Por Fernando Gómez, desde Río de Janeiro. El debate, la movilización, las asambleas, la solidaridad, las denuncias, las propuestas y un constante intercambio de actividades culturales fueron algunas de las iniciativas que se sucedieron durante los 7 días que duró la “Cumbre de los Pueblos por justicia social y ambiental” en Río de Janeiro.
De las síntesis de distintas plenarias y asambleas de debate, representantes de movimientos y organizaciones sociales, feministas, afro-descendientes, juveniles, campesinas, pueblos originarios, generaron un documento final que fue presentado en la conferencia de cierre de la cumbre. El mismo contaba con 3 grandes ejes: la critica a las falsas soluciones, las alternativas de los pueblos y las campañas que se llevarán a cabo mediante acciones concretas. Con sus críticas a la “economía verde” y sus “propuestas de acciones para un real cambio de este sistema injusto”, este documento ha sido elaborado en las distintas asambleas que marcaron el punto final de la Cumbre de los Pueblos.
A pocas horas de reunirse con el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, los coordinadores de la cumbre relataron el descontento que generó el encuentro. En dicho intercambio transmitieron al Secretario General las criticas a las falsas soluciones que establece la “economía verde”, se denunciaron todos los derechos vulnerados que traen aparejados este modelo económico y la crisis institucional de las Naciones Unidas, en la que las organizaciones sociales no tienen espacio para plantear propuestas y alternativas hacia un mejoramiento de las condiciones socio-ambientales a nivel mundial.
Fátima Mello, coordinadora de la cumbre de la sociedad civil, relató que “ante estos pedidos, Ban Ki-Moon respondió de manera general y poco contundente, e informó que el documento final redactado desde la Cumbre Oficial es considerado “un primer paso”, aunque no han llegado a grandes acuerdos en favor de una economía sustentable”. En ese marco consideró “indignante” la respuesta surgida por el organismo internacional, debido a que “pasaron 20 años y las soluciones no llegarán mientras no cambiemos el sistema económico que aunque lo vistan de verde sigue siendo desigual, ya que vulnera los derechos humanos más elementales”.
Uno de los referentes de los movimientos sociales que se hicieron presente en la asamblea de cierre declaró que los países del norte “que engendraron las crisis, están más preocupados por resolver los problemas del sistema financiero y no los derechos que están siendo vulnerados”.
Las propuestas de los Pueblos
Para los sectores populares de todo el mundo, uno de los puntos menos desarrollados al momento de planificar estrategias políticas en común, es el de las alternativas concretas al sistema capitalista. Según cada una de las expresiones teóricas, el arribo a un cambio de paradigma llegará por diferentes caminos a recorrer. Del documento final se puede observar una síntesis de las diversas posturas que hacen vida en un evento político tan amplio como fue la “Cumbre de los Pueblos”.
Alguno de los puntos importantes que marcaron los movimientos sociales para empezar a pensar otras maneras de producción y consumo, fue el de economía solidaria, agroecología, economía feminista (que reconoce el trabajo de las mujeres), cambiar la matriz energética (sobre todo las megahidroeléctricas y la energía nuclear), defender la soberanía en todas sus formas y matices. Según Manuela Cobacango, presidenta encargada de la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (FENOCIN) de Ecuador “lo que venimos a plantear son prácticas que diariamente y desde hace años venimos desarrollando, para nosotras es indispensable profundizar y socializar estos saberes”.
Al comenzar la cumbre, se destacó la importancia de generar una agenda en común que permita organizar las acciones a realizar de cara a los próximos años. Las campañas aprobadas en asamblea dependerán mucho de la convergencia de cada organización en dichas articulaciones, sus modos de lucha, las alianzas territoriales entre los distintos sectores sociales, la adhesión de la sociedad civil en general.
Finalmente se aclaró que el documento representa una tentativa de lectura de lo que está sucediendo en el mundo pero “hay que profundizar más para poder analizar y cambiar la crisis estructural que está sufriendo la sociedad global”.
Sin lugar para el silencio
En cuanto a la situación política del Paraguay, donde acaba de consumarse un golpe de Estado contra el proceso popular representado gubernamentalmente por Fernando Lugo, un integrante de la Vía Campesina de ese país contó que se están realizando todas las acciones posibles para “repudiar la destitución del presidente, preparada por la derecha de ese país, y apoyar la lucha del pueblo paraguayo que se encuentra movilizado en las calles de toda la nación”. También destacaba que “este proceso desestabilizatorio no es un hecho aislado, sino que forma parte de la estrategia imperialista en América Latina como fue el intento de golpe en Venezuela, las maniobras de desestabilización de los procesos ecuatoriano y boliviano y el reciente golpe de Estado en Honduras”.