Los candidatos presidenciales Mohamed Mursi (izquierda) y Ahmed Shafiq (derecha)
Concluyó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Egipto. Los resultados oficiales se conocerán el 21 de junio, donde se sabrá quién es el ganador.
A finales de esta semana, Egipto conocerá a su futuro presidente, luego de la segunda vuelta electoral que concluyó el domingo y donde estuvieron habilitados para votar más de 50 millones de ciudadanos.
El postulante de los Hermanos Musulmanes (HM), Mohamed Mursi, y el candidato Ahmed Shafiq, ex primer ministro del régimen de Hosni Mubarak, se disputan el Ejecutivo, en medio de un clima de tensión social y luego que la Junta Militar que gobierna el país, avalara la semana pasada la disolución del Parlamento y la Constitución.
El cierre de los centros electorales se produjo dos horas después de los previsto, por orden de la Comisión Electoral (CE), que dio más tiempo a los ciudadanos para acudir a las urnas.
El secretario general de la CE, Hatem Bagato, informó que el recuento de votos comenzó tras el cierre de las mesas electorales y ahora se espera que los resultados finales se den el próximo 21 de junio.
Durante la segunda vuelta, que comenzó el sábado, los seguidores de los candidatos mantuvieron acusaciones cruzadas sobre fraudes e irregularidades. El presidente de la CE Faruq Sultán, indicó que los comicios tuvieron un 90% de éxito, pero remarcó que los seguidores de ambos postulantes han cometido violaciones de la ley electoral. Por su parte, el mayor Hamdy Badeen, miembro del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) que gobierna Egipto desde la renuncia de Mubarak, elogió el ambiente tranquilo que predominó el sábado.
El militar también reconoció que igualmente hubo irregularidades, como arrestos de personas por tratar de impedir a los electores que ejercieran su derecho, por pedir a la gente votar por Shafiq en Manshyiet Nasser, en el este de El Cairo, o por incitar a que apoyaran a Morsy.
Finalizadas las elecciones, el CSFA emitió un anexo a la Declaración Constitucional emitida en marzo del año pasado, donde se definen los poderes del nuevo presidente, pero que la totalidad de la información se conocerá el lunes o el martes. De acuerdo con el diario egipcio Ahram Online, el texto adicional a la Declaración Constitucional dará al nuevo jefe de Estado el poder de designar el primer ministro, los demás titulares de carteras y sus viceministros.
Además, el mandatario que triunfe podrá nombrar representantes del Estado dentro y fuera de la nación, así como servidores civiles, agregados militares y diplomáticos. El nuevo Jefe de Estado estará facultado igualmente para decretar indultos, convocar elecciones parlamentarias y sesiones conjuntas de la Asamblea del Pueblo y el Consejo Shoura, las dos cámaras del Legislativo nacional.
La segunda vuelta electoral se realizó en el marco de fuertes polémicas, tras el dictamen de la Corte Suprema Constitucional (CSC) invalidó la ley que impedía que los funcionarios del régimen de Mubarak se presentaran a elecciones, norma aprobada por el Parlamento en abril último. El máximo tribunal también declaró inconstitucional el mecanismo mediante el cual se eligió a un tercio del órgano legislativo, lo cual desencadenó la disolución casi automática de la Asamblea del Pueblo (AP).
Respecto a esto, el titular del Parlamento, Saad Al Katatni, miembro de los Hermanos Musulmanes, se opuso a transferir el poder legislativo al Ejército. “Hemos informado al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de nuestro rechazo categórico de la Declaración Constitucional Complementaria ya que atenta contra el derecho a legislar de la cámara elegida”, señaló el dirigente.
El resultado de las elecciones presidenciales en Egipto podría cambiar el mapa político en Medio Oriente, ya que la nación del norte de África es uno de los principales aliados de Estados Unidos e Israel. En la actualidad, Egipto recibe por parte de Washington más de 1,3 mil millones de dólares anuales por concepto de asistencia militar, además de unos 250 millones de ayuda económica.