Por Nicolás Fagetti, desde Córdoba. El viernes pasado cerró la primera semana del histórico juicio a las fumigaciones que impulsan las madres del Barrio Ituzaingó Anexo. Ese día también comenzó el Encuentro Nacional de Pueblos Fumigados.
Marcha estuvo en Córdoba entrevistando a los querellantes en el juicio por contaminación y cubriendo el Encuentro Nacional de Pueblos Fumigados, que se realizó el viernes 15 y sábado 16 de junio.
El doctor Darío Ávila, uno de los abogados querellantes de la causa, considera que el balance de la primera semana de juicio “es muy positivo”. “Venimos con el firme interés de demostrar ante el tribunal la estrecha vinculación que existe entre la utilización masiva de estos productos agrotóxicos y la aparición de enfermedades graves, como cáncer y leucemia”, afirma. Sostiene que la causa es muy sólida y sus elementos “contundentes”. Las muestras tomadas en los campos cercanos al barrio, que acreditan la utilización de glifosato y endosulfán; la identificación del propietario de la empresa aeroaplicadora; los datos arrojados por un relevamiento planimétrico, que confirman una distancia de fumigación de 418 metros(violando la ley fitosanitaria provincial); la inexistencia de receta fitosanitaria y la ausencia de autorización del vuelo; todos estos elementos, junto a otros, conforman el cuadro probatorio del hecho delictivo que se denuncia: fumigación ilegal, sistemática e impune, sobre los vecinos y vecinas de Barrio Ituzaingó Anexo.
El doctor Medardo Ávila Vázquez, otro de los querellantes de la causa, nos dice que es “increíble que tengamos este proceso en marcha, con un tribunal escuchando el relato de los vecinos, los informes de los científicos, tanto de salud como de ciencias agronómicas, sobre cómo funciona este sistema de agricultura tóxica”. “Es un sistema que inicialmente se basa exclusivamente en aplicar veneno, sembrar, después seguir aplicando veneno, y después cosechar, o sea, que ya no se hace nada de lo que se hacía hace 20 años y dependés totalmente de las grandes empresas de insumos químicos”, afirma. Según sostiene, los testimonios de los vecinos en el juicio son muy contundentes: está claro que fumigaban y que lo hicieron durante 10 años. “Las violaciones a los derechos de la población y de las normas administrativas está totalmente acreditada”.
Frente a esto, la defensa de los acusados busca desviar la atención argumentando que la contaminación no se debe sólo a los agroquímicos, sino que la población de Ituzaingó Anexo estaría expuesta a un cóctel contaminante de PCB, arsénico y plomo. Sin embargo, de acuerdo al mapa epidemiológico elaborado por las madres de Ituzaingó, los casos de cáncer y malformaciones se acentúan en las cercanías de los campos fumigados, reforzando la certeza de que la principal fuente de contaminación en el barrio son los agrotóxicos.
La reacción política de las cámaras empresarias no se ha hecho esperar. El abogado Darío Ávila destaca “el funcionamiento corporativo que exhiben los productores, conjuntamente con la Federación Agraria. Dos días antes del comienzo del juicio, la Federación Agraria filial Córdoba organizó un tractorazo, en el parque Sarmiento, de acá de la capital, en apoyo a los productores imputados en esta causa”. Un hecho significativo, que da cuenta de los poderosos intereses que están en juego en este juicio. En este sentido, Ávila Vázquez apunta a “la complicidad de un sector de los agrónomos que se beneficia con este sistema”. “Algunos docentes dela Facultad de Agronomía dela UNC, muy cooptados por los grandes laboratorios, y que son defensores del sistema de la agricultura tóxica, salieron a decir que los insumos que ellos usan no producen enfermedades, lo cual muestra que sólo leen los prospectos de los productos firmados por la empresas Monsanto y Bayer; son incapaces de leer la literatura científica y médica, que dice totalmente lo contrario”. Por otro lado, también sostiene que “tratan de generar mensajes contradictorios” y buscan cooptar voluntades, incluso a través de la compra de testigos. “Sabemos que hay dos o tres vecinos que han recibido visitas de estos personajes, que tienen una billetera interminable”.
La importancia del juicio también se vislumbra en los precedentes jurídicos que se pueden llegar a sentar con este proceso. Darío Ávila asegura que “más allá del resultado que se pueda obtener de este juicio, destaco como elemento muy significativo simplemente el hecho de que estemos hoy en esta instancia judicial, discutiendo lo que en esencia constituye la base del actual modelo de producción”. “Un caso paradigmático”, sostiene, que “va a servir para cualquier ciudadano que padece esta problemática. Lo que se ve en Ituzaingó se replica en todo el interior del país, todos lo pueblos del interior conviven con campos de soja pegados a sus casas. Las consecuencias del modelo se visibilizan a nivel país”.
Un encuentro para fortalecer la lucha
En este marco, el viernes y sábado se reunieron los delegados y delegadas de los distintos colectivos de lucha contra las fumigaciones de todo el país en el “Encuentro Nacional de Pueblos Fumigados”. Organizaciones y asambleas de vecinos de buena parte del país se reunieron con el fin de intercambiar sus experiencias y opiniones respecto de la problemática, así como para coordinar acciones a nivel nacional que permitan fortalecer las luchas en los diferentes puntos del país. Si bien ya existen experiencias y diversos niveles de trabajo conjunto, el doctor Medardo Ávila Vázquez sostiene que “tenemos que pasar a otra etapa”. Entre las conclusiones del Encuentro, se definió impulsar una campaña única en todo el país, así como una mesa coordinadora nacional, con delegados y delegadas de los diferentes colectivos de lucha contra la fumigación, entre los que se destacan el Paren de Fumigar de Córdoba, el Paren de Fumigarnos de Santa Fe y el Movimiento Nacional Campesino Indígena.
A manera de cierre, se realizó por la noche del sábado un festival en solidaridad con la lucha de las madres de Barrio Ituzaingó, en el que fue leída la declaración del Encuentro, en la que se exige “justicia para Barrio Ituzaingó Anexo y para todos los pueblos fumigados”, se repudia “el anuncio de Monsanto de radicar su producción de semilla transgénica más grande del mundo precisamente en Córdoba” y se denuncia “la incapacidad del Estado y sus distintos poderes para reconocer los agrotóxicos como problema ambiental y de salud pública”, reclamando “leyes apropiadas y efectividad de las mismas”, así como “tratamiento a los afectados, resarcimiento para los afectados y reparación de los daños ambientales”. Los nombres de Nicolás Arévalo y Néstor Vargas, dos de las víctimas del modelo de monocultivo tóxico, son algunos de los retomados en memoria de todas ellas, y no faltó lugar para expresar la solidaridad del Encuentro con los pueblos cordilleranos que resisten y enfrentan el avance de la minería transnacional.