Los feminismos en toda la región salieron a las calles a demandar derechos, poder y vida digna. En Chile, con la revuelta permanente en el corazón y sin soltar la alegría, las cabras fueron protagonistas de un 8M histórico.
Por Laura Salomé Canteros y Carla Perelló desde Santiago, Chile / Foto: CF8M
“Baila tu rabia”, invitan unas cabras que sostienen un cartel. Sobre el cerro Huelén – Santa Lucía, en pleno Santiago de Chile, hay un gazebo y la música tecno hace saltar a todas alrededor. En tetas, con el uniforme escolar intervenido o las capuchas, se rotan sobre una tarima y el público las aviva. En este 8M histórico, la Alameda fue ocupada por unas 300 mil personas que se movilizaron bajo la consigna “Por la vida que nos deben”. Allí, estuvieron las convencionales ecofeministas, las ministras del gobierno que asumirá el próximo viernes, organizaciones políticas, sociales, estudiantiles y en masa, las feministas.
La cuenta regresiva se da con un movimiento feminista que marca el pulso de la agenda política y social del proceso destituyente-constituyente a tan sólo unos días del traspaso de mando que es mucho más que un cambio de gobierno. Se le dice #ChaoPiñera al presidente saliente, se reclama castigo por su responsabilidad en las violaciones a los derechos humanos durante la revuelta, así como se exige libertad a lxs presxs políticxs sin condiciones, una demanda que también apunta al próximo mandatario, Gabriel Boric, quien aprovechó la fecha para anunciar que el Ministerio de la Mujer integrará el Comité Político de su gobierno y que tendrá una oficina en La Moneda.
Bajo esas consignas, el martes feminista comenzó bien temprano con diversas actividades y columnas que llegaron desde distintos puntos del país, protestas de las mujeres campesinas e indígenas. Otro punto de encuentro fue el Centro Arte Alameda con Camila Moreno, Mariana Montenegro, Rubio y Mc Millaray, entre otras, con un show musical y se inauguró el mural GraffiTodas, en el frontis del cine sobre la Alameda. También hubo encuentro en el renombrar las calles: “Machi Francisca Linconao” o “Macarena Valdés” fueron los nombres elegidos. Tomar la Plaza Dignidad fue un acto simbólico de poder de las pibas, quienes se ayudaban para escalar y tomar el ex monumento revoltoso. De la misma forma corrieron a los infiltrados -pacos o fachos-, en estrategia de autocuidado. Porque cuando se abrió la gran Alameda, ésta se llenó de feria, color, baile y fiesta feminista.
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Somos ecofeministas construyendo. Por eso estamos en las calles, para decir que mientras exista la última gota de agua robada, la vamos a recuperar”. Manuela Royo es constituyente e integrante de MODATIMA y estuvo en la gran Alameda feminista del 8M 2022 acompañada de sus pares en la tarea. Con una remera de Luisa Toledo, madre heróica, y el pañuelo verde en la muñeca, se brindaba amablemente a cada entrevista. “Para sembrar, trabajar y cuidar necesitamos agua pero lamentablemente en Chile está privatizada y la tierra está en manos de las forestales. Por eso hoy estamos diciendo que el derecho a la tierra y al agua también son derechos de las mujeres y que no existe feminismo sin agua, sin bosque, sin sales, sin desiertos. No podemos vivir sin la protección de la naturaleza”.
Las aguas robadas
serán recuperadas
Las actividades en el marco del #8M comenzaron con lo que llamaron un “súper lunes feminista” con la intervención de la performance de “Un violador en tu camino”, de Las Tesis, ante La Moneda. “Adiós Piñera Criminal”, dijeron, convocadas por la Coordinadora Feminista 8M y la Brigada Laura Rodig CF8M, con los pañuelos verdes y violetas en alto.
No, no, no es no
qué parte no entendiste
la N o la O
Ana Cruces es cuidadora de personas mayores. Llegó y se ubicó en una esquina buscando las pañoletas que identifican a quienes están al frente de las intervenciones. Llevaba un ambo blanco pero pronto sacó una remera y una bandera, también blancas. La leyenda decía: “Cárcel a Piñera. Traidor criminal”. Contó que sigue yendo a las protestas de cada viernes a la Plaza Dignidad y que seguirá “hasta que haya justicia, porque sin justicia no habrá paz”. “Aquí hace 50 años que se violan sistemáticamente los derechos humanos, se cometieron crímenes de lesa humanidad. Y hoy hay presas que mueren en prisión preventiva mientras los narcos se atienden en clínicas privadas”, sostuvo. El pedido de justicia “por todas las trabajadoras, por Fabiola Campillay, por las mutiladas y las víctimas de femicidio” es lo que la impulsa cada vez a salir a las calles.
Y cómo, cómo es la weá,
nos violan y nos matan,
y nadie hace náh.
Por la tarde, la jornada continuó con un velatón anticarcelario en Santiago y en Valparaíso. “Mientras nosotras nos preparamos para marchar, hay miles de mujeres que no pueden hacerlo porque están en las cárceles. Hoy alzamos la voz por ellas”, dijo Karen Díaz, activista anticarcelaria. “Son nuestras compañeras, mamás, hermanas, amigas, las que hoy se están muriendo en la cárcel”, agregó luego Karen Hoecker en Plaza Victoria. “Milén, Estefany, Krisy, Tatiana, Marisol han muerto injustamente por culpa de este Estado opresor, patriarcal, castigador y punitivista. ¿Hasta cuándo tenemos que seguir con esta situación de vulneraciones de derechos humanos?”, agregó. “Estamos dispuestas a visibilizar todas las violencias del Estado porque estar privadas de libertad no significa perder la dignidad”.
No estamos todas,
faltan las presas.
Vestidas de negro y con pecheras con la inscripción “imputada”, el colectivo “Pájarx entre púas”, denunció que hay más de tres mil mujeres privadas de su libertad en Chile, la mitad de ellas con prisión preventiva, que no reciben atención médica ni se les garantizan condiciones dignas para la sobrevivencia tras las rejas. “El 95 por ciento de las mujeres privadas de su libertad son madres”, es uno de los datos escritos en la espalda de una de ellas. Una vez más el movimiento feminista incluyó la demanda de derribar los muros de las prisiones.
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El movimiento feminista en Chile fue partícipe en los últimos años no solo de construir sentido popular y contenido político a la revuelta que estalló el 19 de octubre de 2019, sino también de enfrentar al fascismo en la figura de Antonio Kast en las elecciones presidenciales de 2021 con un activismo territorial que logró ganarle al desinterés por las urnas. Una cronología que retoma la historia no reciente de los pueblos de Chile y que tiene al socialismo como horizonte común para la vida digna de ser vivida. Contra el terror de los dueños de todo y rumbo a una nueva Carta Magna, asoma una nueva época que les tiene como protagonistas. La promesa hecha en el primer Encuentro Plurinacional de las que Luchan -en diciembre de 2018- no será olvidada: “El neoliberalismo nace y muere en Chile, compañeras”.