Por Mario Hernández.
Mientras las PASO ocuparon los titulares, los conflictos obreros tuvieron los recuadros menores. La cuestión del trabajo más que por el piso, bajo la alfombra.
Las agendas políticas y mediáticas estuvieron ocupadas en seguir los pasos de los precandidatos que en estas PASO se enfrentaban en algunos casos, dentro de sus propias filas partidarias, pero sobre todo que marcaban el termómetro de cara octubre. Mientras, los conflictos obreros a lo largo del país se dirimieron en un cara a cara con los emisarios de Seguridad en cada provincia, que más que conciliar, reprimieron, encarcelaron y acusaron a quienes formaron parte de muchas campañas vacías. Lo que dejaron las PASO abajo de la alfombra.
Luego de 135 días de paro, retornaron los piquetes y la quema de gomas en Río Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz y lugar de residencia de la familia presidencial, al fracasar la negociación salarial con los trabajadores municipales.
Hasta allí se trasladó el Secretario de Seguridad, Sergio Berni, para supervisar las fuerzas federales que se apostaron para evitar cortes en el acceso a la ciudad y la custodia de la casa de la Presidenta y de su hijo Máximo, pre-candidato a diputado nacional.
Con un papel cada vez es más activo en los conflictos obreros, las fuerzas de seguridad demostraron también su poderío con la presencia del ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados, mediando en los casos de la avícola Cresta Roja y la línea de colectivos 60.
Para muestra basta un botón. Como resultado de una verdadera emboscada policial, el 6 de agosto dos trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) que habían participado de medidas gremiales durante la mañana fueron golpeados y detenidos por policías sin identificación a 50 metros de la puerta del Instituto, luego de un corte de la Av. General Paz por el pase a planta permanente. El 80% son trabajadores/as precarizados/as y vienen reclamando el cobro de un adicional tecnológico y el fin del vaciamiento del organismo. Los detenidos Nelson Fereryra, delegado de ATE-INTI y Alejandro Sirota, trabajador del Área de Extensión del Instituto, sostuvieron que “los tenían fichados” porque en el momento de la detención miembros de la Policía Federal gritaron “a esos dos nos los llevamos”. Luego de ser llevados a la Comisaría nº 47, fueron trasladados a la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal. La detención se efectuó al segundo día de paro de los trabajadores/as. Ya fueron liberados.
“La política nos devuelve a las aulas, no la Policía”
“Un acuerdo que abre la posibilidad de una recuperación estructural del salario docente”. Así resumió Carlos Lezcano referente del Movimiento Pedagógico de Liberación (MPL) el acta acuerdo firmado hoy en Posadas, Misiones, un día después de la multitudinaria marcha que reunió a unos tres mil docentes. El gobierno se compromete a no impulsar represalias judiciales ni administrativas y a discutir una propuesta de incremento salarial presentada por los trabajadores. La asamblea aprobó masivamente la firma del acta acuerdo, se levantó la huelga de hambre y se suspendieron las demás medidas de fuerza.
Representantes de los sindicatos en lucha se reunieron al mediodía del viernes con el ministro de Hacienda de la Provincia, Adolfo Safrán, el Jefe de Gabinete del Consejo General de Educación, Alberto Galarza, y los presidentes de bloques de la Legislatura provincial quienes se constituyeron en mediadores para abrir esta instancia de diálogo. Mientras que distintas organizaciones sindicales de trabajadores de la educación impulsaron el no inicio de las clases en reclamo de la reapertura de paritarias para mejorar sus sueldos.
Las huelgas contaron con movilizaciones en La Plata, Posadas y las ciudades chubutenses de Rawson y Comodoro Rivadavia.
En territorio bonaerense la Unión de Docentes de la provincia (UDOCBA) resolvió “no reiniciar las clases” tras el receso invernal para reclamar una salario “básico de 9.000 pesos, blanqueo salarial y el pago de salarios en tiempo y forma”. También pararon seccionales rebeldes del SUTEBA y se sumó personal de ATE que cumple tareas en escuelas.
Mientras que en Chubut, los maestros agremiados en la Regional Sur de ATECH acordaron un paro por 48 horas con movilización en Rawson el lunes y panfleteadas sobre las rutas 3 y 26 y 3 y 39 durante el martes.
