Por Mila Francovich desde Auckland
En Argentina ocurre un femicidio cada 30 horas y 100 muertes al año por abortos clandestinos. En Sudáfrica una mujer es violada cada 26 segundos, la ablación femenina se practica en más de 30 estados y solo 23 países en el mundo llevan registro de cuantas mujeres mueren por violencia machista. Creemos que si la violencia machista y la opresión patriarcal no tienen fronteras, la lucha feminista tampoco debe tenerlas.
Con esta idea firme el 3 de Junio, día del “ni una menos” en Argentina, decidí asistir a la reunión de Auckland Feminist Action, unas de las organizaciones feministas de la ciudad más grande de Nueva Zelanda. ¿El objetivo? Escuchar sus historias y conocer sus luchas. Aprender de sus procesos de resistencia y enseñar sobre los nuestros. Convidarles un poco de Argentina, nuestros sentires y aprendizajes, así como también sobre nuestras victorias colectivas y nuestros grandes sufrimientos. Todo esto con la intención de sumar un granito de arena al entramado de redes entre compañeras y organizaciones que nos permite crecer en conjunto, nutrir nuestra lucha y hacernos saber que no estamos solas, que en el mundo entero hay personas rebelándose y luchando por sus derechos.
El feminismo, impertinente y sin fronteras, nos llevó a interiorizarnos sobre la situación del aborto y a sumar a Nueva Zelanda a la lista de países que han derribado el mito de que una vez legalizada la interrupción voluntaria del embarazo, las personas abortarán cada vez más.
Interrupción voluntaria del embarazo
La legalización y gratuidad de este procedimiento entra en vigencia en el año 1977. Desde ese momento hasta el 2003 se registró un aumento sostenido en el número de abortos realizados cada ano. Según las fuentes consultadas, esto se debió a que las personas comenzaron a conocer que tenían acceso legal a este derecho y a informarse sobre los procedimientos que debían realizar. En 1996 se pusieron en marcha campañas televisivas a nivel nacional que informaban sobre distintos métodos para prevenir embarazos no planificados y enfermedades de transmisión sexual. Esto se complementa con el hecho de que cada vez más gente comienza a recibir educación sexual y a tener más fácil acceso a distintos métodos anticonceptivos. Fue así que a partir del 2003 la cantidad de abortos por año comienza a descender y en 2013 se registra el número más bajo de interrupciones voluntarias de embarazo en los últimos 20 años.
Estos datos son de gran importancia ya que evidencian que el descenso de abortos no se debe a cambios demográficos en la población o a la decisión de no abortar, sino que se debe a la disminución de la cantidad de embarazos no deseados.
El desafío al que se enfrentan las organizaciones feministas en este momento es al de luchar contra una nueva ley que se está impulsando desde los sectores conservadores y que consiste en que las menores de 16 años que quieran interrumpir un embarazo deban presentar ante la o el médico una autorización de sus madres- padres o personas a cargo.
La propuesta de ley surge a partir de que una adolescente de 15 años intentara suicidarse luego de realizarse un aborto del cual sus padres no estaban enterados. Esta iniciativa ha generado muchas controversias; por un lado las compañeras de Auckland Feminist Action, desde su experiencia, nos cuentan que usualmente las adolescentes que deciden abortar lo comparten con sus padres, pero en muchos casos en que esto no sucede se debe a que el entorno familiar está involucrado en un caso de abuso o bien la familia se opondría al aborto. Por otro lado, no se ha puesto en cuestión la calidad de la contención y el abordaje interdisciplinario que debe proporcionar el sistema de salud, la injusta condena social que conlleva abortar, ni tampoco la complejidad de factores que pueden haber motivado esta decisión. Una vez más los sectores conservadores aprovechan cada situación para atentar contra el derecho a decidir de las mujeres y los varones trans sobre su propio cuerpo.
Un pañuelo verde recorre el mundo
Conversando con las compañeras de Auckland Feminist Action surge el tema de los vínculos entre las organizaciones de nuestro país y de la fuerza e importancia de las campañas nacionales. La idea las sorprende, pero enseguida deciden ponerse en contacto con otras organizaciones con el objetivo de desarrollar un plan de lucha que traspase los límites regionales.
De mi parte, luego de la reunión, crece la alegría de enriquecer, con cada nueva experiencia, las herramientas para enfrentar los desafíos actuales y futuros en la lucha por el aborto legal seguro y gratuito en Argentina. Porque quienes habitamos día a día esta lucha inclaudicable sabemos que nuestros esfuerzos nos llevan cada vez más cerca de la soberanía de nuestros cuerpos, de la maternidad por elección, no por imposición y cada vez más lejos de las miles de vidas robadas por abortos clandestinos.
Cifras:
De 1980 a 2007 se estableció que el número de abortos en el grupo etario de 11 a 14 años es menor a 1 por cada 1000 personas.
Desde 1980 la tasa más alta de abortos que se ha registrado cada ano es en el grupo etario de 24 a 27 anos. En el 2013 fue de 27 a bortos cada 1000 personas.
En el 2003 se registró un pico en la cantidad de interrupciones voluntarias de embarazos de 27 cada 1.000 mujeres, desde ese momento los números comenzaron a descender sostenidamente hasta los datos del 2013 que informan una cantidad de 14 abortos cada mil personas. Una reducción de casi el 50 por ciento.
En el 2013 se registraron 14.073 abortos (15,4 abortos por cada 1000 mujeres), el numero más bajo desde 1996. El 64% de esos abortos fueron el primero que se realizaba la persona.
Bibliografía y material de interés:
http://www.stats.govt.nz/browse_for_stats/health/abortion/AbortionStatistics_HOTPYeDec13.aspx
http://www.stats.govt.nz/browse_for_stats/health/abortion/abortion-trends.aspx