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Por Alberto Rivero, desde Neuquén. En el marco del segundo tramo del juicio a los represores de “La Escuelita”, el viernes 15 declaró Juan Isidro López, quien identificó a varios de los imputados por delitos de Lesa Humanidad durante la pasada dictadura.
Con sus 81 años, su caminar lento y su memoria envidiable, López enfrentó el Tribunal Oral Federal que está juzgando a 24 imputados por delitos de Lesa Humanidad durante la última dictadura. Afuera, en las calles, organizaciones de DDHH, sociales y políticas, movilizaron a las puertas del Tribunal en apoyo a López, quien durante el primer tramo del juicio había recibido amenazas.
Isidro era militante del Sindicato de Luz y Fuerza de Neuquén y Río Negro. El 16 de Diciembre de 1975 un operativo encabezado por Policías de Río Negro y militares allanó su vivienda de la ciudad de Cipolletti. Dijo reconocer a los agentes Sandoval y Miguel Ángel Quiñones, uno de los imputados. Destrozaron la vivienda, se llevaron pertenencias personales y lo llevaron detenido junto a su esposa Josefa del Carmen Salas. Josefa fue liberada a los 3 días, pero Isidro fue trasladado a la cárcel de Fiske Menuco (Gral. Roca). Por falta de mérito es liberado por el juez De la Vega, pero el mismo día, ya en Cipolletti, fue capturado otra vez por los oficiales Camarrelli y Sandoval quienes argumentaron que eran ordenes militares. Encarcelado en la U9 de Neuquén, era sacado a las oficinas de la Policía Federal para interrogatorios. Días más tarde fue trasladado a la cárcel de Rawson donde estuvo por más de un año.
En un operativo de traslado desde Rawson a Neuquén, reconoció a Luis Alberto Farías Barrera Jefe de Personal del Comando de la VI Brigada. En los vehículos también iban los detenidos Rodríguez, Cáceres y Ledesma. Estuvo secuestrado en el Centro Clandestino de Detención La Escuelita donde fue torturado constantemente con picana eléctrica. Dijo que la persona que le metió picana fue Raúl Guglielminetti, un agente civil de inteligencia y ex guardaespaldas de Raúl Alfonsín.
Declaró que estaban atados a las cuchetas. Había un camastro donde le sacaron fotos y desnudos los tiraban a una parrilla donde eran picaneados. “Habían mujeres allí, eran de Entre Ríos”, declaró. Durante una sesión de tortura, le metieron picana en el ojo, hecho por el cual perdió la visión en uno de ellos.
Le preguntaron por su relación con Monseñor de Nevares, a quien conoció en El Chocón. Le dijeron que ellos eran la conocida Triple A. Fue picaneado varias veces por día. Luego de 10 días, fue trasladado nuevamente a Rawson, y liberado sin un peso en el bolsillo.
El Jefe de la Brigada había ido a su casa para amenazarlo
Isidro López y su hija Esther, denunciaron que en 2007 el jefe de Personal de la VI Brigada Luis Alberto Farías Barrera fue hasta su domicilio para amedrentar al testigo por el inicio del primer tramo del juicio en 2008. Le dijo que tenga en cuenta al declarar que él lo había tratado bien y le dio de comer. Isidro lo señaló como la persona dueña de las vidas de los detenidos. Además también sufrió amenazas telefónicas él y su familia.
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