candidato por Alianza Frente Unión Chubut Somos Todos, Mario Das Neves, se impuso al actual mandatario Martín Buzzi del FPV.
En Entre Ríos, Gustavo Bordet, del FPV, afirmó su espacio político frente al dirigente de cambiemos, Alfredo de Ángeli. Por su parte, el candidato opositor para la gobernación de Jujuy, Gerardo Morales, se impuso al actual mandatario Eduardo Fellner y le quitó el cargo después de 16 años. En la Pampa, el candidato del Partido Justicialista, el senador nacional Carlos Verna, se imponía con casi el 45 por ciento de los votos. El peronismo logró un triunfo también en San Juan, donde Sergio Uñac se impuso en los comicios provinciales. En Formosa, el actual gobernador Gildo Insfrán obtuvo más del 79 por ciento de los votos, y logró así la reelección para un sexto mandato consecutivo. Y en Santa Cruz, donde muchos vaticinaban una derrota del kichnerismo, Alicia Kirchner logró con el 61,21 por ciento de los votos frente al candidato de Cambiemos.
Por último Alberto Rodríguez Saá, de Compromiso Federal, logró un amplio triunfo en San Luis, y devolvió así su gran bastión a la familia más pudiente de la provincia puntana. En Misiones, el candidato a gobernador por el oficialista Frente Renovador, Hugo Passalacqua, logró el único triunfo del espacio massista en una elección.
Como quedará el Congreso
El Frente para la Victoria consigue mantener su condición de fuerza mayoritaria en la Cámara de Diputados, al sumar, junto a sus aliados, 114 de las 257 bancas que componen el cuerpo; en tanto que el interbloque PRO, con 44 bancas, y el radicalismo, con 43, merced a la buena elección de Cambiemos, se disputan el segundo lugar en la Cámara. El kichnerismo pierde así el cuórum en la cámara baja al resignar más de 15 bancas.
El massismo, que ponía en juego 8 de sus 19 bancas, consiguió sumar 16, por lo que a partir del 10 de diciembre tendría un interbloque de 27 integrantes, lo que le da un saldo positivo de cinco, aunque resigna su condición de tercera fuerza.
El mal resultado del Socialismo en Santa Fe, donde perdió tres bancas y del GEN en la provincia de Buenos Aires, donde resignó cuatro; signaron el resultado negativo de lo que fuera el Frente Amplio Progresista, que encontró algo de alivio en la buena elección de Libres del Sur en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Por su parte, la izquierda, que no ponía bancas en juego, consiguió una en la provincia de Buenos Aires, por lo que su interbloque quedará integrado por cuatro miembros. La restante banca, que completa los 257 diputados, pertenece a Proyecto Sur, con mandato hasta diciembre de 2017.