Por Marina Caivano
Se juega una caja de 35 millones de pesos mensuales, presencia territorial con 156 seccionales en todo el país, la representación de 254.000 trabajadores estatales afiliados y el futuro de la CTA Autónoma. En el eje de la tormenta: la autonomía del sindicato.
Aún para aquellos afiliados formados políticamente se hace difícil comprender la interna de la Asociación de Trabajadores del Estado y definir su posicionamiento ante las elecciones de este 2 de septiembre.
Como desde hace 31 años, la ATE de los trabajadores anarcosindicalistas del puerto, la ATE de Germán Abdala, de Quagliaro, Custer, Víctor de Gennaro y Pablo Michelli; se somete a la voluntad de los trabajadores afiliados que eligen por voto directo y secreto las autoridades de su sindicato.
En octubre termina una gestión de gobierno kirchnerista y como en todo cambio de gestión, ronda la incertidumbre de la continuidad laboral en un Estado donde la precarización predomina en sus diversas modalidades de contrataciones y tercerizaciones. Entre los trabajadores más vulnerables se encuentran los municipales de los cuales 600.000 contratos vencen a fin de este año.
Este panorama encuentra al sindicato con más tradición de lucha en el Estado y raigambre con los conflictos populares de cada punto del país, con algunas debilidades. Contrariamente a la unidad y fortaleza que la situación de fin de gestión amerita, y perspectiva de nuevo gobierno que ajuste y reduzca el gasto público, el sindicato afronta elecciones en un contexto de enemistad y división entre los sectores afines a los dirigentes Víctor De Gennaro y Pablo Michelli. De la situación de fragilidad se aprovechó el intervencionismo estatal y el kirchnerismo liso y llano de la mano del diputado del FPV Depetri para captar entre sus filas al sector disidente encabezado por los referentes de Jujuy y Tucumán. Así llegamos a la situación bizarra en la que Fernando “Nando” Acosta, secretario general de ATE Jujuy, un referente respetado por su lucha en el norte y cercano a Pablo Michelli, dio un “volantazo” y se convirtió en el oponente de la lista VERDE Anusate compartiendo la fórmula de la lista VERDE Y BLANCA junto a Hoffman de Santa Fé, Nono Frondizi de la lista azul y militantes del kirchnerismo simpatizantes con Hugo Yasky y los funcionarios de turno como Luciano Fernández y Catalano en Capital Federal.
Los que vienen a “embarrar la cancha”
Este 2 de septiembre, se renovarán los cuerpos directivos del Consejo Directivo Nacional, los 23 Consejos Directivos Provinciales, el Consejo Directivo de la Capital, las 152 seccionales, el Centro Nacional de Jubilados y Pensionados, los 22 Centros de Jubilados y pensionados provinciales y los 41 Centros de Jubilados y Pensionados locales. En total, se oficializaron 443 listas para competir en las distintas jurisdicciones y cinco listas a nivel nacional: la VERDE Anusate que lleva a Hugo “Cachorro” Godoy como secretario general, la VERDE BLANCA con Fernando Acosta, la BERMELLÓN encabezada por Raquel Blas, la GRIS con Juan Arnedo y la lista NARANJA LILA con Edgardo Castro como candidato a Secretario General.
La variedad de listas y opciones en una elección en ATE no es novedad ya que desde la recuperación del gremio en 1984 no hay ninguna condición para presentar listas. Sin embargo, esta vez existen varias razones para temer que haya obstáculos en la realización y concreción del acto eleccionario. Por empezar el accionar del Ministerio de Trabajo ya sentó precedente de intervencionismo con la postergación de la elección que debía realizarse en julio para este 2 de septiembre, luego surgió el obstáculo de la impugnación y suspensión realizada por la lista encabezada por Fernando Acosta que fue desestimado por el Juzgado N° 3 a cargo del juez Rappa por carecer de pruebas de las irregularidades denunciadas.
Ante la amenaza de una eventual complicación de elecciones, se hicieron presentes veedores internacionales de distintas centrales sindicales de Latinoamérica y el Caribe y de Europa, quienes se reunieron con el Ministerio de Trabajo y se comprometieron a realizar un informe ante la Junta Electoral Nacional. Según Horacio Meguira abogado de la CTA: “Los intentos por intervenir el proceso electoral fueron desbaratados. Ningún acto del Ministerio de Trabajo podría interferir porque la OIT prohíbe la intervención del poder político en las elecciones sindicales, reservando al Poder Judicial dicha potestad”.
Sin embargo, desde la lista oficial de Anusate temen que se produzcan conflictos en las urnas principalmente a partir de la presentación de personas no afiliadas al sindicato que deseen fiscalizar la elección. La alerta surge de la información recibida sobre trescientos militantes de la organización Tupac Amaru de Jujuy que llegarán a la provincia de Buenos Aires con el objeto aparente de “fiscalizar” el comicio y personas de la Federación Tierra y Vivienda (FTV) conducida por Luis D’Elia que también expresaron su intención de hacerlo sin que hasta el momento se conozca su afiliación.
Los lugares del país donde se temen maniobras para enturbiar las elecciones son: Jujuy, Tucumán, Provincia de Buenos Aires y Capital Federal. Son de particular importancia los comicios de Provincia de Buenos Aires y Capital Federal ya que ante cualquier denuncia que implique la anulación impedirían la realización del escrutinio nacional por el volumen de afiliados que congregan.
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