Por Federico Larsen. Un arquero que intoxica a sus jugadores, ídolos de equipos de primera que venden partidos y una red internacional de apuestas que decide sobre el Calcio. Jugadores, entrenadores y dirigentes tras las rejas.
El fútbol, el de potrero, el de la pasión, debería ganar siempre por sobre cualquier cosa. Pero cuando el negocio se mete hasta dentro de la cancha, y le indica a los jugadores qué deben hacer y qué no, la prerrogativa maradoniana cede ante la infamia. Es el caso del fútbol italiano, donde el lunes fueron encarceladas 19 personas, entre jugadores, entrenadores, dirigentes y personalidades del Calcio, entre las que se destacan diferentes ‘estrellas’, como el capitán dela Lazio, Stefano Mauri, el delantero dela Sampdoria, Christian Bertani y Omar Milanetto, ex capitán del Genoa. Con ellos, otros 15 referentes de equipos de la segunda categoría terminaron en un calabozo. La justicia sostiene que formaban parte de una red internacional de apuestas a través de la cual arreglaban los partidos que les tocaba jugar. En total hay unas 150 personas investigadas, entre las cuales se destacan nombres como los de Giuseppe ‘Beppe’ Signori y Christian ‘Bobo’ Vieri, ex goleadores de la selección italiana; Antonio Conte, entrenador del recién coronado campeón Juventus y Domenico Criscito, actual defensor de los Sauri, quien fue notificado durante los entrenamientos de la selección previos ala Eurocopade junio y expulsado del plantel.
Todo empezó, según la prensa italiana, con la investigación sobre el ex arquero del Cremona, Marco Paoloni, que admitió haber puesto un tranquilizante en las bebidas de cuatro de sus compañeros antes de salir a la cancha para bajar su rendimiento. Se excusó en que había apostado en contra de su propio equipo y sus ‘burradas’ entre los palos ya podrían resultar sospechosas. De ahí se pasó a investigar la red de apuestas ilegales que Paoloni había dejado entrever en sus declaraciones. Y empezaron a caer más jugadores. Uno de los casos más llamativos fue el del goleador, capitán e ídolo de Atalanta, Cristiano Doni. Interrogado acerca de su participación en el sistema de compra-venta de partidos, primero negó todo, luego confesó entre lágrimas y por último se fugó, quedando prófugo de la justicia durante días.
La justicia deportiva ya aplicó duras sanciones contra instituciones deportivas, dirigentes y jugadores. Doni fue inhabilitado por tres años y medio para ejercer la profesión, así como otra docena de jugadores de Atalanta, Ravenna, Sassuolo y Ascoli. Para varias instituciones más la decisión cayó muy pesada: Atalanta, Alessandria, Piacenza, Cremonese, Reggiana y Verona son sólo algunos de los equipos que recibieron puntos de penalización.
Pero el capítulo más esperado de esta historia pasa por el poder judicial. A los protagonistas del caso se les acusa de estafa, falsificación de pruebas, lavado de dinero y hasta de formar parte, desde adentro de la cancha, de una red vinculada al crimen organizado. La operación, conocida como ‘Last Bet’ -última apuesta, en inglés-, comenzó con las declaraciones de Wilson Raj Perumal, empresario de Singapur residente en Finlandia que acusó a su conciudadano Eng See Tan, alias ‘Dan’, de gestionar una red de apuestas internacional que involucraba a jugadores y profesionales del fútbol italiano. ‘Dan’ controlaba células en Hungría y en Italia, que acumulaban dinero de las apuestas y lo ‘invertían’ en la compra-venta de partidos a través de vínculos creados con los jugadores. La infiltración de la organización del ‘Dan’, fue tan poderosa como para llegar a la posibilidad de comprar un club entero, el Albinoleffe, para usarlo dentro del esquema de apuestas. Sus principales testaferros eran Giuseppe Signori, que controlaba la sede de Bolonia, el defensor dela Cremonese CarloGervasoni y el mediocampista serbio Almir Gegić. O por lo menos esto es lo que se desprende de los dos primeros tramos de la investigación que llevan adelante tres tribunales italianos, y que hasta ahora llevó a la inhabilitación de 69 jugadores y la penalización para 22 equipos desde la primera división hasta la categoría D.
Los encarcelamientos de este lunes responden a los resultados de la tercera y última parte de la investigación, donde se anticipó que se van a tomar nuevas medidas en torno a la observación de varios partidos dela Serie Ay dela Copa Italiaque acaban de concluir.
El Calcio es un fútbol dominado por el negocio, mucho más allá de lo que los argentinos podamos decir del nuestro. Tiene una organización que rechaza de lleno la idea misma de club de socios, basada en las denominadas Sociedades Deportivas. A diferencia de los Clubes argentinos, esta figura se maneja de manera similar a una sociedad anónima y desde 1981 están habilitadas a tener como fin el lucro societario. A esto se le suma el agravante de tratarse de uno de los campeonatos de fútbol más vistos y seguidos en el mundo. Las millonarias sumas por televisación y pauta publicitaria que recibe todos los años son ámbito de preocupación hasta en el poder político. El primer ministro italiano, Mario Monti, llegó a pedir que “el fútbol pare por un tiempo” para esclarecer la situación. Y lo más grave, la actitud de jugadores que decidieron vender a sus compañeros, sus hinchas, su club -su sociedad anónima- y olvidar por siempre la pelota, aún estando en la cancha. La mejor manera de mancharla por la eternidad.