Por Mario Hernández.
Tras resistir intentos de desalojos y embates judiciales, La Toma continúa desde hace 14 años en la ciudad de Rosario, Santa Fe. Centro Cultural, bar y ahora Mercado de alimentos del productor al consumidor, charlamos con Carlo Ghioldi, uno de sus referentes.
–¿Qué significan estos 14 años de La Toma?
Es una lucha muy dura. Hay que recordar, aunque parezca mentira, que estamos avalados por el poder político: el Poder Legislativo sancionó dos leyes expropiando, pero el Poder Judicial, junto con la Cámara de Supermercados, las patronales del sector mercantil, no reconocen esas leyes y nos mantienen la orden de desalojo. Con lo cual hace 14 años que estamos en pie de lucha en un proceso de movilización que debe ser permanente, pero que a su vez nos obliga a adoptar tácticas específicas porque no podemos hacer marchas todos los días, porque sería un desgaste total. Además, tampoco podemos estar esperando el momento en que ese desalojo se efectivice, sino que la única forma de resistencia es que el lugar se transforme en un lugar de propiedad colectiva en el cual las organizaciones populares, no sólo se lo prestemos, sino que se incorporen, se hagan parte del lugar y se sumen a esa lucha de resistencia cuyo centro es la actividad permanente, el ingreso de más organizaciones y la mayor vinculación a los procesos de los trabajadores; esto conjuntamente con tratar de gestionar lo mejor posible las actividades productivas que se desarrollen. No creíamos que íbamos a durar tanto en este proceso.
-En este tiempo incorporaron inclusive nuevas actividades: sabemos que desde hace unos meses concretaron un viejo proyecto que tiene que ver con la distribución de alimentos.
Fue importante porque desde la Comisión Gremial, ante los procesos de remarcación tan feroces que se hicieron durante febrero de 2014 y que coincidieron en Latinoamérica con un proceso de escalada de remarcación de artículos de primera necesidad de los sectores populares, nosotros propusimos que en las paritarias se discutiera la escala móvil de salarios, el control de los márgenes de ganancia empresaria y que se abriera esta experiencia.
La tercera propuesta que hicimos fue que el proceso de distribución directa de los productores, los programas que se hacían desde el Mercado Central de Buenos Aires, se trasladaran al resto de las ciudades a partir de una estructura de comercialización sin la intermediación ni la remarcación que hacen las grandes empresas oligopólicas que tienen el control de la distribución de alimentos. Entonces, esa propuesta, que nos llevó muchas discusiones, muchas veces fue frenada, ferozmente puesta en contra a partir del lobby y la presión de las cadenas oligopólicas de distribución de alimentos que tienen en Rosario, pero finalmente en agosto de este año se abrió el mercado popular con productos de verdulería, panificación, pastas frescas y dietéticos, más algunos productos vitivinícolas.
Toda esta parte se puso en funcionamiento en un espacio cedido por La Toma, dentro del predio, a partir de ahí se demostró que se puede destrabar, vender muy barato una serie de productos directamente de los productores.
Esto ha generado un impacto muy grande porque el lugar se ha dinamizado mucho, los compañeros de la Coordinadora de Trabajadores de Economía Popular, que han sido los que impulsaron esto, junto con el programa oficial del Mercado Popular para Todos, han logrado un espacio que ha influido bastante en algunas prácticas abusivas en la zona cercana a donde está La Toma.
Esto es importante para nosotros pero también nos obligó a resistir con mayor fuerza y a movilizarnos con mayor profundidad, porque hay enemigos enojados con todo esto. A partir del ingreso a la Central de Trabajadores de los Argentinos (CTA-T) y de presentarse el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en las causas penales que teníamos, salimos sobreseídos en la causa del caso ATILRA, más allá de que se ha presentado un actor civil que pide la reapertura en mi contra. Si bien todavía los jueces no se han pronunciado, desde marzo estamos sobreseídos.
Estas son dos cuestiones que significan un gran paso adelante pero que a nosotros nos alerta mucho más y nos pone en guardia, porque hemos aprendido que cuantas más organizaciones populares se incorporan y más pasos adelante damos hay que prepararse para resistir porque la reacción de los sectores empresariales suele ser bastante despiadada.
–¿Cómo van a festejar los 14 años?
Va a ser un acto popular, con una serie de números artísticos y un bufet para los compañeros que se acerquen. Hay 32 organizaciones en este momento en La Toma, de ellas 10 o 12 son productivas de alimentos, así que mucha de la producción que hacen es la que se va a poner en venta ese día. A la vez hay dos cooperativas artísticas y culturales que son las que van a organizar las actividades junto con la Asociación de Actores.
Lo más importante para nosotros es seguir en este proceso de lucha, en la orientación que hace 14 años sostenemos que es: el espacio al servicio de las organizaciones populares, el espacio compartido con todos los sectores populares, al servicio de las causas de los trabajadores y las trabajadoras ligados a las luchas de los demás sectores de trabajadores. La gestión lo más eficiente posible sin perder la impronta asamblearia en la cual nos fundamos, pero en un plano donde lo más importante es la movilización, la lucha y la gestión en un segundo plano.