El caso de Julian Assange se ha convertido en un intríngulis en el que se cruzan, entre otros, el gobierno australiano con el estadounidense, un presidente ecuatoriano con uno inglés, un ex magistrado español con una intrigante periodista nacida en Cuba. Hollywood ya prepara una superproducción sobre el polémico fundador de Wikileaks.
Hace algunas semanas que la comunidad internacional está a la expectativa de la decisión del gobierno ecuatoriano sobre el pedido de asilo político que le realizó el creador del portal Wikileaks, quién se encuentra refugiado en la embajada de ese país en Inglaterra.
Este miércoles el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, anunció que la decisión se dará a conocer una vez finalizados los Juegos Olímpicos que se realizan en la capital del país británico. “Tomaremos decisiones que no afecten a nuestras relaciones con Gran Bretaña. Puede ser que sean distintas de la posición que tenga el Gobierno británico, pero seremos prudentes para no afectar (…) a los Juegos Olímpicos”, declaró Patiño.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha dejado claro desde el principio que su gobierno tomará la decisión de forma soberana, sin pedirle permiso a nadie. “Mientras tanto él se encuentra en la embajada de Ecuador en Londres y bajo la protección del Estado ecuatoriano”, afirmó el mandatario en una entrevista concedida a la cadena TeleSUR.
Aunque no se conocen personalmente, Correa y Assange entablaron relación directa en abril pasado, cuando el periodista australiano le hizo una entrevista al mandatario por teleconferencia en su ciclo ´El Mundo del Mañana´ para la cadena rusa Russia Today.
El menú de Garzón
La otra noticia que trae nuevamente a Assange a los titulares informativos es el ingreso del ex magistrado español Baltasar Garzón al equipo de abogados que asumen su defensa. Garzón -quien después de haber sido inhabilitado por el Tribunal Supremo de su país se volcó a mediar en conflictos en Latinoamérica- aceptó este caso luego de reunirse hace unos días con Assange en Londres, quien le pidió que coordine su defensa en los diferentes países involucrados en el caso.
“Esa incidencia de la penuria procesal y judicial que está sufriendo el fundador de Wikileaks se extiende a varios países, principalmente Gran Bretaña, Estados Unidos, Suecia y ahora también Ecuador, aparte de su país natal como es Australia”, explicó el ex magistrado, al tiempo que agregó que piensan establecer una estrategia para demostrar “el hecho de que la investigación a la que está sometido realmente constituye una especie de persecución por sus actividades como fundador de Wikileaks”.
Julian Assange es personaje muy particular que cosechó simpatía en el mundo antiimperialista con la filtración de infinidad de datos sobre las guerras perpetradas por Estados Unidos pero que también fue puesto en duda al aparecer filtraciones que no siempre favorecieron a los gobiernos progresistas de la región.
Sin embargo los últimos acontecimientos empujaron al polémico australiano a ser un referente de los movimientos sociales. El 15 de julio pasado se realizó una jornada mundial en su defensa y durante la reunión de Rio + 20 acontecida en Brasil en junio pasado, los Movimientos Sociales hacia el ALBA se reunieron con el presidente Correa y le pidieron explícitamente que le otorgue el asilo político a Assange.
La película de Spielberg
El 19 de junio Julian Assange ingresó a la embajada ecuatoriana en Londres -donde se encontraba con arresto domiciliario- luego de que el 30 de mayo el Tribunal Supremo del Reino Unido confirmara, después de varias apelaciones que fueron sistemáticamente rechazadas, su decisión sobre la extradición del australiano a Suecia, donde está acusado de crímenes sexuales.
Recientemente Assange reveló -en entrevista con una radio australiana- que tomó la decisión de refugiarse y pedir el asilo a Ecuador luego de que la policía inglesa llegara sin previo aviso para ajustarle un segundo brazalete electrónico en su pierna.
A pesar de que no existe ningún cargo ni causa por su actividad al mando de Wikileaks, Estados Unidos tiene los ojos puestos en el portal y sus filtraciones. Actualmente el soldado estadounidense Bradley Manning, al que se señala como el responsable de las filtraciones, se encuentra preso y a las puertas de un juicio militar por traición.
Las complicaciones de Assange se recrudecieron cuando dos periodistas lo denunciaron en Suecia -donde él se afincaba para desarrollar el proyecto del portal- por abuso sexual. La demanda de Anna Ardin y su amiga Sofía Wilden se basa en el establecimiento de relaciones sexuales con consentimiento pero sin preservativo, algo en lo que las leyes suecas son muy estrictas. Ambas mujeres tuvieron relaciones sexuales durante al misma semana, lo que también es considerado como una falta ante la justicia sueca.
El proceso contra el australiano se inició en diciembre pasado, llamativamente poco días después que Wikileaks realizara una de las mayores filtraciones de cables, que comprometían principalmente al gobierno de Estados Unidos.
Assange aseguró que se trata de persecución política por las revelaciones que dio a luz y dijo que teme por su vida, ya que una vez en Suecia considera que será extraditado a Norteamérica donde podría ser condenado a muerte por espionaje.
El periodista canadiense residente en Cuba, Jean Guy Allard, reconocido por sus investigaciones sobre la injerencia estadounidense en los países latinoamericanos, develó datos sobre Ardin dignos de una película de espionaje.
La devenida periodista Ardin es conocida en Cuba por ser una militante anticastrista. Entre otras cosas fue colaboradora de la CIA mientras vivió en la isla y está vinculada con Carlos Alberto Montaner, terrorista prófugo de la justicia cubana; más tarde comenzó a escribir en sitios web apoyados por la USAID (organismo a través del cual EEUU financia la oposición a los gobiernos progresistas de la región).
La trama es aún más compleja. Será por esto mismo que Hollywood no se quiso perder el guión. La productora del director estadounidense Steven Spielber, Dreamwork, ya está trabajando en un proyecto para realizar un film sobre la vida del fundador de Wikileaks. A los guionistas sólo les queda esperar el The End.