Por Lucrecia Fernández desde Turquía
La cifra de muertos tras el peor atentado de la historia turca se elevó a 128 y todas las organizaciones responsabilizan al presidente Erdogan. Fuerte condena internacional. Continúan las marchas y huelgas en repudio.
En la mañana del sábado pasado, en la ciudad de Ankara, capital de Turquía, tres bombas explotaban en medio de una acción por la paz del pueblo de Kurdistán, dejando hasta ahora 128 muertos, cifra que aumenta minuto a minuto, en lo que se convirtió el atentado más grande en la historia del país.
De las organizaciones que estuvieron presentes al momento del atentado fallecieron 11 miembros del CHP (Partido Republicano del Pueblo) y 16 del EMEP (Partido de los trabajadores). Las demás víctimas fatales son integrantes del DİSK (Confederación de Sindicatos de Trabajadores Revolucionarios), del KESK (Confederación de Unión de Trabajadores Públicos) y del HDP (Partido Democrático del Pueblo).
Las organizaciones de Turquía y del mundo se han pronunciado frente a estos sangrientos hechos. El KCK (Comunidad de Sociedades de Kurdistán) manifestó que “esta masacre es un trabajo del AKP (partido de gobierno turco) contra la lucha”. El KESK y el DISK decidieron hacer una huelga general por dos días, los estudiantes de toda Turquía están llamando a un boicot, y durante 48 hs no concurrirán a los establecimientos educativos.
En Turquía, el 1° de noviembre serán las elecciones “no legales”, por segunda vez en cuatro meses, ya que las oficiales fueron el 7 de junio pasado pero no fueron reconocidas por el Gobierno, debido a que al oficialista partido islámico AKP, cuyo líder es Recep Tayyip Erdogan, no quiso aceptar perder la mayoría absoluta en el parlamento, ya que con el 13% obtenido por el HDP en las últimas elecciones, que equivale a un total de 81 parlamentarios de izquierda, como tercera fuerza a nivel nacional.
Seguidilla de atentados
En este contexto Turquía vive en un estado de gobernabilidad ilegal desde el pasado 7 de junio, al decidir arbitrariamente no reconocer las elecciones. Frente a esta situación de ilegalidad estatal que ha impuesto el gobierno, es importante destacar la “oportuna” seguidilla de atentados que sólo han beneficiado al gobierno liderado por el AKP.
El 5 de junio, dos días antes de las elecciones en Turquía, un atentado en un acto político del HDP en la ciudad de Diyarbakir, ciudad central de la región de Kurdistán, dejaba un saldo de 2 muertos y 350 heridos. Eso no detuvo al pueblo, que 48 hs después, le daba un triunfo histórico a la izquierda en Turquía y el HDP obtenía el 13%. Luego el 20 de julio en la ciudad de Suruc, otro atentado sacudía al pueblo Kurdo, dejando 33 muertos y un centenar de heridos. Este hecho llevo al PKK (Partido de los Trabajadores Kurdos) a romper el pacto de cese al fuego, y defenderse de los ataques que su pueblo estaba sufriendo. Con este último atentado del 10 de octubre, tres semanas antes de las elecciones, el presidente del AKP, Erdogan, intenta culpar a movimientos armado que son considerados terroristas por el estado Turco, incluso mencionando al mismo PKK como posible autor, para posicionarse como el único capaz de terminar con estos sucesos de violencia.
En los tres atentados hay similitudes: se encontraron por ejemplo las mismas municiones, nadie se adjudicó los ataques, en los tres la policía realizó maniobras para que ambulancias no ingresaran, o bloqueo accesos a los hospitales. En este último atentado, como puede verse en algunos videos en la red, alrededor de 50 policías reprimieron a los manifestantes con gas pimienta y agua de presión, luego de que explotaran las bombas, mientras la gente intentaba ayudar a los heridos.
“Erdogan asesino, AKP asesino”, canta el pueblo en cada movilización en estos últimos días, donde muchísimas personas están siendo veladas en más de 40 ciudades Kurdas, ya que esta movilización, al ser en la capital de Turquía, en el centro del país, había recibido esa mañana activistas de todas las regiones.
Un hecho sin precedentes, aún en un territorio que sufre diariamente asesinatos y represión por parte del estado, que deja en claro la furia que desata el avance organizado de los sectores Kurdos y de izquierda de este país. Durante el día de hoy y mañana en el mismo horario en el que explotaron las bombas en toda Turquía se realizaran simultáneamente actos, ceremonias e intervenciones en memoria de los compañeros y compañeras asesinados, y en pos de continuar con la lucha.