Por Leandro Lutzky
El sector privado, asociado con los municipios, suma en forma desproporcionada grandes extensiones de tierras obtenidas en Tigre y Escobar a pesar de las ya visibles consecuencias: inundaciones incontrolables, usurpación de lugares ancestrales y la exclusión de los sectores sociales más vulnerables.
El conflicto no es nuevo, ni tampoco ocasional. Los negociados con los terrenos de Zona Norte, muchos de ellos pertenecientes al Estado, tienen larga data y cuentan con un historial para nada alentador. La cuna del massismo, con las extensiones de Punta Querandí en disputa, está en el centro de la escena dentro de este entramado político y empresario. En efecto, este sitio de tan solo una hectárea es considerado sagrado para los pueblos originarios.
“Conserva restos arqueológicos indígenas con mil años de antigüedad que están siendo destruidos por la construcción de mega emprendimientos”, alertan los miembros del Movimiento en Defensa de la Pacha, quienes luchan contra los barrios privados desde hace casi seis años. Así las cosas, denunciaron en un comunicado que el country San Benito, de la empresa EIDICO, “arrojó este martes unas siete descargas de tierra en una zanja que se encuentra fuera del perímetro del barrio privado”. El contenedor natural de líquido servía para retener el agua durante las lluvias, por eso este accionar genera riesgos de futuras inundaciones.
Nos tapó el agua
“Casi el 46 por ciento del territorio tigrense está en manos de barrios privados, donde vive menos del cinco por ciento de la población municipal”, destacan desde la organización. La discordia se disparó el pasado martes 26 de mayo, en el Honorable Consejo Deliberante, cuando el Frente Renovador aprobó el polémico proyecto “Remeros Beach”, con 20 votos a favor y tres en contra. En la previa, se planean utilizar la desorbitante suma de 195.994 metros cuadrados, lo que requiere una inevitable deforestación de la zona. Por lo pronto, el intendente Julio Zamora (heredó el trono cuando Sergio Massa asumió como diputado por la provincia, en diciembre del 2013) atiende al capital privado, pero no a los vecinos.
Desde la vereda opuesta, el concejal del Frente Para la Victoria Federico Ugo, criticó la “visión de urbanismo neoliberal” en declaraciones hechas para el diario Argentino Zona Norte. Sin embargo, ¿qué pasa con el kirchnerismo en Escobar? Su mandamás, Sandro Guzmán, otro massista arrepentido que se volvió a las filas del FPV, no parece limitar los imponentes avances inmobiliarios que crecen en su partido.
Por ese motivo, muchas agrupaciones sociales, como la Asociación Ambientalista del Partido de Escobar, advierten y organizan charlas para informar la situación actual de los humedales, terrenos naturales conocidos por su biodiversidad y su rol natural: filtrar agua desde la tierra. El impacto que genera el levantamiento de un country o club exclusivo, con sus respectivas edificaciones, altera la superficie terrestre e interviene directamente en el drenaje. ¿A dónde se dirigirá el agua de las lluvias?
Los Vecinos del Humedal denuncian que para montar estos mega emprendimientos “las empresas rellenan la cuenca del Río Luján”. Además, agregan: “En septiembre de 2013 entró en vigencia el nuevo Código de Ordenamiento Urbanístico Ambiental, pero los ciudadanos estamos esperando la sanción de una ordenanza que regule definitivamente el uso del suelo de la planicie de inundación, que prohíba su urbanización”.