Por Claudia Laudano* / Foto: Vero Canino
A dos meses de la mayor acción de protesta realizada en el país en contra de la violencia hacia las mujeres, se presentan avances de una investigación en torno al lugar de las redes sociales y los medios de comunicación en la convocatoria a la manifestación en relación a los grupos de mujeres y feministas, junto a otras organizaciones.
La manifestación simultánea de unas 400 mil personas en, al menos, 240 lugares del país para cuestionar los femicidios y la violencia hacia mujeres y jóvenes bajo la consigna “ni una menos” fue resultado de una convocatoria multimediática y multisectorial, articulada en torno a una demanda histórica del feminismo y el movimiento de mujeres del país. Lejos de ser un fenómeno espontáneo, la iniciativa gestada durante 23 días, del 11 de mayo al 3 de junio, un tiempo largo para las movilizaciones repentinas convocadas desde el activismo digital, contó en diferentes localidades con el impulso de grupos de mujeres, jóvenes, docentes, organizaciones sociales, partidos políticos y el apoyo de gran parte del espectro periodístico-mediático, a la vez que ningún sector social organizado como opositor.
¿Twitter o Facebook como principal convocante? Si bien la iniciativa surgió desde un grupo de periodistas de twitter, una vez fijada fecha, hora y lugar de concentración en Buenos Aires, la propuesta rápidamente se diseminó por los muros de Facebook, la red social más utilizada en el país, con 25 millones de usuarios/as mensuales, frente a 5 millones de twitter. Al mismo tiempo, empezó a circular por versiones digitales de medios impresos y espacios radiales, y en días siguientes en tapas de diarios nacionales, diferentes espacios televisivos, agencias informativas y publicaciones periódicas.
La estrategia de viralización de la consigna mediante selfie o foto de apoyo con cartel, pronto presentó límites precisos, al ser apropiada sin escrúpulos por empresarios y personajes mediáticos cuestionados por sexistas, funcionarios/as y diferentes candidatos/as partidarios. Para contrarrestar, el colectivo organizador propuso la firma del compromiso #DeLaFotoALaFirma a representantes de partidos políticos, sin contemplar de manera adecuada el lugar central de la promesa en el discurso político, sobre todo en tiempos electorales.
No obstante ser las plataformas comerciales más utilizadas en el proceso de difusión, twitter y facebook presentan características diferenciadas tanto de uso por parte de las organizadoras como de apropiación por el activismo digital. En primer lugar, entonces, la cuenta oficial de twitter @NiUnaMenos_ contó con alrededor de 8 mil seguidores y produjo unos 760 tuits desde su apertura, el 17 de mayo, y el 4 de junio. Si bien al comienzo se respondieron inquietudes, enseguida adoptó un carácter unidireccional, en mayor medida para difundir la convocatoria y las resoluciones del grupo organizador, mostrar adhesiones de personas e instituciones variadas, solicitar ayuda para la firma del compromiso político, recopilar información de lugares de convocatorias en 120 localidades, difundir la canción oficial, spots, ilustraciones, diseños y publicitar la asistencia de las organizadoras a entrevistas en medios. El día posterior a la concentración, se autopropuso como instancia recolectora de información de las actividades realizadas por localidad.
Hasta el 4 de junio, en los tuits o retuits no se localizan menciones al movimiento de mujeres ni a los grupos feministas como cuestionadores del patriarcado, las relaciones desiguales de género y de la violencia hacia mujeres en particular. Tampoco, referencias a fechas clave del calendario feminista donde, desde hace décadas, se denuncian las prácticas de violencia hacia las mujeres en general, como el 8 de marzo y el específico 25 de noviembre, o el 28 de mayo, día de la salud de las mujeres, que ocurrió durante el proceso de organización de la convocatoria. Idéntica invisibilidad para los 29 Encuentros Nacionales de Mujeres y para la genealogía de la consigna convocante como parte del acervo feminista latinoamericano.
Como panorama general del activismo tuitero, durante los días de la convocatoria se generaron 958 mil menciones con el hashtag #NiUnaMenos; más de la mitad, el mismo día de la concentración. Con esto se logró el objetivo de posicionar el hasthtag como trending topic a nivel nacional y, luego, mundial. No obstante, las cifras de tuits por minuto en horario pico o por hora difundidas por distintas empresas de medición, contemplan variaciones considerables que restan confiabilidad a los datos.
