Por Laura Salomé Canteros*
La inserción en la política partidaria y las dificultades para la participación, y por lo tanto la representación política, de las personas del colectivo GLTTB en la política hegemónica. “El desafío es no quedar encasilladxs solo en la temática LGTB”, sostiene Paulón, presidente de la FALGBT. ¿Qué pasa con el compromiso de las y los candidatos y el acceso a los puestos de decisión?
Subjetivamente indivisible, Esteban Paulón, presidente de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) dice ser “militante político antes que militante LGBT”. Integrante del Partido Socialista desde los 16 años, “después de muchos años de militancia juvenil en el socialismo y compartiendo y conociendo el ideario del partido ligado a los derechos humanos y la igualdad, me pareció lógico que pudiéramos empezar a trabajar más fuertemente dentro del partido en el espacio LBTB”. Por eso, desde el año 2002 dice haber aunado “las dos militancias” y hoy las lleva adelante “con enorme orgullo y pensando que, más allá del trabajo que podemos hacer desde la sociedad civil, incidir en los partidos políticos es importante porque son en definitiva los que tienen la responsabilidad de gobierno y la representación parlamentaria que es la que permite alcanzar los derechos por los cuales trabajamos”.
Sobre participación y representación política de las personas del colectivo GLTTB, y el compromiso partidario con las demandas y la consagración de los derechos de igualdad, preguntamos a Esteban Paulón y esto nos contestó.
-¿Cuáles son las dificultades para la participación/ representación política de las personas del colectivo GLTTB?
Hoy en algunos espacios políticos puede significar una dificultad ser LBTB visible, pero en general, la valoración de los espacios políticos es positiva. El desafío es no quedar encasillados sólo en la temática LGTB porque, como militante socialista no trabajo sólo por la igualdad de lesbianas, gays, bisexuales, travestis y trans, sino que también quiero una sociedad más justa, más igualitaria, con redistribución del ingreso, con educación pública para todos y todas, con ingreso irrestricto en la universidad, con una perspectiva de la seguridad democrática, con posibilidades de desarrollo para todos los ciudadanos y las ciudadanas; entonces, muchas veces el riesgo que corremos en los espacios políticos es que nos encasillen en el tema, y bueno, como “este tema ya aprobó sus leyes, ya avanzó, ya ha tenido su expresión más importante en el Congreso”, se complica acceder a espacios de decisión y de representación política en los partidos.
Hay partidos más recientes en la tradición con el tema de la diversidad sexual que echan mano de activistas para visibilizar un supuesto compromiso en las campañas electorales, incluso en espacios en los que sabemos es difícil acceder a una banca. El desafío es entonces, sostener la visibilidad en los partidos, lograr que esta agenda siga presente y que nuestra representación en los espacios tanto orgánicos de funcionamiento partidario como en los espacios de representación política, en las candidaturas por ejemplo, siga estando presente y siga teniéndonos como protagonistas en lugares expectantes porque creemos que los partidos y espacios políticos deben estar convencidos de que nuestra presencia mejora y enriquece el debate en la democracia.
-¿Y qué pasa con el acceso a los espacios de decisión?
Dicen “no los discriminamos porque están dentro de nuestro espacio político”, pero a la hora de decidir el poder pasa como muchas veces con las mujeres. Ahí la alianza entre el colectivo GLTB y el colectivo de mujeres al interior de los partidos debe ser empujar por la participación paritaria porque somos parte de una misma matriz de relegamiento en los espacios de decisión. Para figurar, para estar, está todo bien, pero cuando hay que decidir o repartir cuotas de poder, ahí se termina el espíritu amplio e igualitario de los dirigentes.
Las demandas del colectivo LGTB en la agenda electoral
La FALGBT publicó una serie de encuestas con preguntas que abordaban los principales ejes pendientes en materia de derechos LGTB con el objetivo de interpelar a las y los candidatos a la gobernación de las provincias de Santa Fe y Tierra del Fuego y a la jefatura de la Ciudad de Buenos Aires. “Cada vez más, la temática de diversidad y los derechos LGTB están en la agenda y son percibidos por los partidos políticos como una agenda positiva y que suman en la campaña”, sostiene Paulón, “muchísimos candidatos y candidatas que en otro momento trabajaron contra nuestras leyes, ahora hacen explícito su compromiso”. Es por esto que, además de las preguntas que abordaban la existencia de programas o propuestas concretas en las plataformas partidarias y las estrategias para acortar la brecha entre la igualdad legal y la igualdad real y la discriminación en los ámbitos laborales, la FALGTB planteó además un recorrido histórico de partidos/ frentes y trayectoria de las y los candidatos para evitar el aprovechamiento político del tema.
“La FALGTB trabaja en todas las campañas electorales consultando con los candidatos y candidatas”, dice Paulón y anticipa que en el informe previo a las elecciones nacionales “vamos a trabajar en dos aspectos que nos parecen importantes. Por un lado, cuestionarios de compromisos sobre distintas leyes y demandas que impulsamos desde la FALGBT y en general del colectivo LGBT, y por otro, hacer un poco de historia y en los informes incluir la trayectoria de los candidatos y candidatas”.
-¿Cómo ves el compromiso de los partidos políticos/ frentes electorales en incorporar la agenda de demandas/ derechos de diversidad?
En relación al compromiso de los partidos políticos, sin ningún lugar a dudas, hay una historia indivisible del movimiento LGTB con los partidos. Las primeras organizaciones de los años ´50, ´60 en Argentina, estaban vinculadas al anarquismo, al trotskismo, a la izquierda; después hubo movimientos vinculados al peronismo en los ´70 y ya con el retorno de la democracia muchísimxs activistas de la diversidad nos hemos vinculado con la política partidaria. Si bien es cierto que esto es indivisible y ha habido una vinculación muy grande de parte de los partidos políticos con el movimiento LGTB, a partir del año 2001, con la crisis y la emergencia de muchos movimientos sociales, estos últimos también irrumpen en los partidos políticos imponiendo e impulsando una agenda específica. A medida que esta agenda fue avanzando, y los partidos políticos han ido viendo que es una agenda que suma, que le pone valor agregado a las campañas, han aparecido y emergido espacios LGTB en muchísimos partidos políticos, incluso partidos de la derecha hoy tienen espacios de la diversidad sexual donde por distintos motivos abordan la agenda, y esto es un signo del enorme consenso social y político que hoy tiene la temática. Sin esas articulaciones con los partidos políticos hubiese sido difícil haber logrado la aprobación de las leyes que hemos logrado en todos estos años. Más allá de que nosotros sabemos cuáles son los espacios que efectivamente tienen un compromiso concreto, histórico, coherente, bienvenidos y bienvenidas todos y todas que quieran sumar a ese consenso porque es el que después nos permite seguir avanzando. Que esta agenda no caiga es muy importante para trabajar en todo lo que falta, sobre todo de cara al cambio de gobierno.
*Entrevista originalmente publicada en Comunicar Igualdad