Por Mario Hernández
En nuestro panorama sindical de cada semana, una mirada por los conflictos que siguen en pie, los acuerdos de los burócratas sindicales y las medidas de fuerza que se proyectan.
Daniel Yofra, secretario general de los aceiteros, es el autor de esta frase satírica que hemos elegido para encabezar un nuevo artículo sobre la discusión salarial en la Argentina.
Sostiene el dirigente de los aceiteros: “No hay razones para aceptar un techo. El supuesto argumento es que la inflación no va a superar el 24 o el 30 %. Pero eso es en la medida en que vos tengas un sueldo digno. Si tenés un sueldo miserable, le aplicás la inflación y seguís teniendo un sueldo miserable.”
¿Por qué una empresa que en 2014 facturó 26 mil millones de pesos como Cargill, o 20 mil millones como Dreyfus no quiere dar un aumento, procurando a sus trabajadores un salario justo?
Es evidente que el conflicto está vinculado con la distribución del ingreso y de la riqueza, especialmente con la lógica argumental de Daniel Yofra, cuando dice que “acá siempre se habla de cuánto quiere ganar un trabajador y nunca se habla de cuánto gana una empresa. Nosotros proponemos que pongamos todos los números sobre la mesa a ver si la empresa puede pagar el sueldo que reclamamos. Seguramente va a significar que los empresarios ganen menos; bueno, esa es la historia”.
Al cumplirse nueve días de la medida de fuerza, se realizó una audiencia en la sede del Ministerio de Trabajo. En la misma, los representantes patronales hicieron una oferta por una suma transitoria por dos meses de $2.500, lo que representa un 23,8% para la menor categoría y un 18,3% para la máxima, lo cual fue rechazado. La cartera laboral fijó nueva audiencia para el próximo lunes 18.
Nuevamente el centro de las discusiones se pone en los porcentajes de aumentos salariales exigidos, evadiendo el debate sobre las tasas de ganancia de las empresas y sobre las necesidades de los trabajadores. Con sólo el 0,5% de lo que facturaron las empresas aceiteras en 2014 se puede pagar el aumento de todo el año a los 20.000 trabajadores aceiteros del país.
La rentabilidad por tonelada de soja procesada, que en 2006 era de u$s 4,2 –en ese entonces equivalente a $ 13– es hoy de u$s 35,8 o $ 318; es decir, se ha multiplicado por 25. Cualquier aumento salarial puede y debe ser absorbido por ese margen, sin necesidad de ser trasladado a los precios.
No existen razones económicas para negar el aumento salarial exigido. Las patronales están enfrentándolos ideológicamente, para doblegar la lucha y así disciplinar a los trabajadores, la actitud patronal es una clara provocación, apostando al fracaso de la medida de fuerza.
Los tres piquetes organizados por la Federación Aceitera Nacional, en los principales accesos en las terminales portuarias, tienen paralizada la exportación aceitera de la totalidad del país.
Si los trabajadores de la Federación Aceitera triunfan, se quiebra el techo salarial que pretende imponer el gobierno nacional. A partir del viernes 22 la CGT San Lorenzo (Santa Fe) anunció que va al paro por tiempo indeterminado. Los piquetes se encuentran en el acceso a La Rivera, en la ruta 10 del acceso norte de San Lorenzo, y en la intersección de la AO12 y la ruta 11 en el acceso sur.
La CGT oficial acordó con el Gobierno una suba del 27%
Lo confirmó Antonio Caló, luego del encuentro que mantuvieron los ministros Axel Kicillof (Economía) y Carlos Tomada (Trabajo) con los titulares de gremios afines. El metalúrgico precisó que “acordó” con el Gobierno esa cifra como “monto de referencia” para las discusiones. Y añadió que a partir de allí, “cada gremio discute como puede en sus paritarias”.
