Por Maru Correa/ Fotos por En La Vuelta
“¿Vos querés desaparecer como tu amiga?”, le preguntó a modo de advertencia un efectivo policial de Presidente Perón a una de las mujeres que el viernes pasado repartía volantes en Guernica con la foto y datos de Diana Estefanía Colman, una joven de 25 años de esa localidad que falta en su casa desde el 19 de junio último.
Qué vacía queda la consigna “Ni una menos” cuando quienes reclaman por la aparición con vida de una de nosotras son amenazadas. Peor, cuando esa intimidación proviene de quien debe velar por la seguridad de las personas. Y peor aún, cuando ante esa situación el Gobierno no ve, no oye, no escucha.
¿Por qué? Porque mientras eso ocurría, el gobernador de la provincia de Buenos Aires y candidato a presidente de la Nación, Daniel Scioli, encabezaba un acto oficial por allí cerca para respaldar la puesta en funcionamiento de la nueva Policía local del distrito, junto a la intendenta Carina Biroulet y el diputado provincial y candidato a sucederla, Aníbal Regueiro. También estaban presentes el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni; el ministro de Seguridad provincial, Alejandro Granados; el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y aspirante a la gobernación bonaerense; Julián Domínguez; y el intendente de La Matanza y compañero de fórmula de Domínguez, Fernando Espinoza.
Ese día, familiares, amigos e integrantes de numerosas organizaciones de género, sociales, políticas y gremiales iban a realizar la tercera movilización hasta el palacio municipal para reclamarle al Ejecutivo peronense que arbitre las medidas necesarias para dar con el paradero de Diana, quien según cuenta su tía Maura Colman, simplemente había salido de su casa del barrio San Martín a comprarle botines a su hijo de nueve años y nunca más se supo de ella.
Sin embargo, desde el municipio llegó el pedido a las y los organizadores de la protesta que no movilizaran a cambio de que Daniel Scioli recibiera a la familia de la joven, compromiso que se cumplió y del que salió la promesa de parte del candidato a presidente de la Nación de “tratar de ayudar en todo lo que pueda”, aunque al momento no hubo llamados ni cambios en la investigación por la desaparición de la joven.
Mientras, los y las presentes se quedaron panfleteando en Ruta 210 y 29, al costado de las vías, y allí fue donde recibieron el “aviso” del uniformado.
¿Inmunidad, complicidad?
Después de la movida, los y las militantes se reunieron en la sede de ATE Guernica para continuar con el tratamiento del caso y planificar los próximos pasos a seguir. En ese momento, el mismo policía que amenazó en la volanteada pasó por el local con un patrullero, de patente KME-456, quien se acercó y dijo: “Yo ahora vuelvo”. Al reconocerlo, varias de las mujeres reunidas lo siguieron y observaron que ingresó al municipio saludando de manera muy familiar.
Al día siguiente, una camioneta Kangoo gris con tres hombres adentro apareció en la puerta del Centro Cultural Los Otros -espacio que también reclama por la aparición de Diana- y se quedó un rato allí. El domingo, un hombre que nadie pudo reconocer se paró frente al centro cultural y tomó fotos. Y este lunes, Maura Colman -tía de Diana- recibió una llamada extorsiva en la cual le decían que tenían a su sobrina y exigían 10 mil pesos a cambio de su libertad.
Por otra parte, Ailín Palacios, integrante de la Campaña Nacional contra las Violencias hacia las Mujeres afirmó que “una política de género que está tomando el municipio es arrancar los carteles de Diana” que durante todo este tiempo se pegaron por la ciudad. “Cuando volvemos al barrio, los carteles no están”, contó la militante, y agregó que eso “deja un poco en claro cuáles son los manejes de estos tipos y tipas”.
Cabe preguntarse: ¿qué hace un efectivo con un móvil cuya patente se puede visibilizar, dejando tiempo a que una pueda identificarla y anotarla? ¿De tanta inmunidad goza la institución policial para realizar semejante provocación? ¿En qué, quién o quiénes se ampara? ¿Por qué el municipio no responde en tiempo y forma a los reclamos de la familia de Diana? ¿Por qué pidieron que no haya movilización? ¿Qué pasa que los gobiernos nacional, provincial y municipal enaltecen el accionar policial actual y siguen creando nuevas dependencias y fuerzas de seguridad, y al mismo tiempo a las mujeres se las traga la tierra? ¿Qué tanto podrían estar conectadas entre sí estas preguntas como para sospechar que existe complicidad entre el poder político y la estructura policial?
La lucha vence al miedo
Pese a estas amenazas sistemáticas y la persecución permanente, Ailín destacó que “hoy no queda otra cosa que difundir y seguir moviéndonos”. Aseguró que el papel de las militantes nucleadas en esta causa “no es de derrotadas ni resignadas”. Dicen no tener miedo, y aunque lo tengan, seguirán en las calles porque hay en la región otros casos de jóvenes desaparecidas.
La lucha puja por vencer al miedo y quitarles los cartelitos de #NiUnaMenos a los hipócritas que lo sostuvieron en las vísperas del 3 de junio último, cuando una multitud se unió en Congreso para decir basta de femicidios, desapariciones y todo tipo de violencias de género, y para advertir que el Estado es responsable si el problema no se termina de una vez.
Quienes puedan aportar datos sobre el paradero de Diana Colman, se puede llamar a los teléfonos (011) 15 5728-3427 / (011) 15 2287-8579 / (02224) 47-4090 / (011) 4815-8550 o directamente al 911.
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