Por Berenice Anaya. En el día de ayer se realizó en Distrito Federal el debate de candidatos a la presidencia, convocado por el movimiento #YoSoy132.
El del martes 19 de junio es el tercer debate que se realiza con motivo del proceso electoral que está viviendo México y que culminará el 1º de julio con la elección del nuevo presidente, 128 senadores y 500 diputados.
De los dos debates anteriores, garantizados y organizados según lo establece la legislación electoral por el Instituto Federal Electoral (IFE), participaron los cuatro candidatos a la presidencia: Enrique Peña Nieto, de Compromiso por México, alianza que lidera el Partido Revolucionario Institucional (PRI); Manuel López Obrador, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que impulsa la Coalición Movimiento Progresista; Gabriel Quadri, de Nueva Alianza y Josefina Vázquez Mota, del Partido Acción Nacional (PAN), actual partido de gobierno.
En esta ocasión, Enrique Peña Nieto, rechazó la invitación a participar por considerar que “no estaban dadas las condiciones de imparcialidad y neutralidad toda vez que es un movimiento que claramente se ha señalado anti Peña”.
El movimiento #YoSoy132 surgió en México a mediados del mes de mayo, después de más de 50 días de campaña electoral y tras una manifestación espontánea de estudiantes de la Universidad Iberoamericana -una de las instituciones educativas privadas más importantes del país- ante la visita del candidato priista a un foro preelectoral que organizaba esa casa de estudios.
Este movimiento creció rápidamente en las redes sociales, bajo la etiqueta #YoSoy132, en apoyo a los 131 estudiantes que protestaron en un video de internet, con sus documentos de identidad e identificaciones universitarias, como una forma de defenderse de los agravios que Peña Nieto había realizado. El candidato acusó a aquella manifestación de estar especialmente armada en su contra y a sus participantes de “no ser estudiantes de la Ibero, sino acarreados”.
Desde entonces, universidades públicas y privadas de todo el país se unieron bajo el nombre #YoSoy132. Se manifestaron y organizaron en favor de la participación, la libertad de expresión y el fortalecimiento de una cuestionada democracia mexicana. A esto se han sumado trabajadores desocupados, jubilados, académicos y periodistas.
Esta organización masiva de “indignados mexicanos”, que se definen como a-partidarios, están instando a todos los ciudadanos a ser partícipes y protagonistas, a no abstenerse el 1º de julio y sobre todo, a emitir “Un Voto Razonado”.
Uno de sus principales reclamos es en favor de la libertad de expresión y en contra de la manipulación mediática que realiza el llamado “duopolio televisivo”, integrado por la cadena Televisa y TV Azteca, quienes concentran más del 60% de las señales de televisión mexicana y pueden inclinar el escenario electoral en favor de algunos de los candidatos si se los proponen. Concretamente, #YoSoy132 atribuye a los medios la intencionalidad de estar actuando en favor del candidato Compromiso por México, la alianza que integra el PRI.
Asimismo, el movimiento se ha organizado con el objetivo de ser protagonistas y participes de la garantía de unas elecciones transparentes y legitimas. En este sentido, ha convocado en los primeros días de junio a todos sus integrantes a inscribirse ante el IFE como observadores electorales de los comicios. Realizó marchas masivas en favor de la democratización de los medios, la libertad de prensa, reclamando una campaña transparente y con información veraz. Organizó brigadas de información para los votantes. Se presentó frente al Secretario de Gobierno de México, a quien se le solicitó que el segundo debate electoral, que debía garantizar el IFE, fuera transmitido por cadena nacional.
Siguiendo esta misma línea es que se propusieron organizar el #debate132, de manera de garantizar la participación masiva de la ciudadanía, en un foro de discusión con quienes pretenden gobernarlos. Con la convicción de que el diálogo informado y respetuoso es la base de la democracia, y amparados en la propia legislación electoral que señala que “existe plena libertad para la organización de debates por parte de cualesquiera personas físicas o morales que deseen hacerlo”, los organizadores aseguraron la realización del acto en un ambiente neutral y con criterios democráticos, sin favorecer a ninguno de los participantes.
Con el fin de garantizar la legalidad del evento, el sorteo del orden de participaciones y de las preguntas -que fueron efectuadas por la ciudadanía vía internet, a través de una página creada con la herramienta Google Moderator, y elegidas al azar- contó con la participación de un escribano público que dio fe del cumplimiento de los requerimientos legales establecidos en la normativa correspondiente.
El debate se realizó en un foro a puerta cerrada y fue transmitido por el sitio web YouTube para todo aquel que quiso verlo en vivo o con posterioridad. Contó con la participación de tres moderadores: Genaro Lozano –periodista-, Rodrigo Munguía -académico y profesor- y Carlos Brito –estudiante-. Cada uno en una fase distinta de las tres previstas.
En la primera etapa, la candidata y los candidatos respondieron las preguntas de representantes de universidades pertenecientes a #YoSoy132, que previamente cada una de esas instituciones participantes había seleccionado conforme a los estatutos internos. Previo al evento, diez de esas universidades fueron seleccionadas al azar para realizar sus cuestionarios. En un segundo momento, se efectuó un debate abierto entre los candidatos y la candidata de dos temas seleccionados de una lista propuesta por el movimiento #YoSoy132 y que fue sometida a discusión y votación por el mismo. Por último, la tercera fase, en la que se sometió a los candidatos a las inquietudes planteadas por la sociedad mexicana a través del sistema Google Moderador. Cuestionarios que fueron recibiéndose a lo largo de la última semana y hasta 24 horas previas al evento.
Este movimiento, que se declara apartidista, pacífico, estudiantil, laico, social, humanista, autónomo y antineoliberal -y que ante las elecciones propiamente dichas se deslinda de los cuatro candidatos presidenciales, aunque sí acepta que sus integrantes en lo individual voten por el de su preferencia-, asegura que perdurará posterior a los comicios, con el claro objetivo de mejorar y fortalecer la democracia a través de la participación ciudadana, más allá de cualquier interpretación que hoy por hoy realice de ellos la clase política.