Por Leandro Lutzky
Tras un Boca-River histórico por sus irregularidades, los de Avellaneda tienen la chance de hacerle creer al hincha que no todo está perdido en el segundo clásico más convocante del país. ¿Qué se juegan la Academia y el Rojo este domingo desde las 15 en el Cilindro?
Sobran condimentos en la previa para analizar el choque entre dos de los clubes más populares de la Argentina. El plato principal se servirá un poco después del mediodía: los racinguistas picarán algo en las inmediaciones del estadio mientras que los diablos lo verán en sus casas con el estómago satisfecho, pero con sed de triunfo. Por supuesto, no hay consuelo para los hinchas que quieren ir a ver a su equipo de visitante, y vaya que el Superclásico demostró que la prohibición de esta parcialidad es completamente injustificada.
El cielo y el infierno
Los picantes se suman al por mayor en un menú plagado de particularidades, en ambos lados. Racing, el local, viene con la frente en alto a pesar de haber perdido 1 – 0 este jueves frente a Guaraní, en Paraguay. Llega cansado y algo golpeado, por eso su entrenador aún no confirmó a los once titulares. El conjunto conducido por Diego Cocca está disputando la Copa Libertadores (invirtiendo roles con su clásico rival), sin mencionar que es el actual campeón del fútbol argentino. Podría decirse que si se lo compara con Independiente, su presente es próspero: tiene grandes chances de avanzar en la contienda internacional y dar pelea localmente.
Enfrente, o mejor dicho, a menos de trescientos metros, el Diablo recién ascendido llega con la capa caída. Pese a que en los últimos partidos mejoró considerablemente su juego, hace seis fechas que el equipo de Jorge Almirón no gana. Son muchas las voces que piden la cabeza del entrenador, quien recibe todas las críticas. Aunque la comisión directiva le mostró su apoyo en reiteradas ocasiones, nadie asegura su continuidad en caso de perder este domingo. Si pasa lo contrario, el triunfo le otorgaría un envión anímico importante al plantel.
Los presentes son bien diferentes, aunque si algo tiene de mágico el fútbol, es que la lógica queda a un lado cuando la pelota comienza a rodar. La historia pesa, y mucho, eso cualquier académico lo sabe. En caso de que ocurriera, no sería la primera vez que el Rojo se encuentre triunfante pese a tener un contexto adverso en la previa. Sin ir más lejos, cuando descendió a la “B”, en la peor campaña de todos los tiempos, Independiente ganó con un ajustado 1-0.
Además, el pasado torneo que consiguió Racing en su mejor desempeño de los últimos años, también encontró triunfante a su padre histórico por dos a uno. A pesar de las tristes campañas, el Rey de Copas cumple los deberes si de clásicos se trata. Sin embargo, en esta oportunidad sus hinchas no llegan tan confiados al match como en años anteriores. En definitiva, las palabras y augurios pasarán al olvido cuando Racing e Independiente se vean las caras.
Un clásico especial
A diferencia de encuentros pasados, este se presentará con atenuantes muy distintos. ¿Alguno puede perder la categoría? Lejos de eso, hace bastante que en la previa no se veía a las dos instituciones tranquilas con el promedio y el temido “fantasma del descenso”. En ese aspecto, sobre todo por ser un torneo de 30 equipos, todos los denominados “grandes” están muy serenos. ¿Se define el campeonato? No, en lo absoluto. Aún queda un largo camino por recorrer: recién se jugará la fecha 13 y ni siquiera se disputó la mitad de los partidos. El Rojo quedó lejos de la punta en un decepcionante puesto 14, con 16 escasos puntos. La Academia no tanto, pero mira los primeros puestos de reojo: está 7° y tiene 21 unidades, a siete del líder, Boca. ¿Puede modificarse la paternidad? De ninguna manera, las 23 victorias de diferencia parecen inalcanzables, al menos por varios años.
El fútbol argentino será testigo de un nuevo clásico tras el papelón mundial del Boca-River. Los equipos tienen la chance y enorme responsabilidad de dar un ejemplo de cordura para volver a enamorar a un público desencantado tras los incidentes de la Libertadores, que son de público conocimiento. Por su parte, los anfitriones tienen la cabeza puesta en la copa, aunque no quieren descuidar la liga local. Después de todo, son los campeones. En casa quieren vengarse de los dichos de Moyano durante el último torneo, post victoria roja: “No sé si se están quejando por el arbitraje o si reclaman la asignación universal por hijo”, lanzó el sindicalista.
Entonces, si no se disputa el campeonato, el descenso o el historial, ¿por qué este Racing-Independiente es tan atractivo? El domingo se juegan el honor, ni más ni menos.