Por Adriana Pascielli.
El viernes 24 de abril se realizaron diferentes actividades en ocasión de la cuarta Marcha Mundial de Mujeres, articulación de organizaciones populares. Fue en ocasión de que se cumplieran dos años del derrumbe de una textil en Bangladesh donde murieron más de mil personas, de las cuales, la mayoría eran mujeres. En nuestro país, los talleres clandestinos de ropa están conformados, principalmente, por mujeres migrantes que son víctimas de explotación.
La Marcha Mundial de Mujeres (MMM) es una articulación de mujeres de los sectores populares que se proponen visibilizar las opresiones femeninas, la necesidad de autonomía económica y de los cuerpos. El pasado viernes se realizó la cuarta Acción Internacional bajo el eslogan “Seguiremos en Marcha hasta que todas seamos libres”, con diferentes eventos en simultáneo y en distintas partes del mundo que se vienen y seguirán llevando adelante entre el 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora, y el 17 de octubre, día internacional por la eliminación de la pobreza.
La MMM se propone denunciar las causas que oprimen y discriminan a las mujeres por lo que está presente en 96 países. Las mujeres realizan procesos de formación feminista acompañados por movilizaciones, marchas, debates y acciones variadas de cuatro campos de acción que se levantan como demandas del movimiento: el bien común y los servicios públicos, las violencias contra las mujeres, la paz y la desmilitarización y la autonomía económica de las mujeres.
La lucha contra la explotación
En Argentina y en Buenos Aires se eligió como actividad realizar la clausura simbólica del local de la marca de ropa infantil Cheeky, ubicado en Florida al 200, en pleno microcentro. Con una caminata y volanteada de material sobre el motivo de la intervención, decenas de mujeres se hicieron paso entre turistas y empresarios, empleadas y muchas otras mujeres que estiraban su mano para recibir el material que la Marcha Mundial de Mujeres estaba repartiendo.
Se hicieron presentes además, integrantes de la Marcha Mundial de Mujeres del País Vasco, quienes destacaron la intervención como parte de una acción mundial simultánea con el mismo objetivo. Si bien el local estaba con las cortinas bajas, las luces estaban encendidas y podían verse las puertas abiertas. Las manifestantes, megáfono en mano, les hablaron a las trabajadoras del local, invitándolas a participar de la lucha contra la explotación.
Gladys*, militante presente en la acción, dialogó con Marcha: “Estamos acá como parte de una acción internacional porque es en todo el mundo donde se tiene que dar la lucha contra la explotación. Si bien hemos dado pasos importantes en la lucha feminista, las mujeres seguimos siendo discriminadas y sobre explotadas por nuestra condición de mujeres. Por eso venimos acá, porque es necesario y urgente que demos esta batalla, por la verdadera igualdad de derechos y para que no muera una mujer más por trabajo clandestino ni en Argentina ni en el mundo”.
La intervención fue rodeada de policías y curiosos y curiosas que filmaban, sacaban fotos y escuchaban; duró al menos una hora, lo necesario para dejar plasmado el reclamo que se estaba replicando. De esta manera, se logró visibilizar, denunciar y seguir reclamando justicia por todas las cientos de miles de mujeres muertas y heridas en contexto de trabajo esclavo y sobre-explotación de las que son víctimas en talleres textiles para las grandes marcas. Son ejemplos de esto empresas como Primark, El Corte Inglés, Bon Marché, Joe Fresh y Benetton para quienes en Dhaka, Bangladesh, las manos de esas mujeres muertas y heridas cosían ropa y armaban accesorios.
Las grandes marcas eligen Bangladesh para instalar sus fábricas textiles por ser el lugar con mano de obra más barata del mundo, pero ni éstas ni el gobierno garantizan las condiciones mínimas de seguridad de trabajadores y trabajadoras: gozan de los beneficios para maximizar sus ganancias pero no asumen ningún tipo de responsabilidad.
En las calles de nuestro país y del mundo
En Argentina, la precarización laboral alcanza al 50 por ciento de la clase trabajadora, el 35 por ciento de los trabajadores y las trabajadoras ocupados no se encuentran en el mercado de trabajo formal. De esa porción, las mujeres son las más precarizadas en cuanto a su forma de contratación, salario y tipo de tareas.
La agrupación internacional de mujeres eligió este 24 de abril realizar la acción frente al local de ropa infantil Cheeky por ser una de las marcas acusadas de utilizar talleres clandestinos con personas reducidas a la servidumbre -trabajo esclavo- para la confección de sus prendas. La mayoría de su planta está constituida por mujeres y muchas de ellas migrantes.
La empresa textil Cheeky SA, más conocida por sus marcas “Como quieres que te quiera” y “Cheeky SA” o “Cheeky Child SRL”, está manejada por Daniel Awada, hermano de Juliana, esposa del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri; y denunciado por utilizar talleres clandestinos. Awada fue denunciada por ser propietaria de una empresa de ropa –denominada como su apellido- que produce también en talleres clandestinos.
“Es necesario salir a las calles a denunciar a las empresas explotadoras, la gente tiene que saber de dónde viene la ropa que utiliza, que consumen para ellas y para sus hijos e hijas”, destacó Irene*, otra de las participantes. “No es posible que sigamos consumiendo cosas que son producto de la extrema explotación. Son muchas las mujeres explotadas, humilladas y privadas de sus derechos para la producción de estas prendas. Esto tiene que terminarse”, afirmó.
* Integrantes de las fuerzas represivas filmaron a las militantes que realizaron la actividad por lo que, desde la MMM, definieron no dar sus apellidos como forma de protección ante cualquier acción posterior que pueda desencadenar este tipo de intimidaciones.