Por Emiliano Azubel. River volvió a perder, esta vez 1-0 ante Racing como local, y quedó en zona roja. Sus jugadores se fueron silbados, hubo insultos para el presidente Daniel Passarella en el hall del Monumental. Se pidió por Ramón Díaz, aunque no hubo reproches directos para Matías Almeyda.
Silbidos e insultos. Incertidumbre y pocas respuestas. Un hall lleno de bronca. Una mezcla de resignación y desesperanza. Imágenes de un Estadio Monumental que volvió a sufrir y a tener una de sus peores pesadillas. En un final lleno de nervios, los jugadores de River no pudieron, o no supieron, cómo revertir la situación. Tras un flojo partido, Racing lo sorprendió y lo dejó en zona de descenso. Otra vez, a tres meses de haber dejado atrás la página más negra de su historia con el regreso a la Primera División, tras un año en la B Nacional, en Núñez se encendieron las luces de alarma. Luego de ocho fechas del Torneo Inicial, el equipo que dirige Matías Almeyda se hunde en lo más profundo de la tabla de promedios y las señales son peligrosas.
El presidente Daniel Passarella respaldó al Pelado públicamente en la semana, pero ayer estuvo en Punta del Este, de vacaciones. Los hinchas que colmaron el Monumental se acordaron del Kaiser en varias ocasiones y no le perdonaron la historia reciente. Primero fue la platea San Martín, minutos después del gol de Cahais, que hicieron alusión a su infancia, cuando era hincha de Boca. Después, el grito se hizo atronador desde todos los rincones del estadio, salvo desde la popular local. La barra de River, alineada con el presidente, prefirió sumarse solo en los cantos contra los jugadores y tapar con sus bombos y gritos cuando se insultaba al presidente.
Tras el pitazo de Lunati, el equipo de River se reunió en la mitad de la cancha y recibió una silbatina abrumadora. El único que zafó fue Leonardo Ponzio, el mejor de la cancha por su esfuerzo, que fue premiado con algunos aplausos.
Como era de esperarse, tras la media hora de espera, los socios e hinchas de River se reunieron en el hall, en la entrada a la platea San Martín y pidieron por la renuncia de Passarella y toda la Comisión Directiva. “Passarella, la c… de tu madre, a ver si te das cuenta, que no te quiere nadie”, sonó muy fuerte en las voces de los más de 400 que se juntaron a expresar su bronca. “Dirigentes, la c… de su madre, nos fuimos al descenso y no renuncia nadie”, siguieron y tiraron algunas de las vallas. Con fuerte presencia policial, los hinchas optaron por cantar afuera del hall y pidieron por la vuelta de Ramón Díaz, aunque no hubo alusiones a Almeyda.
“Tengo claro que lo vamos a revertir”
Matías Almeyda observó el partido con calma, dio pocas indicaciones y tras la derrota se metió rápidamente en el vestuario. Pese a no recibir insultos de los hinchas, el golpe por el 0-1, el nivel de juego y el equipo en zona de descenso, parecía haberlo afectado. En un principio, el Pelado suspendió la conferencia de prensa y sólo se pudo ver a su mujer, Luciana García Pena, que salió llorando de los vestuarios. Sin embargo, el entrenador salió por una puerta lateral y decidió hablar para ratificar que tiene fuerzas para seguir.
“Vivimos un clima muy difícil, pero quiero revertir esta situación”, señaló sobre el enojo del público.
“Es un lugar donde todos quieren estar, pero tengo muy en claro que lo vamos a revertir -agregó-. Hoy (por ayer) los jugadores dejaron el alma y me demostraron un compromiso total. Por eso me quedo”.
Sobre la postulación de Ramón Díaz, el DT fue directo: “Soy respetuoso de los demás. Y espero eso también de ellos”.