Por Nadia Fink
El Frente Ciudad Futura, conformado por el Movimiento Giros y el Movimiento 26 de Junio-Frente Popular Darío Santillán, se configuró como la tercera fuerza en la ciudad santafecina de Rosario. Después de la gran elección, la palabra de sus protagonistas.
Pareciera que en la arena electoral todo está visto, por eso las sorpresas (de resultados, de nombres, de propuestas) suelen ser escasas por estos pagos.
Sin embargo, el domingo pasado, en el marco de las elecciones en la provincia de Santa Fe, el Frente Ciudad Futura daba “el batacazo” –según lo expresaron numerosos medios de todo el país– cuando se acercaba a los 100 mil votos y conformaba un bloque de tres concejales para el próximo mandato. Así, como tercera fuerza en la Ciudad (detrás del Frente Progresista Cívico y Social y del PRO), Juan Monteverde, Pedro “Pitu” Salinas y Caren Tepp llegaban a las bancas.
Si bien las elecciones primarias habían sido buenas (con 25.100 votos, lo que en una elección general se necesitaba para que ingresara un concejal), como una marca registrada que distingue la propuesta, Ciudad Futura decidió ir por más: “Nos propusimos el desafío de poder tener nuestro primer bloque, pero pensábamos que con dos concejales. Los resultados de hoy demuestran que hubo una cantidad de hombres y mujeres que luego de las primarias se sumaron a este proyecto porque entendían que Ciudad Futura no era solo una opción para votar el día de las elecciones, sino que había un lugar y un espacio para empezar a vivir aquí y ahora la ciudad que soñamos y ser protagonistas en la construcción de esa historia”, contaba Caren a Marcha, con la sorpresa aún latiendo y en medio de los festejos en el bar cultural Distrito Siete.
Desandar los pasos
El Frente Ciudad Futura nacía en marzo de 2013 de la confluencia del Movimiento Giros y el Movimiento 26 de Junio-FPDS. En aquel entonces, los referentes de ambas organizaciones y que empezaban a definirse como la dupla de candidatos, Monteverde y Salinas, nos decían: “Hace falta audacia política y ponerle el cuerpo a las iniciativas”. Empezaban a caminar hacia las PASO 2013 con proyectos de marcada construcción territorial, de cara a plantear la intervención electoral como una forma más de lucha en la militancia cotidiana.
Aquellas PASO se tiñeron de experiencias en los barrios de Rosario: cada militante era un fiscal, cada compañero o compañera se veía empoderado por ser parte de ese lugarcito de la política que parecían manejar unos pocos, los mismos de siempre.
8500 votos se juntaron en aquella oportunidad, donde los resultados que llegaban presurosos anunciaban al menos un voto en cada mesa, y donde el cuarto voto era visto como el logro más superlativo. En esa misma seccional, el domingo pasado los números eran otros: entre 35 y 45 votos se relevaban por mesa, y la ilusión no paraba de crecer.
Con las cifras en aumento y las mesas testigo expresando datos, que se reflejaban también en los medios de comunicación, el Distrito Siete rebalsaba de militantes que esperaban con expectativa. La noche era fría, pero los fueguitos estaban encendidos: la calle, como en tantas otras oportunidades, fue el lugar que eligieron para festejar. Entre bombos y canciones abajo, subieron al techo del Distrito Siete Monteverde, Salinas y Tepp para celebrar lo que ya era un hecho: el bloque se había conformado.
“Lo más radical de nuestra propuesta son las cosas hechas”
Juan Monteverde fue el primero en tomar el micrófono: “Los días que llegábamos cansados de militar, que nos desalojaban, que nos perseguían, soñábamos un futuro mejor… Hoy, esos sueños individuales se sueñan todos juntos y son más de 100000 rosarinos que los apoyaron. Nuestra razón de ser fue siempre luchar contra los imposibles, y así no paramos de multiplicarnos”, expresó. Después de las palabras de Salinas y Tepp, la música y los abrazos siguieron hasta la madrugada.
Sin embargo, hubo un momento para esbozar ciertos análisis. Siguiendo con la línea de siempre ir por más, Caren explicó a Marcha: “En un primer momento fue pasar de todos estos diez años de organización, de autonomía territorial y de construcción legítima en los territorios a una opción política electoral. Ahora que somos una alternativa política, que somos la tercera fuerza en la ciudad de Rosario, el desafío es convertir esa gran cantidad de voluntades en organización, en movilización, para que podamos estar dentro de cuatro años disputando el gobierno de la Ciudad”.
Y a esa proyección se sumó también Pitu Salinas: “Nuestro objetivo no era meter concejales para que hicieran una experiencia simpática durante cuatro años, que denunciaran absolutamente todo sin proponer nada, sino que entendíamos que hacía falta una alternativa política genuina en la ciudad de Rosario. No llegamos al Concejo para dar un debate ideológico, sino que vamos a proponer que se masifiquen y se transformen en políticas públicas las construcciones de bases que hoy ya están funcionando en los territorios”.
Salinas se refiere a la prefiguración, a lo que cada organización que compone Ciudad Futura fue desarrollando en sus años previos para llegar a este momento construyendo en cada paso lo que proyectan para transformar. Así, detalló: “En nuestra campaña fuimos el único espacio político que pudimos mostrar que teníamos algo, cuestiones concretas: gestionamos la educación mejor que el socialismo y tenemos dos escuelas de gestión social funcionando; gestionamos mejor la cultura y tenemos el Distrito Siete funcionando; hablamos de la producción y tenemos el Tambo y la cooperativa “Tierra Nuestra” funcionando; se trata el tema de la seguridad y este espacio fue el que consiguió las primeras y contundentes condenas contra el narcotráfico en la Ciudad de Rosario (en referencia al juicio de diciembre pasado donde fueron condenados cinco imputados con penas promedio de 30 años por el asesinato de los militantes del M26-FPDS Jeremías Trasante, Claudio Suárez y Adrián Rodríguez, conocidos como Jere, Mono y Patóm). Lo más radical de nuestra propuesta son las cosas hechas”.
Caren mencionó ante el micrófono: “Frente Ciudad Futura es lo que vemos cada día; esto somos”. Cuando fuimos testigos de aquellas primeras PASO, hace apenas algo más de dos años y hace tanto ya, mencionábamos que había que seguir esa huella de barro y ver qué pasaba. Hoy el barro está llegando a las puertas de las instituciones, con la idea de construir, desde abajo y a la izquierda, otro socialismo, el del siglo XXI.