Por Federico Orchani
A pocos días del cierre para presentar alianzas, el kirchnerismo postula a sus principales candidatos, Macri mantiene su intransigencia frente a un massismo que bordea la desesperación. Por su parte, los sectores populares confluyen en una alternativa de izquierda.
Se viven horas decisivas para la política argentina. Para ser más exactos, para la política electoral. Es que en octubre son las elecciones presidenciales y la lista de postulantes al sillón de Rivadavia se reduce cada día.
Desde el llamado a darse un “baño de humildad” que lanzara la presidenta Cristina Fernández en cadena nacional, sólo quedan Scioli y Randazzo para competir en una eventual interna presidencial del FPV. Quien se lleva todas las miradas, por estos días, es el ex jefe de gabinete del gobierno K, Sergio Massa, que atraviesa horas difíciles junto a su fuerza política, el Frente Renovador, producto de una incesante sangría de intendentes que abandonan sus filas y buscan cobijo tanto en la oficina del flamante secretario presidencial Wado De Pedro como en el PRO, buscando retener el tan ansiado “poder distrital”.
Además, Massa debe responder a la fuerte presión de los medios de comunicación y sectores del empresariado por realizar un acuerdo con Mauricio Macri, el otro hombre importante en este asunto. Si Massa “baja” a la provincia de Buenos Aires para, de esa forma, fortalecer las chances presidenciales de Macri, la estrategia del oficialismo podría modificarse. Recordemos que aún se mantiene el misterio de si Cristina Kirchner será candidata.
Del lado del FPV, quienes podrían competir frente al ex intendente de Tigre en la provincia de Buenos Aires son el jefe de los diputados y amigo del papa Francisco, Julián Domínguez, el cuestionado Secretario de Seguridad Sergio Berni y el igual de polémico Aníbal Fernández, miembro del gabinete de Eduardo Duhalde durante el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán en 2002, aunque la lista podría estar incompleta.
El llamado “círculo rojo”
El periodista Alejandro Bercovich en su artículo “La plutocracia en acción: los meandros corporativos del diálogo Massa-Macri” describe con precisión los fuertes vínculos entre las decisiones que van tomando los partidos políticos tradicionales producto de las presiones del empresariado: “La cuenta regresiva corre implacable hacia el vencimiento del plazo para presentar alianzas (10 de junio) y candidaturas (20 de junio) y el mercado sigue atento el desenlace de las tratativas. El subidón del martes del Merval (6,7%), alimentado por fondos extranjeros que corrieron a comprar bonos y acciones argentinos con el rumor del pacto opositor, puede ser solo un ensayo de lo que podría darse cuando se anuncie un eventual entendimiento. Un grupo de mecenas de Massa, como Brito, saca esa misma cuenta: la valorización de activos locales que sobrevendría a la conformación de una alianza opositora con chances de desbancar al Frente para la Victoria compensaría con creces la inversión que hicieron en los últimos dos años para sostener al exjefe de Gabinete cristinista. Con un Scioli triunfante, y especialmente si mantiene en su elenco a figuras como Axel Kicillof, ese “efecto riqueza” amenaza con demorar bastante más.”
Nos permitimos esta larga cita para reforzar el planteo que desde fuerzas políticas de izquierda y demás organizaciones populares se ha levantado acerca de las escasas diferencias que separan a Macri, Massa y Scioli, al menos para los planes del capital concentrado que no duda acerca su estrategia de maximizar ganancias.
La agenda de los sectores populares
La enorme movilización popular del pasado 3 de Junio bajo la consigna #NiUnaMenos permitió colocar en la agenda nacional el debate urgente sobre la violencia de género que afecta a millones de mujeres llegando a veces a la más trágica consecuencia, el femicidio. El documento leído en el acto prueba la independencia política del reclamo y llama la atención fundamentalmente acerca de la falta de políticas públicas implementadas por el estado en materia de género. Si bien el documento no hace mención, una de las banderas en la Plaza del Congreso fue la denuncia a la gran cantidad de mujeres que mueren por abortos clandestinos, retomando la necesidad de garantizar el aborto legal, seguro y gratuito para cualquier mujer. Pero además la masiva movilización popular dejó en evidencia a funcionarios de distinto signo político que corrieron a sacarse la foto con el cartelito, pero que no aparecieron en la movilización por el grado de responsabilidad de los funcionarios de los diferentes estados nacionales, provinciales y locales en garantizar los derechos de las mujeres.
El otro dato a destacar de la agenda popular es la conflictividad sindical y la lucha por paritarias sin techo. El paro y las protestas de los trabajadores aceiteros lograron romper el techo de 27 por ciento fijado por el gobierno y acordado con gremios oficialistas. El mismo logro tuvieron los trabajadores bancarios hace pocos días. El paro nacional convocado para mañana tiene como objetivo fortalecer esta lucha, junto a reclamos masivos como el pase a planta o salarios igual a la canasta básica. Algunas expresiones del sindicalismo combativo ya anunciaron movilizaciones desafiando la metodología fijada por las conducciones burocráticas de las principales centrales sindicales.
La Izquierda en Ferro
El pasado viernes en un multitudinario acto realizado en el microestadio de Ferro se lanzó la fórmula presidencial Jorge Altamira y Juan Carlos Giordano, igual que Néstor Pitrola y Rubén “Pollo” Sobrero para disputar la gobernación en la provincia Buenos Aires. Así, la fórmula que integra el Partido Obrero más Izquierda Socialista competiría en las PASO del Frente de Izquierda con la lista impulsada por el PTS que postula a Nicolás del Caño para la presidencia y Cristian Castillo en provincia de Buenos Aires. En el acto también intervino Carina López Monja, de Pueblo en Marcha, candidata a legisladora por el FIT en la Ciudad de Buenos Aires, y se leyó un saludo de Carlos “Perro” Santillán, secretario general del SEOM de Jujuy y referente de la confluencia Dignidad-Katari.
Durante el acto se instó a dirigir los esfuerzos durante la campaña a “impulsar la movilización popular” frente a los “candidatos del ajuste” representados por Macri, Massa y Scioli. Se escucharon planteos a favor de construir una alternativa anticapitalista en todo el país como lo que expresa el FIT y que no se tiene que quedar en lo electoral, sino que se plasme en las luchas. Los oradores hicieron hincapié en el llamado activo al paro de mañana con cortes y movilizaciones que tomen el reclamo de paritarias libres, pero sumen los reclamos de todos los trabajadores y trabajadoras.
El por venir
Atravesada por la coyuntura electoral, la situación económica parece congelada en un escenario donde a cuenta gotas sigue subiendo la inflación y el costo de vida para los sectores populares (junto al intento de ponerle techo a las paritarias e ir generando leves incrementos en los precios). Con la emisión de deuda, el gobierno nacional ha demostrado, una vez más, que puede sostener equilibradamente el escenario político y económico, reiterando las alabanzas y los beneficios del modelo de crecimiento e inclusión social frente al “neoliberalismo” salvaje que propondrían sus adversarios.
A pesar de eso, el escenario y la agenda post elecciones comienza a marcar un debate sobre la necesidad de un ajuste gradual: quitar los subsidios a los servicios básicos, al transporte, endeudarse parecen ser algunas de las propuestas que discuten hoy los economistas de centro a derecha.
La respuesta en las calles, protagonizada por el pueblo argentino en más de una oportunidad, es lo que más preocupa a los sectores económicos dominantes. Habrá que ver hasta dónde se animan a tensar la cuerda.