El congreso paraguayo aprobó ayer el inicio de un juicio político para destituir en tiempo record al presidente Fernando Lugo. El proceso que se le abre al jefe del Estado es, supuestamente, por su responsabilidad en el desalojo de campesinos la semana pasada donde murieron 17 personas.
Una oposición conservadora y oportunista
Con 76 votos a favor, uno en contra y tres ausencias, la iniciativa del opositor Partido Colorado para llevar a juicio político al mandatario fue aprobada por la cámara baja del congreso de Paraguay. Luego el proyecto de juicio político paso a la Cámara de Senadores dónde también fue aprobado con celeridad dada la abrumadora mayoría de Liberales (ex aliados del gobierno) y Colorados. Esta Cámara será la responsable, en la práctica, de llevar adelante el juicio contra el mandatario quién deberá comparecer ante la misma durante la tarde de hoy.
El senador Carlos Filizzola, uno de los cuatro que defendieron al presidente durante la sesión, dijo que “se trata de una confabulación política violando todas los presupuestos legales normativos de una decisión tan trascendente”. Y añadió que esto “crispará la situación en el país porque la población no aceptará la sentencia contra Lugo”, la cual estimó ya está hecha y calificó de circo la actuación de los legisladores.
Un gobierno que se desgaja
Pocas horas antes de la votación Blas Llano, presidente del Partido Liberal, la organización más importante de la coalición gobernante, había anunciado que ya no podía acompañar al gobierno “luego de los hechos de Curuguaty” (ver “17 muertos tras la represión a una ocupación de tierras”). Como consecuencia de este viraje político, presentaron sus renuncias los ministros de Agricultura y Ganadería, Justicia y Trabajo, Educación e Industria y Comercio, pertenecientes a esa organización que se deslinda así de la actividad gubernamental. El titular renunciante de Justicia y Trabajo, Humberto Blasco, dijo no encontrarse de acuerdo con el juicio político al mandatario, pero que debía someterse a la decisión de su partido.
Según el periodista paraguayo Jorge González “lo que definió esta decisión [del Partido Liberal de alejarse del gobierno] fue, en realidad, el inexplicable nombramiento del colorado Rubén Candia Amarilla al frente del Ministerio del Interior por parte de Lugo, luego de la masacre de policías y campesinos”. Además aclara, aunque sostiene que no son estos los argumentos de los liberales, que “Candia Amarilla fue fiscal general del Estado desde2005 a2011 y durante su gestión encabezó miles de operativos de represión contra los sectores sociales y como saldo podemos mencionar a 21 muertos, 496 imputados y 1622 detenidos en diferentes operativos con trasfondo de conflicto de tierras”.
Un presidente que no renuncia
“Este presidente anuncia que no va a presentar renuncia al cargo” afirmó Fernando Lugo luego de conocer la decisión de la Cámara de Diputados. El mandatario paraguayo afirmó que se mantendrá al frente del país para “evitar que una vez más que en la historia de la República un hecho político robe el privilegio y soberanía a la suprema decisión del pueblo” expresada con su voto.
También afirmó que recibe “un ataque inmisericorde de sectores opuestos siempre al cambio” y aseguró se pretende interrumpir un proceso histórico a sólo nueve meses de las próximas elecciones generales.
El jefe de Estado desmintió que existan causas jurídicas o políticas que le obliguen a renunciar y agregó: “Amo profundamente al pueblo paraguayo, vine de él, continuaré trabajando por la causa de sus grandes aspiraciones”.
Un pueblo inquieto
En la localidad de Curuguaty, escenario del reciente desalojo en el cual fallecieron seis policías y 11 campesinos, se reportó durante este jueves la concentración de centenares de trabajadores rurales que ocuparon una zona cercana a la ciudad. Los campesinos demandaban la libertad de sus compañeros presos por los hechos del pasado viernes, la entrega de tierras y la ayuda económica a los familiares de los fallecidos.
Por otra parte en Asunción, capital del país, manifestantes que están en contra de la medida adoptada por los parlamentarios se concentraron en la Plaza de la Democracia situada frente al Congreso Nacional. “Fuera los congresistas”, “Abajo el golpe parlamentario”, “No queremos una dictadura parlamentaria”, son las principales consignas que esgrimieron los partidarios de Lugo.
Un continente expectante
Luego de una reunión de urgencia, convocada en Río de Janeiro por el secretario general Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), el venezolano Alí Rodríguez, los mandatarios del bloque regional acordaron enviar una misión inmediatamente. Cancilleres de diversos países de Unasur partieron ayer mismo hacia Paraguay, para analizar la situación que vive ese país.
Por su parte, el presidente de Bolivia Evo Morales declaró que “ha iniciado el golpe de Estado contra Lugo, por el poderoso gremio político ganadero, la Asociación Rural del Paraguay (ARP), y sus congresistas del Partido Colorado”. “Este golpe de Estado que se gesta en el Paraguay contra un presidente democráticamente elegido y apoyado por la mayoría del pueblo; es un atentado contra la conciencia de los pueblos y contra los gobiernos que hoy impulsan profundas transformaciones en sus países de manera pacífica”, sostuvo Morales. Rafael Correa de Ecuador también hizo declaraciones y sostuvo que desde su país harán todo lo posible “para que no se rompa la estabilidad democrática en Paraguay”, y precisó que “hay cosas que pueden ser legales pero no legítimas”.