Por su parte, la Federación SITECH (Chaco), en continuidad con el plan de lucha resuelto por su Congreso del 25 de julio, dispuso una nueva medida de fuerza para los días miércoles 5 y jueves 6 de agosto con o sin asistencia a los lugares de trabajo según lo dispusieran los docentes de las distintas instituciones educativas, con una movilización provincial a realizarse el primer día de paro en la capital provincial.
Sin solución para los metalúrgicos
La semana pasada, un súbito cuadro de laringitis aguda salvó a la Presidenta de presenciar una situación incómoda en Chubut. En Puerto Madryn todo estaba listo para la celebrar los 150 años de la llegada de los galeses a la Patagonia, donde habita la mayor comunidad fuera de las islas británicas, junto al primer ministro de Gales, Carwyn Jones.
Pero no sólo se notó el faltazo de la mandataria, sino que Aníbal Fernández y Carlos Zannini tuvieron que encabezar la actividad en medio de una protesta de 800 obreros de Aluar, que se acercaron a tan sólo 200 metros del acto para rechazar 60 cesantías.
El conflicto en la principal fábrica de la zona, que emplea a 1.200 trabajadores, es sólo uno de los varios que estalló en el sector siderúrgico en los últimos días y motivó la intervención del Gobierno para evitar “malas noticias” en plena campaña, ante un deterioro creciente del panorama laboral en la industria. La caída de la demanda, combinada con reclamos salariales y del Impuesto a las Ganancias, detonó despidos y retiros voluntarios en los gigantes del rubro, como Aluar, Acindar y Siderca, mientras que otras de menor tamaño como Paraná Metal evalúan frenar su producción.
Más complicado es el escenario que atraviesa en Campana la planta de Siderca, controlada por Techint. Allí la contratista Comau definirá la suerte de unos 400 operarios que realizan tareas en la siderúrgica. La caída del precio del crudo y el recorte de costos impulsado por Siderca llevó a Comau a deshacerse de la mitad de las 800 personas que empleaba en enero, por medio de retiros voluntarios. El problema ahora es que la siderúrgica requirió un mayor ajuste a la contratista, pero el personal se opone a abandonar su puesto a cambio de indemnizaciones. El Ministerio de Trabajo bonaerense dictó la conciliación obligatoria, por lo que las partes tendrán quince días de negociaciones para tratar de alcanzar un acuerdo.
En la actualidad, la empresa de Paolo Rocca opera al 30% de su capacidad y prevé mantener hasta el 8 de octubre el plan de ajuste que inició en abril, con la suspensión de 3.000 operarios, la reducción de salarios y la apertura de retiros voluntarios.
Línea 60: otro round ganado por los trabajadores
Tras más de 40 días de un conflicto que incluyó medidas de fuerza, represión y lock out patronal, los trabajadores consiguieron la reincorporación de 50 de los 53 despedidos. Los 3 restantes, Lema, Canullan y Siriscevic, entran dentro de las discusiones de la conciliación obligatoria en los próximos 10 días.
Además, acordaron una suma fija de $11.000 en concepto del pago de haberes que estaba suspendido desde el inicio del conflicto y el reconocimiento al Cuerpo de delegados, 12 días de permiso gremial y el pago de los meses que se les adeudan.
“Entendemos esto como una victoria parcial, sabemos que todavía falta y que resta mucho por hacer”, señala un comunicado de la Agrupación al Volante.
Sin embargo, después de haber conocido algunas definiciones de los candidatos presidenciales con más chances y sus asesores económicos que van prefigurando las medidas para paliar los déficits del actual modelo: pago a los fondos buitres, baja en las retenciones como al trigo y al maíz y una devaluación, triunfos como los de la 60, Cresta Roja y aceiteros, son puntos de apoyo importantes para las luchas contra el ajuste por venir o conflictos como los que viven metalúrgicos y docentes.
Militancia de base, unidad de los trabajadores por abajo, medidas radicales como cortes de ruta y vías, bloqueos, no cobro de boletos, acampes, democracia obrera, la participación de las organizaciones de izquierda subordinadas a la decisión de los trabajadores, marcan el camino que deberá tomar la resistencia obrera y popular.