Por Sebastián Alonso* / Fotos por Julieta Dorin
Desde el asesinato brutal de Laura Moyano el pasado 25 de julio, sus familiares, organizaciones sociales y activistas han movilizado en la ciudad de Córdoba exigiendo justicia. Este crimen de odio por ser mujer y trans, ha repercutido en la sociedad demostrando que todavía queda un largo camino por recorrer para erradicar la violencia machista y patriarcal. Según personas y organizaciones allegadas, la policía de Córdoba cuenta con información importante sobre los autores materiales e intelectuales de su asesinato.
El cuerpo sin vida de Laura Moyano, de 35 años, fue hallado en una obra en construcción del Barrio Villa Allende Parque en Córdoba, mutilado, torturado y desfigurado. No siendo esto suficiente, los asesinos han dejado registro fotográfico y audiovisual del hecho.
A partir del asesinato, las organizaciones Devenir Diverse y Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de Argentina (ATTTA) y familiares de Laura Moyano se han manifestado e invitado a la sociedad a marchar en tres oportunidades bajo la consigna de “Justicia para Laura Moyano, basta de crímenes de odio y reforma de la Ley Antidiscriminatoria ya”. Esta postergada reforma, que está siendo tratada en la Cámara de Diputados, refiere a la inclusión de los crímenes de odio por orientación sexual e identidad de género. En estas manifestaciones se encontraron compartiendo la denuncia distintas agrupaciones como Mala Juntas Patria Grande de Córdoba, Nuevo Encuentro, Varones Antipatriarcales, Anarquía Queer, Cámpora Diversa, MST, Pan y Rosas, Encuentro de Organizaciones (EO) y AMMAR, entre otras. También se han manifestado diversas instituciones como la Universidad Nacional de Córdoba repudiando abiertamente el hecho.
En este marco, las organizaciones convocantes manifestaron que “a casi dos meses de la masiva marcha de Ni Una Menos, denunciamos la exclusión de la agenda pública de la problemática de las violencia hacia las mujeres transgéneros, transexuales, lesbianas y bisexuales. Ni una travesti menos, ni una lesbiana menos. Basta de crímenes de odio.”
¡Basta de crímenes de odio!
No cabe duda que a Laura Moyano la mataron por ser mujer y trans y que quienes integran el Estado, la Policía y la Justicia son garantes de esta impunidad y perpetuadores de las vulneraciones a la dignidad de las personas cuya sexualidad disiente de la heterosexualidad obligatoria. Laura no es un caso aislado: el asesinato, abuso y maltrato de mujeres trans se repiten cotidianamente.
A 3 años de la aprobación de la Ley de Identidad de Género, donde se garantizaría la dignidad de las personas trans en la Argentina, los crímenes de odio siguen sucediendo impunemente. La expectativa de vida de una mujer trans hoy es de 35 años y esto es debido a la imposibilidad de acceder a la salud, al trabajo y a la educación. El grado de exclusión de este colectivo es muy alto. Tan alto, que no sólo la exclusión de los sistemas públicos operan en esto, sino que el odio machista y patriarcal las asesina a diario, en connivencia con los medios masivos de comunicación, que siguen tratando a las mujeres trans como hombres y ridiculizándolas, y las instituciones conservadoras del Estado como la Justicia, quienes reproducen la discriminación y el odio.
Compañeras de trabajo de Laura denunciaron ante los medios alternativos que ellas “son maltratadas, que les roban, que son violadas, y no pueden decir nada porque (quienes lo hacen) no son cualquier agente, son oficiales, tienen peso. Nosotras la denunciamos, pero a la larga y a la corta nos encuentran y nos matan, volvemos a la época de antes, cuando nos mataban y acribillaban y nadie hacia nada, por eso queremos justicia, porque estamos cansadas que por ser travestis, por nuestra condición, nadie hace nada“.
Según lo sostenido por Devenir Diverse, la policía de Córdoba cuenta con información importante sobre los autores materiales e intelectuales del asesinato de Laura. Por otro lado, también denuncian que las autoridades judiciales han incitado y presionado a las organizaciones a no movilizar y que la Fiscalía N°4 pretende responsabilizar a un sujeto que no tiene vinculación con el hecho. Pero lo más bochornoso de la justicia patriarcal es que a menos de 48hs sucedido el crimen se haya declarado que el asesinato no se trató de un crimen transfóbico. Según la organización, esto abre muchos interrogantes que vinculan el hecho con las redes de trata, prostitución y narcotráfico con la Policía, agentes judiciales y del poder político.
Más allá de las políticas públicas sobre prevención y tratamiento de la violencia hacia las mujeres e identidades sexuales disidentes, más allá de las leyes y reglamentaciones que garantizarían la dignidad de las vidas, más allá de la educación sexual en las escuelas y todas las cuestiones en las que hemos avanzado como colectivo, la lucha contra el heteropatriarcado que nos mata a diario es larga y es fundamental repudiar y no silenciar la violencia machista que a través de estos actos sigue intentando disciplinar nuestros cuerpos y nuestra sexualidad. Como manifestaban las organizaciones en las tres marchas que se realizaron y las que vendrán, trayendo al presente crímenes similares. Porque Laura somos todxs: “¡Basta de crímenes de odio! ¡Justicia para Vanesa Ledesma, Cindy Arias, Natalia Gaitán y Laura Moyano!”
*Integrante del colectivo Sembrando Rebeldías
Nota relacionada:
Un nuevo asesinato transfóbico: mataron mil veces a Laura Moyano