Por Sergio Segura
Tras mes y medio de paro camionero las manifestaciones no han surtido efecto positivo. Un joven manifestante muerto y vacilaciones para llegar a un acuerdo es lo que han obtenido quienes protestan. La manipulación mediática ha contribuido a desinformar al país frente a la situación que se vive en las carreteras.
Las exigencias de los camioneros para normalizar su labor y regresar a transportar mercancía y alimentos en todo el país son precisas: disminución del precio de los combustibles, reducción tarifaria en los peajes, ‘chatarrización’ de los vehículos viejos, seguridad en las vías y vinculación formal a la seguridad social. La Asociación Colombiana de Camioneros -ACC- en las diferentes concentraciones alegan una “sobreoferta” debido a carros particulares que vienen realizando el trabajo propio de su oficio de manera ilegal pero abalado por el Gobierno.
La Cruzada Nacional Camionera expuso la problemática en la Comisión Sexta del Senado de la República, sosteniendo que al no haber acuerdo con el gobierno colombiano los camiones seguirán inmovilizados.
¿A qué juega Santos?
El presidente Juan Manuel Santos trató de “intransigentes” a los camioneros, quienes se vienen expresando pacíficamente desde múltiples espacios, pero teniendo que llegar a cortar algunas rutas de transporte para que esta problemática tan importante para el país sea escuchada. Desde que inició el paro, ha ordenado subyugar al máximo los efectos del mismo, imponiendo multas a empresas que protesten y cancelando licencias de circulación.
Además, la presencia del Estado ha sido policiva. El Escuadrón Móvil Anti Disturbios -ESMAD- reprimió violentamente las protestas en Boyacá, asesinando a un joven quien fue impactado por una granada de gas lacrimógeno en su rostro.
Aunque el ministro de Transporte ha mostrado interés en dar solución a las problemáticas revisando la política de transporte, el presidente no da un paso atrás. La estrategia del Gobierno es dividir y estigmatizar. Consiste en negociar con pequeños transportadores para así fraccionar la fuerza de las demandas, conjuntamente acude a la influencia política en medios masivos como RCN, Caracol y El Tiempo (entre otros) para acusar a los camioneros de hacer parte de un “cartel de la chatarrización”.
La crisis
Debido al paro, existen situaciones críticas en diferentes regiones que se han visto afectadas por el desabastecimiento de alimentos y han tenido que doblar los precios, a la par, ganaderos y campesinos reportan pérdidas importantes de sus cosechas y mercancías por la dificultad para transportarlas. Los camioneros argumentan que puede haber una “masacre social y económica”, pues se pretende “abrir venta libre de vehículos de carga que solo beneficia a multinacionales”.
Esta crisis solo es posible solucionarla con voluntad política gubernamental, voluntad que han demostrado tener pero para generar mayores ganancias a los más privilegiados de los procesos productivos mientras los ciudadanos del común ven cada día más afectada su nivel de vida.
En el mercado internacional los precios del petróleo han descendido, por lo cual parece inexplicable que para Colombia ascienda el valor de la gasolina, viéndose directamente reflejado en los costos de la alimentación. Por su parte, el Ejecutivo movilizó a 50.000 miembros entre Policía y Ejército para “mantener el orden en las carreteras del país” y que no se vean afectadas las celebraciones del 20 de julio (día de la ‘independencia’).