Cabe señalar que los grupos feministas y de mujeres no utilizan twitter como red social preferente para el activismo en el país, a diferencia de usos individuales o de ciertas ongs u otros sectores sociales; mientras que se localizaron solo dos cuentas NiUnaMenos de ciudades capitales creadas para acompañar los procesos organizativos.
En segundo lugar, en facebook se reactivó la cuenta que bajo el slogan Ni Una Menos a mediados de marzo convocó a una maratón de lecturas contra los femicidios, por parte de un grupo de periodistas y escritoras, algunas feministas, con presencia de familiares de jóvenes y mujeres asesinadas. Hacia principios de junio, registró más de 130 mil me gusta, una cifra nada desdeñable para la plataforma y muy superior a los datos de seguidores de la cuenta oficial en twitter.
En los posts del muro, similares en contenido a los de twitter, se encuentran críticas a los abordajes mediáticos de la violencia hacia las mujeres y entre las adhesiones aparece una ONG defensora de derechos de las mujeres. Con frecuencia, se generaron debates y en los comentarios se incluyeron posteos de artículos periodísticos, videos, denuncias de situaciones de mujeres bajo violencia y reclamos por resoluciones de casos, sin intervención del colectivo administrador. La actividad de la página por momentos registró alta intensidad, con numerosas reproducciones y los megusteos típicos.
Una cuestión singular se generó con la apertura de más de un centenar de facebooks NiUnaMenos por localidades, bajo modalidades de páginas, grupos de organización y eventos. Cerca de la mitad se abrieron durante la primera semana de convocatoria, lo que indicaría que los procesos de difusión y organización se desarrollaron con debido tiempo. Si bien las manifestaciones, en general, se nuclearon bajo la consigna NiUnaMenos; mediante diferentes publicaciones y consultas personales, se registran reapropiaciones y lineamientos particulares, acorde a las trayectorias de las organizaciones de mujeres y feministas, articuladas en multisectoriales y foros, junto a otras organizaciones sociales y políticas, plasmados en reclamos propios, tanto en la especificidad de los petitorios (desde localizar a mujeres raptadas para explotación sexual, terminar con las violaciones, hasta sancionar la ley por el aborto legal) como en reivindicaciones locales de mujeres y chicas asesinadas. Una diferencia notable respecto de la convocatoria porteña constituye la realización de marchas por circuitos significativos de las localidades, encabezadas por familiares de víctimas de femicidios y mujeres sobrevivientes de violencias.
Desde un punto de vista comparativo, el activismo feminista en línea, o ciberfeminismo, desempeñó un papel activo en facebook, desde las posibilidades de compartir y crear posteos con información vinculante en muros personales, páginas y grupos, así como en la co-organización de eventos locales, por ser la red social de mayor uso en el país para difusión y debate de temáticas del movimiento de mujeres. A este activismo digital se sumaría la circulación de información mediante múltiples blogs, listas electrónicas de discusión temáticas, páginas webs y, plataformas audiovisuales como Youtube, Pinterest e Instagram, entre otras.
Recapitulando, en cuanto a las redes sociales comerciales, Facebook ocupó un lugar preponderante respecto de Twitter en el proceso global de las convocatorias en los 240 lugares donde, según datos propios relevados, se realizaron acciones de protesta. Sin embargo, a este panorama general habría que añadir, en particular, el aporte de la televisión abierta dentro del conjunto de medios de comunicación, por la extendida cobertura que acredita por hogares y por la difusión sostenida en distintos horarios y formatos variados (informativos, humorísticos, misceláneos, de chimento, debate político, música, almuerzos con invitadxs); aunque en ocasiones los abordajes de la problemática de violencia hacia las mujeres incurrieron en revictimizaciones de las testimoniantes o sus familiares. Restaría, más adelante, analizar las singularidades aportadas por los medios de comunicación por localidades, junto a los grupos activos que intervinieron en las convocatorias.
*Investigadora en género y tics