Fotos y texto por Colectivo Manifiesto y Redacción Marcha
A Laura la torturaron, la golpearon, le mutilaron los genitales, le desfiguraron la cara. La mataron con saña, con odio. Mientras hacían eso, tomaron fotos y videos que compartieron como si nada. La mataron mil veces.
Pero la volvieron a matar, cuando los medios se refirieron a ella como “un buen vecino”, “un travesti”, “un varón”. La volvieron a matar, cuando midieron con la vara de la moral su trabajo y su pobreza.
Por eso, el barrio Villa 9 de Julio, en Córdoba marchó para que no la maten más. Para llamarla por su nombre y para decir que la van a extrañar. Marcharon muchxs porque no hay inclusión laboral, hay maltrato policial, hay odio, hay transfobia.
Laura Moyano, habría sido asesinada luego de ser torturada y abusada sexualmente. Según informó la Federación Argentina de lesbianas, gays, bisexuales y trans (FALGBT) a través de un comunicado, “el cuerpo de Laura presentaba marcas de torturas tales como mutilación genital y desfiguración de rostro entre otras, así como signos de abuso sexual, lo que claramente ubica este aberrante hecho en un crimen de odio motivado por la identidad de género de la víctima“.
La homo-lesbo-transfobia encuentra su extremo en los actos de violencia perpetrados a partir del odio por la orientación sexual disidente o la identidad de género, contra lesbianas, gays, bisexuales y personas trans. Hoy y pese a los avances legislativos, este tipo de violencia machista continúa vigente y atenta contra la igualdad real de todas las personas.
Cinco personas, entre ellas dos travestis, fueron asesinadas en Argentina por su orientación sexual en 2013, según el último informe de crímenes de odio difundido por la Comunidad Homosexual Argentina (CHA). En tanto el informe 2014 se presentará en los próximos días, la comunidad lgtb reclama la aprobación de la Ley Nacional Antidiscriminatoria para que los hábitos culturales y el respeto en base a la orientación sexual e identidad de género y sus expresiones permitan a todas las personas el pleno derecho a una vida libre de violencias y llena de libertad.
Si nos olvidamos de Laura Moyano, si miramos para otro lado, la matamos mil veces más.