Italia, la tercera economía de la Eurozona, acumula una deuda de 1,9 billones de euros, cerca de 100% de su Producto Interno Bruto. En medio a la inestabilidad financiera y las dudas de que el gobierno de Silvio Berlusconi sea capaz de pagar la deuda, crecen los rumores de una renuncia del primer ministro italiano que, sin embargo, negó su salida del ejecutivo.
Al contrario de otros países europeos afectados por la crisis hasta ahora, como Irlanda, Portugal y Grecia, países de economía periférica dentro de la Unión Europea, Italia es una de las principales economías y, por tanto, el temor es que la profundización de la crisis en el país podrá tener efectos más devastadores sobre la UE. El problema principal es que como la economía italiana es mucho más grande que la de Grecia, Irlanda o Portugal, la capacidad de la UE de rescatar a Italia sería bastante limitada.
En la mañana del día 7, la tasa de interés para que Italia pueda conseguir fondos a un plazo de 10 años subió a un nuevo récord de 6,4%, casi 5% más que los que Alemania debe pagar. El llamado riesgo país – un índice que mide la capacidad que un país tiene para pagar sus deudas, establecido por los grandes grupos financieros – también disparó, atingiendo la puntuación máxima desde que el país entró en la Eurozona.
Con la crisis, aumentan los rumores de que Silvio Berlusconi presentará, en breve, su renuncia. En Europa, muchos creen que el primer ministro no es capaz de liderar el país en un contexto de crisis y ejecutar las reformas necesarias. Berlusconi negó la ayuda ofrecida por el Fondo Monetario Internacional en la última reunión del G-20, el 4 de noviembre, pero el G-20 terminó por poner Italia bajo la supervisión del FMI.
La prensa italiana ha publicado declaraciones de diversas fuentes que afirman que la caída de Berlusconi es una cuestión de tiempo. Periodistas de los diarios Il Foglio y Libero, próximos a Berlusconi, llegaron a poner fecha en la renuncia: el martes, 8 de noviembre. El jefe del ejecutivo italiano insistió que los rumores acerca de su renuncia no tenían justificación. “No entiendo cómo han circulado los rumores sobre mi dimisión. Están faltas de todo fundamento”, señaló.
