Por Germán Gómez. 300 familias al borde del desalojo en cuatro barrios platenses porque el municipio que conduce Bruera no cumple con un convenio con la Provincia. El espacio ocioso como puntal del boom inmobiliario y el derecho a la la vivienda digna en la entrecruzada.
Son cuatro barrios en las afueras de La Plata los que están bajo amenaza de desalojo. A pesar de tener un visto bueno del Ministerio de Desarrollo Social bonaerense, la municipalidad todavía no firmo el convenio que habilita a los vecinos a acceder al lote de tierra.
Se trata de los barrios Los Robles, La Cantera, El Olvido y San Cayetano, cuyos vecinos siguen sin una solución para conseguir un lote y empezar a construir viviendas. Los predios pertenecen a la empresa privada Villa Montero SACIFI, un emprendimiento inmobiliario y financiero que no utiliza las tierras hace décadas y que cuenta con restricciones de Geodesia e Hidráulica de la Provincia de Buenos Aires, desde 1967, para la venta de esos lotes.
En el 2007, la empresa Villa Montoro inició un juicio civil de desalojo sobre el asentamiento de Los Robles. Esto significa en concreto dejar a 200 familias del barrio en situación de calle.
En diálogo con Marcha, Sebastián Cuccia, abogado y compañero de los vecinos, aseguró que luego del convenio firmado el 5 septiembre de 2011 con autoridades, provinciales, locales y el titular de Villa Montoro, se había llegado a un acuerdo que todavía no tiene legislación por falta de predisposición del gobierno local. Cuccia aseguró: “el juicio se encuentra suspendido, ya que a principios de 2011 comenzamos con las negociaciones con el titular en el marco del convenio que se firmo en septiembre de dicho año”.
A raíz de una serie de movilizaciones y una lucha que todavía hoy sigue en pie, los vecinos consiguieron conformar la Mesa Provincial Interministerial para tratar el tema. De esta manera, según Cuccia, “el municipio miente al culpar al titular; la municipalidad es quien no cumple con lo reconocido por la mesa provincial y la Dirección Provincial de Geodesia”.
Según este acta de convenio, que lleva las firmas de los delegados del Barrio, del Padre Luis Farinello -representante de los vecinos-, del intendente municipal Pablo Bruera, del titular de las Tierra provincial Cacho Alvarez y del gobernador Daniel Scioli: “La municipalidad se compromete a declarar de interés social la regularización dominal del barrio en cuestión, e instalar la condonación de la deuda existente y la eximición del pago de tasas municipales que recaigan sobre los inmuebles hasta la escrituración a favor de los vecinos”. Este acuerdo urbanístico otorga el derecho a vivienda a 200 familias del barrio Los Robles, pero a casi a un año de lo estipulado por el convenio no se ha efectivizado ninguna respuesta por parte del municipio platense.
En suma, en los barrios San Cayetano, donde viven 220 familias, y La Cantera, con 45 familias, el desalojo es inminente si no se toman medidas urgentes ya que si bien la negociación con el titular de la empresa lleva un buen curso éste no quiere ceder a ningún tipo de boleto de compra a los vecinos.
Según el artículo ocho de dicho convenio consensuado por las partes, el compromiso de las tierras tiene como responsable primordial a la Municipalidad de La Plata, que todavía no comenzó con su plan de urbanización en los barrios. Por su parte, la Provincia de Buenos Aires, según consta en actas, “asignará un aporte de hasta $350.000, a los efectos de realizar una ayuda económica” a los vecinos que así lo necesiten.
La mesa provincial interministerial se reúne todos los martes, luego de una movilización que realizaron los vecinos el 11 de junio pasado, de la cual se logró conformar dicho espacio, aunque hasta hoy no ha tenido resultados concretos.
Los vecinos de los barrios, aún siguen reclamando su pedazo de tierra, mientras las negociaciones entre el municipio y Villa Montoro SAFICI siguen sin un rumbo claro. Aunque cueste “cambia mucho el ánimo cuando los vecinos aprenden que es un derecho, que no están pidiendo ayuda sino exigiendo un derecho básico humano”, concluyó Cuccia.