Por José Llambias
La Misión MeCoPo tiene como interés tanto el fortalecimiento de la autogestión y la economía popular como la construcción de nuevos lazos de solidaridad.
Ayer por la tarde, en el barrio de La Boca, se realizó el lanzamiento de la Misión MeCoPo (Mercado de Consumo Popular), una iniciativa que ya cuenta con recorrido hecho y viene construyéndose desde los primeros movimientos populares organizados.
La iniciativa planea poner en marcha un sistema colaborativo de comercialización que remplace la actual forma de consumo. Para eso no sólo promueve una alternativa comercial frente a un contexto inflacionario alto, sino que aporta al fortalecimiento de la autogestión y la economía popular, buscando convertirse en un espacio de encuentro y de pertenencia que organice una red de consumidoras y consumidores por círculos, es decir por comunas, para comprar de forma colectiva. La mayoría de los productos que se podrán en circulación, de esta forma, llegan de diversos sectores productivos y se venden a un precio justo.
La relación directa entre el productor y consumidor soluciona algunos problemas de todos los días. Un productor organizado, que apuesta a un modelo económico más justo y transformador, garantiza eliminar la especulación y los sobreprecios. Un consumidor activo, por su parte, asegura la construcción de un nuevo mercado en donde lo que compramos nace de nuestro propio interés, y no de las decisiones empresariales y su capricho de días de descuento. Ya que al no haber intermediarios, no existen los sobreprecios.
Al mismo tiempo, de la experiencia participan diferentes propuestas y polos productivos, tanto organizados como no organizados. Intervienen diversas ramas del trabajo organizado, muchas de ellas provenientes de los proyectos autogestivos y sin patrón, los productos básicos de todos los días y nosotros, claro, los consumidores.
Cristóbal Cervera, responsable de la Misión y del Área de Economía Popular, explicó a Marcha que “si bien el trabajo autogestivo busca llevar adelante un nuevo tipo de comercialización, de manera independiente y alternativa, hoy la propuesta es diferente: El propósito no sólo retoma las primeras experiencias que vienen construyéndose desde los movimientos populares a través de las ferias, los mercados populares y las iniciativas de las organizaciones comunitarias, que en el día a día apuestan por un nuevo tipo de comercialización, sino que también busca trabajar una nueva relación social, cultural y económica, la posibilidad de pertenecer a una construcción popular de la identidad que parte siempre desde los movimientos organizados, y que se denomina Economía Popular”.
La propuesta tiene entonces un horizonte transformador. A diferencia con lo que se viene dando, “apostamos construir una economía que se construye desde los niveles de informalidad laboral, que en nuestro país supera el 35%, que no buscan incluir sino transformar”. La siesta política de la que participamos sólo como espectadores, actualmente cuenta con más de 3 millones de trabajadores precarizados. Este tipo de proyectos, enmarcados junto a muchos más como la experiencia rosarina de Ciudad Futura y su Misión Antiinflación, no sólo nos permite hablar desde lugares de inclusión, sino desde una lógica transformadora.
– ¿Qué productos estarán disponibles?
En este momento estarán disponibles tres tipos de canastas: una canasta de almacén, una canasta de higiene y limpieza y una canasta de frutas y verduras. Esas tres canastas, todas juntas, en comparación a los precios de supermercados tienen alrededor de un 30% de ahorro. Pero tomando cada canasta de forma separada, individual, el ahorro es aún mayor. En la canasta de frutas y verduras, por ejemplo, el margen de ahorro es de un 60%.
– Y respecto a la forma de distribución…
Desarrollamos una serie de círculos, que son básicamente círculos por barrios, en donde hay un responsable que organiza alrededor del perímetro del barrio la auto-organización del círculo, haciendo posible la descentralización que permita distribuir los productos que llegan de cada canasta.
Pensar una economía desde la Misión MeCoPo, bajo una lógica transformadora y no sólo de inclusión, merece un debate y estudio aparte, una exposición acorde a la propuesta superadora que presentan, tal como viene ocurriendo, en ese sentido, con otras organizaciones de trabajo autogestivas tanto en Capital Federal como en Buenos Aires, como La Casona Pizzería, que hoy cuenta con más de 40 trabajadores que se sobrepusieron a la quiebra y organizaron la cooperativa, el polo textil Darío y Maxi que funciona sin interrupción desde el 2005, el restaurante Lalo que el año pasado resistió varios intentos de desalojo o los productores ecológicos en La Plata, nucleados por las familias de quinteros que año a año son más reconocidos como ejemplo de lucha y resistencia.
“Obviamente el objetivo es ambicioso, más teniendo en cuenta la coyuntura política y el contexto capitalista actual. Pero en algo debemos estar de acuerdo: en ese contexto, el Estado debe estar presente diariamente, pero con políticas que permitan independizar a las cooperativas y a los movimientos autogestivos organizados que se encuentran dentro de este 35%. Sólo así conseguiremos una sociedad más digna, más justa y más igualitaria”.
Para contactarte con ellos, podés encontrarlos en Facebook como “Misión Mecopo Mercado de Consumo Popular”.