El anuncio de Caló se conoció minutos después de que su sindicato, los metalúrgicos de la UOM, ratificara el paro de 36 horas. No hubo acuerdo con las patronales y hay cuarto intermedio hasta el lunes que viene. Sigue en pie la medida de fuerza, que se realizaría el jueves y viernes de esta semana.
El martes fue el turno de los bancarios, que cumplieron un paro de 24 horas con importante acatamiento en reclamo de una suba de 33%.
También los gremios del transporte refrendaron la huelga anunciada para la primera semana de junio. Omar Maturano, de La Fraternidad (conductores de trenes), aseguró que las centrales obreras Azopardo y Azul y Blanca, que conducen Luis Barrionuevo y Hugo Moyano, respectivamente, “dijeron que iban a acompañar” la medida.
Pablo Micheli, Secretario General de la CTA, adelantó que “haremos un paro de 36 horas con movilización si el gobierno no convoca a la apertura del Consejo del Salario”, y dijo que espera que se sumen al reclamo Antonio Caló y Hugo Yasky.
Micheli dejó en claro que la única forma de no realizar el paro es que el gobierno convoque a los empresarios y sindicatos “para rever el Salario Mínimo, Vital y Móvil, paritarias libres y fin del Impuesto a las Ganancias”, entre otros temas.
Acuerdo en Comercio
El presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Carlos de la Vega, adelantó que habían llegado a un acuerdo verbal con el sindicato para implementar un incremento salarial del 27 % en dos tramos, más dos sumas fijas de 1.524 pesos. Luego se supo que el acuerdo no llegaba a cerrarse, por diferencias entre las partes.
Uno de los puntos de fricción es el mes de pago de la segunda suma fija de $ 1.524, ya que el sindicato reclamó que fuera en setiembre y los empresarios en diciembre. El Ministerio de Trabajo convocó a las partes para la semana próxima, para intentar destrabar la paritaria. No obstante, el sindicato liderado por Armando Cavalieri suspendió la movilización prevista para este jueves en apoyo del reclamo salarial.
“Golpear juntos, marchar separados”
El miércoles de la semana pasada se concretó la Asamblea Extraordinaria convocada por el Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma (SOEAIL-CTA).
Al término del acto asambleario, el secretario General, Rafael Vargas, precisó: “Llevamos un mandato de asamblea de pedir como recomposición salarial la suma de $15.000 para la primera categoría como básico”.
El SITRAIC, nuevo sindicato opositor a la UOCRA, se movilizó a la Cámara Argentina de la Construcción. Su secretario general, Víctor Grosi, manifestó que “la movilización es un mandato de la última asamblea general del gremio en reclamo de una recomposición salarial y la mejora de las condiciones de trabajo de los trabajadores de la construcción. Hace 40 años que la UOCRA no genera una acción de lucha. Venimos porque ahí se esconden los que financian la violencia en las obras, las patotas, la patria contratista, que apoya a Macri, Scioli y Massa, y que es responsable de la masacre laboral y del desastre que vivimos todos los días los trabajadores de la construcción”, denunció Grosi.
También la izquierda y el sindicalismo combativo vienen exigiendo que la medida de fuerza del 31 de marzo se continúe con un paro activo nacional de 36 horas. Esa exigencia es acompañada por el apoyo a todos los procesos de lucha, como la pelea de los docentes bonaerenses contra la falta de cobro de sus salarios, a los obreros de Worldcolor que luchan para evitar que 280 familias queden en la calle y el miércoles cortaron Callao y Corrientes o contra la tercerización y los despidos en LAN.
El lunes, luego de más de once horas de corte en la autopista Richieri, los trabajadores tercerizados de la empresa MSA de Ezeiza y Aeroparque, con el acompañamiento del cuerpo de delegados de efectivos de LAN y la comisión interna de los trabajadores tercerizados de Falcon, además de la agrupación El Despegue, lograron arrancar un acta donde el Ministerio de Trabajo se comprometió a citar a LAN para controlar que el traspaso del personal se haga respetando los derechos adquiridos por los trabajadores.